A Venezuela le ha tocado la mala suerte de vivir consecuencias desagradables de desalentados, desesperados, delincuentes demoníacos, insensibles en su desconocimiento de la decencia, dándonos dosis diarias, direccionadas por su empeño desestabilizador, desintegrados contra los propósitos de paz para la patria.
Que les quepa en su desaforada mente diabólica el desprecio de toda mujer y todo hombre de buena voluntad que somos mayoría en el país, y seguiremos abogando por la paz dondequiera que se nos consulte, con la "D" de Dios. Llamar al "paro indefinido", cuando no saben detenerse sino presentar disposiciones desafortunadas y despreciables, los deja en el degredo político que es su habitúe desarrollo de vida desde hace años, en deuda moral con la sociedad, pues se les hace difícil imponernos un mal disimulado desempeño deplorable.
Es notorio el descarrilamiento que mantiene el hamponato que preparaba planes ya descubiertos y desparramados, detenidos y doblegados por las fuerzas del orden público, para evitar el terrorismo redivivo que iban a poner en práctica con atentados delincuenciales, a los que traían como en otras ocasiones, la conjunción de paramilitares colombianos y venezolanos, junto a mercenarios a sueldo y delincuentes comunes, mezclados con manifestantes pidiendo "democracia", filmados junto a infiltrados preparados en acciones violentas desestabilizadoras. La respuesta ha sido un derroche de hidalguía y orgullo patrio que los desmorona.
Los derrota la paz nacional, el inicio del 2021 bajo dirección disciplinada de una dama, la Almiranta en Jefe Carmen Meléndez, despierta revolucionaria digna y sincera como las mujeres de toda edad defensoras de la revolución socialista, chavista y bolivariana siglo XXI, quienes vencen y destruyen a la contra terrorista, conmueven al mundo por su decidida vocación democrática, destinada a detener el ataque vil nacional e internacional de la destrozada derecha dolarizada, y desplazada en su delirio criminal. VENEZUELA EN FAMILIA Y EN CONCORDIA 2021.