1811-1821

Martes, 26/01/2021 01:55 PM

Estos documentos históricos El Acta de Independencia de 1811, escrita por el Pueblo de Venezuela y El Informe al Congreso de Colombia sobre La Batalla de Carabobo de 1821, escrito por El Libertador Simón Bolívar, son documentos que todo ser humano de este mundo debería leer, no solo para su conocimiento, sino para que respeten a la nación que no desmayará hasta encontrar la mayor suma de felicidad.

Es digna de admiración una patria con un pasado tan valioso, de independencia y personajes tan extraordinarios. Esa década que va desde el año 1.811 hasta 1.821, es una década dura, como las otras de batalla, pero estos documentos demuestran algo que va más allá de la dureza, significan hechos reales que demuestran el gran valor de los venezolanos, su inteligencia y seguridad a la hora de la verdad.

Acta de Independencia de 1011 escrita por el pueblo de Venezuela

"A pesar de nuestras protestas, de nuestra moderación, de nuestra generosidad, y de la inviolabilidad de nuestros principios, contra la voluntad de nuestros hermanos de Europa se nos declara en estado de rebelión, se nos bloquea, se nos hostiliza, se nos envían agentes a amotinarnos unos contra otros y se procura desacreditarnos ante todas las naciones del mundo, implorando su auxilio para deprimirnos, mas nosotros que nos gloriamos de fundar nuestro proceder en mejores principios y que no queremos establecer nuestra felicidad sobre la desgracia de nuestros semejantes, miramos y declaramos como amigos nuestros, compañeros de nuestra suerte y participes de nuestra felicidad, a los que unidos con nosotros por los vínculos de sangre, la lengua y la religión, los mismos males en el anterior orden; siempre que, reconociendo nuestra absoluta independencia de él y de toda otra dominación extraña, nos ayuden a sostenerla con su vida, su fortuna y su opinión, declarándolos y reconociéndolos como a todas las demás naciones en guerra, enemigos, y en paz, amigos; hermanos y compatriotas". (Acta del 5 de julio de 1811).

Informe sobre La Batalla de Carabobo de 1821, escrito por el Libertador

Ayer se ha confirmado con una esplendida victoria el nacimiento político de la Republica de Colombia. Reunidas las divisiones del Ejercito Libertador en los campos de Tinaquillo el 23, marchamos ayer por la mañana sobre el cuartel general del enemigo, situado en Carabobo. La primera División compuesta por el bravo Batallón Británico del Bravos de Apure y 1500 caballos a las órdenes del Sr. General Páez. La segunda, compuesta de la segunda Brigada de la Guardia, con los batallones Tiradores, Boyacá y Vargas, y el Escuadrón Sagrado que manda el impertérrito Coronel Arismendi a las ordenes del Sr. General Cedeño. La tercera, compuesta por la primera Brigada de la Guardia con los Batallones Rifles, Granaderos, Vencedor de Boyacá, Anzoátegui y el regimiento de la Caballería del intrépido Coronel Rondón, a las ordenes del Sr. Coronel, Plaza.

Nuestra marcha por los montes y desfiladeros, que nos separaban del campo enemigo fue rápida y ordenada. A las once de la mañana desfilamos por nuestra izquierda al frente del ejército enemigo, bajo sus fuegos atravesamos un riachuelo, que solo daba frente para un hombre, a presencia de un ejército, que bien colocado en una altura inaccesible y plana, nos dominaba y nos cruzaba con todos sus fuegos.

El bizarro General Páez, a la cabeza de sus dos batallones de su división y del regimiento de caballería del valiente Coronel Muñoz marcho con tal intrepidez sobre la derecha del enemigo, que en media hora todo él fue envuelto y cortado.

Nada hará jamás bastante honor al valor de estas tropas. El Batallón Británico, mandado por el benemérito Coronel Farriar, pudo aun distinguirse entre tantos valientes, y tuvo una gran pérdida de oficiales.

La conducta del General Páez en la última y más gloriosa victoria de Colombia, le ha hecho acreedor al último cargo en la milicia, y yo en nombre del Congreso, le he ofrecido en el campo de batalla el empleo de General en Jefe del Ejército.

De la segunda División no entro en acción más que una parte del Batallón Tiradores de la Guardia que manda el benemérito Comandante Heras. Pero su general desesperado por no poder entrar en la batalla con toda su división por los obstáculos en el terreno, dio solo contra una masa de infantería, y murió en medio de ella del modo heroico que merecía terminar la noble carrera del bravo de los bravos de Colombia. La Republica ha perdido en el General Cedeño un gran apoyo en paz o guerra; ninguno más valiente que él, ninguno más obediente al gobierno. Yo recomiendo las cenizas de este General al Congreso Soberano para que se le tributen los honores de un triunfo solemne. Igual dolor sufre la republica con la muerte del coronel Plaza, que, lleno de un entusiasmo sin ejemplo, se precipito sobre un batallón enemigo a rendirlo. El Coronel Plaza es acreedor a las lágrimas de Colombia y a que el Congreso le conceda los honores de su heroísmo eminente.

Disperso el Ejército enemigo, el ardor de nuestros jefes y oficiales en perseguirlos fue tal que tuvimos una gran pérdida en esta alta clase del Ejército. Ha dejado de serlo. 400 hombres han entrado hoy a Puerto cabello

El Ejercito Libertador tenia igual fuerza que el enemigo, pero más que una quinta parte de él ha decidido la batalla. Nuestra pérdida no es sino dolorosa: apenas 200 muertos y heridos.

El Coronel Rangel, que hizo como siempre prodigios, ha marchado hoy a establecer la línea contra Puerto cabello.

Acepte el Congreso Soberano en nombre de los bravos que tengo la honra de mandar, el homenaje, de un ejército rendido, al más grande y más hermoso que ha hecho armas en Colombia en un campo de batalla.

Tengo el honor de ser con la más alta consideración, de V. E. Atento, humilde servidor.

Al terminar la Campaña de Carabobo los realistas tienen en su poder a Cumaná y Puerto Cabello. Cumaná fue liberada en octubre de 1821 y Puerto Cabello, resistió el sitio republicano hasta finales de 1823.

Llama la atención la similitud de estos documentos históricos de ayer, con el trato que nos dan hoy los países imperialistas. En una nueva independencia la que estamos librando. No olvidemos que el desarrollo de ellos es el subdesarrollo nuestro y es lo que tienen que entender algunos "venezolanos", los del norte, nos explotaron, se desarrollaron, a costa de dominarnos desde que llegaron hasta hoy, por eso, conciencia patria. Liberarnos democráticamente de la maldad de los antipatriotas; los amos del valle, los inmigrantes escuálidos y los disociados en general, es la orden. Poner andar la comuna es prioridad para organizar y transformar todo lo que tenga que ser transformado, buscando nuestra felicidad, como dice el Acta de Independencia de 1.811.

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