Los esténtores del fracaso de este Frankenstein madurista nos permite recordar un elemento clave en cualquier disputa política por el poder: una cosa son las condiciones necesarias y otra muy distinta las condiciones suficientes. Este modelo de desgobierno que dice una cosa y hace lo contrario, desgobierno que es valiente con los que lo enfrentan con las armas de las ideas pero que le abre las piernas a los que lo ahogan a la fuerza en una especia de síndrome de Estocolmo no va a ser derrotado solamente porque hay las condiciones necesaria para hacerlo.
Este frankenstein madurista se sostiene fundamentalmente por la vía de la violencia. Esto parece una verdad de Perogrullo pero no lo es, veamos. Estamos consciente que la definición de Estado en términos más elementales surca dos caminos: el de la persuasión y el de la represión. El modelo frankenstein madurista hace rato que fracasó en lo de la persuasión. Dejemos claro otra cosa hoy día la vigencia, que no quiere decir que sea la correcta sino la que históricamente está presente, del estado capitalista es indiscutible. La discusión en todo caso es de matices. La contradicción entre el modelo frankenstein madurista y los huelepega que creen en los EE.UU es una pelea intercapitalsita. El frankenstein madurista se ha plegado, para sobrevivir y defender su pellejo, a una coalición entre las que destaca China, Rusia, Turquía, Irán y Cuba. Cualquier observador sin mucha imaginación podrá subrayar lo heterogéneo de esa alianza.
Lógicamente que ese somero plano internacional contextualiza lo que al interno sucede en Venezuela. A lo interno las disputas por las migajas del destruido país se están dando entre los sectores más desprestigiado de la política: por un lado el sector capitalista más entregado al capitalismo emergente internacional instalado en el gobierno y por el otro al sector entreguista del capitalismo decadente norteamericano representado por la oposición que malconduce el llanero solitario de Juan Guaidó. Estos dos extremos fracasados mantienen una falsa polarización que tiene como consecuencia dos elementos: en primer lugar, los fortalece en sus posturas. ¿Qué quiere decir esto? Que sin la existencia de uno sería imposible la existencia del otro. En segundo lugar y como consecuencia de lo anterior desanima a la participación a una amplia gama de sectores mayoritarios que no encuentran cabida en ninguna de estas dos posturas pero que en definitiva tienen la posibilidad real de sacar del poder a estas dos minorías.
La estrategia política para desplazar del poder a estos dos sectores corruptos, ineficientes y pranáticos debe pasar por una táctica de bisagra que conecte, a los sectores honestos, eficientes y ciudadanos que están más cerca de los ideales de las propuestas enarboladas por Chávez pero que se sienten estafados, y con mucha razón por el modelo del frankenstein madurista y los sectores simpatizantes de los fue la democracia representativa del puntofijismo y que ven en el llanero solitario de Guaidó a un pobre diablo.
Esa táctica política de bisagra debe ir acompañada por el fortalecimiento de una red ciudadana que dé participación a diferentes sectores que al margen de la dinámica político-partidista tiene mucho que decir ante esta crisis. Esto significa que a la par de la lucha que se de en las estructuras del poder constituido cuya representación máxima es el Estado capitalista, se deba seguir fortaleciendo las áreas donde los poderes creadores del pueblo vienen dando respuestas a la crisis con iniciativas propias, autogestionarias y libertarias.
Por último, no creo que se trate de fomentar una vanguardia que lidere. Se trata en todo caso de fomentar una red de retaguardia que acompañe a la inmensa mayoría que hoy no se siente representada por la estructura de poder que hoy tiene sumido al país en una época de las más oscuras de la historia contemporánea venezolana.
El venidero proceso electoral debe ser un espacio, que no el único, para construir esa bisagra y acompañar esa red. Ya se están moviendo los hilos y los cálculos de estos dos sectores fracasados para meterle mano a las gobernaciones, ergo a las migajas que de ellas puedan sustraer. Van a seguir en el mismo tono de siempre fomentar una falsa polarización para que la inmensa mayoría se desentienda del tema electoral y siga pendiente sólo del día a día. Contra esta estrategia urge acompañar a la ciudadanía en sus luchas diarias y convencerlas que una de las formas de salir de esta crisis es participando políticamente. Que esa participación política no se circunscribe solamente al tema electoral pero que sin embargo no la excluye.
Un primer paso para fomentar la participación de la ciudadanía de forma activa en el venidero proceso electoral de gobernadores es que por estados se presente una propuesta de gobierno que sea el producto de la participación más amplia de la diversidad y pluralidad de sectores que haga posible la mejora de las condiciones de vida de cada región. Hay unas ideas que lanzo para la discusión para ir creando esta propuesta de plan de gobierno regional:
- Todos los aspirantes a participar como candidato a las gobernaciones de hacer pública su Declaración Jurada de Patrimonio.
- Quienes deseen participar en la coalición regional para la elección de gobernadores para salir de estos dos grupos pranáticos, deben participar en una consulta pública, previamente haber presentado su plan de gobierno, de esta manera saldría una sola candidatura, también podría evaluarse otras posibilidades como la del consenso.
- Los candidatos deben declarar la independencia de Venezuela para discutir sus asuntos internos y rechazar cualquier tipo de intervención abierta o solapada de cualquier gobierno extranjero, ergo la libre sobredeterminaicón del pueblo venezolano sin injerencia extranjera laguna.
- El tren ejecutivo que acompañe a la persona electa para representar la coalición será sacado a concurso para que de esta manera quienes ocupen dichos cargos sean los más aptos y no los más serviles como viene ocurriendo hasta ahora.
- La persona que resulte ser el o la candidata de la coalición se debe comprometer a fortalecer las transferencias de competencias a las diversas expresiones de organización popular.
- La persona que resulte ser el o la candidata de la coalición se debe comprometer a respetar el derecho legítimo de las personas a las protesta sin que por eso sean estigmatizadas, violados sus derechos y menos ejecutadas sumarialmente.
- La persona que resulte ser el o la candidata de la coalición debe reconocer la existencia de diferentes tipos de propiedad: la individual, la familiar, la pública, la comunal, la asociativa, la privada y la estatal. Esto significa la existencia de una heterarquía de propiedad sin jerarquía de ninguna sobre otra; de lo que se trata es de una sana convivencia de complementación entre los distintos tipos de propiedad.
El llamado es de una unidad entre los diversos sectores que comulguen con un nuevo tipo de ejercicio de la dirección de las políticas públicas que se aleje del pranato político, de la corrupción, de la deshonestidad, de la irresponsabilidad, del nepotismo, del entreguismo a interés ajenos del país, en fin lo que nos conminaba el Libertador construir un gobierno, en estos momentos regionales: produzca la mayor suma de posibilidad posible, la mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política.