Son 14 los oficiales, entre generales y capitanes, quienes “se dejaron” y pasaron a retiro con un bono de consolación como diputados de la nueva Asamblea Nacional. Representan los estados Bolívar, Sucre, Guárico, Apure, Monagas, Trujillo, Portuguesa, La Guaira, Carabobo, Zulia, Distrito Capital, Lara, Delta Amacuro… y Diosdado Cabello. Como quiera que se vea esto significa una degradación y una precaución de parte del gobierno de Maduro-Rodríguez, que no los quisieron activos en la Fuerza Armada.
Ya es un hecho. Sin embargo hay que pensar en la formación política de estos militares, en particular de los que estuvieron cerca a Chávez o en la rebelión del 4F. Si los confrontamos políticamente a Hugo Chávez estos oficiales, todos, dependieron de su voluntad y criterios políticos, ni siquiera uno ha mostrado la fuerza intelectual suficiente para estar por encima de la obediencia y disciplina de su formación militar. Ahora se ve más claro que eso de ir más allá de la obediencia ciega, son cosas distintivas del comandante Chávez, “cabeza caliente”. Lo extraño es que todos actúen en su nombre, pero que al mismo tiempo admitan que obedecen a la disciplina militar – y que en sus conciencias sepan que obedecen a sus intereses personales – y no al ideario político del “comandante eterno”, como ellos mismos lo llaman, después de que fue asesinado. Nosotros nos preguntamos ¿eterno cómo, o en qué?, porque su legado se ha perdido “como una lágrima bajo la lluvia”.
Chávez sería eterno, o considerado eterno, si estuvieran sus ideas y su ejemplo vivos en sus herederos, por eso de darle “continuidad a su espíritu rebelde”, tal y como en Chávez se da continuidad al espíritu libertador de Bolívar, de Zamora, etc. Pero no es así. Y no ha sido así con Maduro, pero no ha sido así con sus compañeros del 4F, o con su último edecán Escalona Camargo (ni qué hablar de O’Leary, que fue edecán de Bolívar, y su compromiso con la independencia y con su obra, la cual legó a la posteridad), que no heredaron nada, más allá de sus ascensos, cargos, gobernaciones, y ahora curules en la nueva Asamblea Nacional. Creo que Chávez los dejó solo, luego de su muerte, con sus aspiraciones de ascensos y cargos; sin Chávez eran sólo eso, o son sólo eso, aspirantes sin ambiciones de poder y, muy por debajo, de hacer una revolución. Otro aspecto desvelado del carácter de esta revolución a través del epílogo de su historia.
Ahora se ve mucho más claro que Chávez estuvo, en su lucha, más solo que acompañado. ¿Cómo puede ahora Diosdado Cabello defender a Chávez desde ese decaimiento ante recompensas tan baratas, a migajas? ¡¿Qué puede hacer por la revolución?! Nada. Tendrá que guardar sus videos y empezar a divulgar los de Maduro, buscando un poco de sintonía con su realidad. Los héroes del 4F vuelven a la cárcel, pero esta vez para siempre.
Pasaron a la historia. Ahora la historia es otra, ahora les toca a otros rescatar el espíritu de independencia y revolución, de emancipación de la voluntad nefasta de vivir en la ignorancia, que es la herencia que nos dignifica de verdad, no la que nos postra al abuso, a la codicia, al oportunismo de los chacales y su gusto por la carroña, el estado más bajo y vulgar de nuestra idiosincrasia. No serán los del 4F, presos en sus apetencias personales, serán otras generaciones cargadas con estas experiencias crudas y de mucho más conocimientos, con más perspectiva, capaces de revivir a Chávez en su desesperación por salvar a la humanidad y al planeta.
La visión planetaria de Chávez y de Bolívar cada vez se hace más necesaria. Las implicaciones mundiales de nuestra situación como nación, como país, cada vez son más claras, y para quien le corresponda tomar el testigo serán así, implicaciones planetarias. Se trata de pensar en toda la humanidad y en todo el planeta. Salvar a Venezuela implica salvar al mundo, y lo inverso. Ahora está más claro que nunca. Venezuela no es una entidad autónoma e independiente del destino común de la humanidad, pero no hay que abrirse al mundo para que seamos una colonia capitalista, sino para saber lo que amerita hacer una revolución socialista en el país, el valor que esto tiene para el resto de los países y pueblos.
El que crea que se puede salvar solo está más que equivocado. Hay muchos tontos que hacen diferencias entre colores, culturas, religiones, poder, como si lo que los distingue de forma personal, los salvaría de la muerte. Ya sabemos que eso no es posible, que hasta los ricos se mueren y se pudren. La vida de un rico o de un pobre no sirve de nada si no somos capaces de prolongar la vida de nuestra especie y de la otra existencia que la hace posible; ese es el dilema presente, cómo salvar la humanidad, al humanismo, salvar lo mejor que ha legado nuestra evolución. Nadie que se mira todo el día el ombligo se librará de la muerte, pero el que lucha por la vida se hace eterno en lo que transmite de esa fuerza a los demás.
Los 14 del patíbulo no es un parafraseo, es una sentencia, algo dramáticamente más real. 14 militares que una vez lucharon y que hoy se entregan a morir en el olvido… ¡VIVA CHÁVEZ!