La "generación Dólar": niños venezolanos ya no identifican el Bolívar

Viernes, 01/01/2021 02:16 AM

El 7 de marzo de 2019, aquel apagón me tomó desprevenida (como a todos, supongo)...Pensé que el servicio eléctrico sería restaurado pronto pero, no. Siguieron horas y horas en tinieblas. Eso fue un día jueves. El viernes salí de casa buscando respuestas y pronto me di cuenta de que no cargaba dinero encima. Me encontré con un amigo en la Universidad y juntos nos fuimos en transporte público hasta la Plaza Bolívar. Gentilmente él pagó mi pasaje. Cuando llegamos a la plaza, había muchísima gente y los vendedores informales anunciaban en carteles de cartón el precio de su mercancía: "Tres chupetas 1$". Me sorprendió que cobraran en dólares, mientras desde una improvisada tarima, la eterna diputada María León despotricaba contra el imperio yankee acusándolo de haber provocado aquella emergencia pues el dólar es la moneda de ese imperio...

Cuando amaneció el sábado, aún sin luz, caminé hasta Santa Mónica, esta vez me llevé un billetico de 5 dólares que guardaba celosamente en el bolsillo de aquel viejo abrigo. Me quedé atónita cuando vi un inusitado movimiento comercial aunque no habían puntos de venta ni suficientes bolívares en efectivo. La gente estaba pagando en dólares y los fruteros de la calle habían puesto cartelitos también: "Plátanos 3$ el kilo". Entré a una panadería para comprar pan pues no teníamos nada en casa. Le dije al dueño que si podía pagar en dólares y su rostro se iluminó y su trato hacia mi fue preferencial. Como no tenía "small change" para darme vuelto corrió donde el frutero para cambiar mis cinco dólares...Ese día, 9 de marzo de 2019, la divisa se cotizaba a 3 mil 709 bolívares, y entonces tenía un valor de uso.

Un año después, diciembre 2020, caminando también por Santa Mónica, veo a una joven señora vendiendo en un kiosco navideño. Le acompaña un niño como de 10 años de edad. Toda la mercancía está marcada en dólares. "Galletas de Navidad 3 $". Le pregunto al niño si él sabe cuántos bolívares son tres dólares. Él me responde muy convencido: "¡son tres dólares!". Tuve curiosidad y entablé un pequeño diálogo:

Pero te estoy preguntando cúantos bolívares son tres dólares

- ¿Bolívares?

Sí. Bolívares. ¿Cuál es la moneda de Venezuela?

- Ah, ok. ¡No sé! ¿El dólar?

La madre del niño se fastidió y le explicó que la moneda venezolana es el bolívar. Luego se dirigió a mi y me dijo: "Igual no hay bolívares porque eso ya no vale nada". Un año después del apagón, el dólar se cotiza en más de un millón de bolívares y ahora tiene un valor acumulativo, como explicaremos más adelante...

Ese pequeño episodio me dejó un poco preocupada porque la libre circulación de la moneda estadounidense en nuestro país siempre se aborda desde el punto de vista económico, financiero, monetario, pero rara vez bajo un enfoque cultural, sociológico, antropológico. En el trayecto de mi caminata veo que todos los comercios y vendedores ambulantes tienen sus precios en dólares. Entonces recuerdo cuando a Felipito (el de Mafalda) le mandaron a hacer una composición sobre la Independencia Nacional. Él salió a dar una vuelta por la avenida para inspirarse, y se veían letreros en inglés por doquier...

En septiembre de 2019, la profesora Pascualina Curcio escribió: "Dolarizar es reconocer formalmente la moneda del enemigo como la moneda de circulación nacional. No solo significaría la derrota para el pueblo venezolano en el marco de esta guerra no convencional y multidimensional, es entregar nuestra soberanía a quien sin piedad y sin cuartel nos ha declarado la guerra desde 1999. Pero además, es adoptar una de las monedas cuyo desplome es inminente: los ingleses, los rusos, los chinos y los franceses desesperadamente se están desprendiendo del papelillo verde"

Pero esto parece no preocuparle mucho al gobierno pues meses después, el propio presidente Maduro ha dicho que al dólar no hay que perseguirlo, ni ilegalizarlo ni demonizarlo porque, más bien, es una "válvula de escape" dentro de la grave crisis económica de Venezuela y ante el desplome del bolívar...Pero tampoco parece importar cómo a través de esa "válvula" se nos está "escapando" también la identidad nacional cuando ya nuestros niños tampoco identifican la moneda de curso legal en Venezuela consagrada en la CRBV. Para muchos niños venezolanos su moneda es el dólar, y si viven en la frontera colombiana es el peso colombiano. El bolívar ha desaparecido no solo del mercado nacional y de los bolsillos de los venezolanos, sino también del imaginario colectivo y está naciendo en Venezuela la "generación del dólar", los niños dolarizados. El dólar está en el centro del debate y forma parte de la familia. Nuestros niños oyen que en casa se habla del dólar, salen a la calle y ven ese símbolo en los comercios; va con sus padres a comprar algo y ve que pagan en dólares...El bolívar ya no está en su casa, ni es parte de su vida. Nadie defiende al bolívar, ni siquiera el Banco Central de Venezuela (que por Ley le corresponde) ni el mismísimo Presidente de la República.

Recuerdo que en Ecuador, venden como un souvenir el Sucre, luego de 20 años de dolarización...

Ya que en los discursos oficiales se habla tanto de socialismo, de autodeterminación, de soberanía, de la necesidad de desneocolonizar, de revolución, rescato uno del líder cubano Fidel Castro, citado por el profesor Luis Antonio Bigott en su libro "El Educador Neocolonizado":

"...Hemos vivido en una perenne contradicción de niños que abren sus libros de historia y les hablan de libertad, y les hablan de independencia, y les hablan de honradez, y les hablan de heroísmo, y los enseñan a cantar un himno, y los enseñan a saludar una bandera, y los enseñan a venerar a nuestros mártires, y al lado de la bandera se encuentran un trapo sucio, y al lado de su himno le cantan una conga politiquera, y al lado de los hombres ejemplares que hicieron la historia de la patria se encuentran los nombres de los criminales que la han gobernado, de los malversadores que la han saqueado. ¿Cómo hacer compaginar en la mente del niño lo que se le enseña y lo que se hace, lo que le dicen y lo que ve?" (Fidel Castro, 13 de marzo de 1959)

Y decía Luis Bigott: "No debemos perder de vista la todavía presencia de una situación donde subsisten elementos de una sociedad neocolonial y dependiente y donde el principal ingrediente del estado de neocolonización se transparenta en un proceso de anomia, de carencia de familiaridad con nuestro pasado histórico; como expresa Roberto Fernández Retamar "Esa carencia de familiaridad no es sino una nueva prueba de nuestro sometimiento a la perspectiva colonizadora de la historia que se nos ha impuesto y nos ha evaporado nombres, fechas, circunstancias, verdades". Y yo agregaría: identidad, moneda, símbolos patrios...

Remata el ilustre pedagogo con esta frase: "Venezuela es sencillamente un país neocolonial y dependiente". Y agrega: "No existe posibilidad de explotación económica, de pillaje de recursos si al lado no existe un proceso de despersonalización y de anomia cultural".

Usted ¿Qué opina?

Conexión social del dólar

En Venezuela se han aplicado varios controles del tipo de cambio, lo cual es asumido por el grueso de la población como una restricción para obtener la divisa y ese hecho la ubica en un lugar privilegiado. Obtenerla es, entonces, un signo de libertad individual y hay quienes lo ven como un logro social que da estatus.

El valor de uso del dólar se ha transformado, como dijimos en párrafos anteriores, en uno de acumulación. La gente compra dólares porque ya no confía en el bolívar (tal como ocurrió en Ecuador) y cree que mientras más dólares acumule tendrá mayor poder adquisitivo. La conexión social del dólar con los sectores más populares ha crecido hoy en día y el bolívar solo existe en tarjetas de débito o crédito, es una moneda virtual. Mientras tanto los "pobres" también tienen sus dólares porque los compran y acumulan.

En Argentina se dio un fenómeno similar: La supuesta pregunta formulada por Perón "¿Alguien vio alguna vez un dólar?" aplica perfectamente a la Venezuela de hace 30 años. Entonces el dólar servía para cumplir objetivos de Estado, para viajar a EEUU, pero no era parte de nuestra vida cotidiana...Cada 31 de diciembre se recibe el año con un billete verde en la mano para que haya riqueza y prosperidad en la familia, según la tradición. Pero ahora que acumulamos dólares ¿tendrá gracia eso? ¿Sacaremos algún billete de Bolívar para salvarlo este nuevo año?. Maduro ha prometido rescatar el bolívar ¿lo hará?

De regreso a casa pasamos por un kiosco que vendía petardos y cohetones...También allí había un niño. Llevaba su gorro de San Nicolás. Como al de las galletas navideñas le preguntamos "Niño, ¿cuánto cuestan los bombeadores?..."¡Cinco dólares!" respondió. "¿Cuánto es en bolívares?"...No hubo respuesta...

Habrá que desdolarizar a nuestros niños y niñas...Reeducarlos para que, como dijo Fidel, podamos "compaginar en la mente del niño lo que se le enseña y lo que se hace, lo que le dicen y lo que ve".

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