Según las leyendas, una vez existió un sueño de país hoy olvidado en la bruma del tiempo…
Se dice, que de las entrañas del Pueblo aparecieron unos seres de luz y nos dijeron:
«VAMOS A HACER ENTRE TODOS UN GRAN PAÍS, SOBERANO E INDEPENDIENTE; VAMOS A COMBATIR ENTRE TODOS LA CORRUPCIÓN Y LA IMPUNIDAD; LA COSA PÚBLICA SERÁ ASUNTO DEL CONOCIMIENTO DE TODOS Y NO MANIPULACIONES DE ÉLITES FINANCIERAS O CORRUPTAS; VAMOS A TRANSFORMAR LA ECONOMÍA; VAMOS A MANDAR OBEDECIENDO AL PUEBLO,…
PERO ESTEMOS CLAROS CONCIUDADANAS Y CONCIUDADANOS QUE VAMOS A TENER ENEMIGOS PODEROSOS FUERA DEL PAÍS Y DENTRO DE ÉL… VAMOS A SUFRIR EL ASALTO DE LOS IMPERIOS POR LA FUERZA Y POR LA MAÑA, DE LA BANCA NACIONAL Y TRANSNACIONAL Y DE LOS TRAIDORES A LA PATRIA CRIOLLOS DENTRO DEL PARTIDO Y FUERA DE ÉL, QUE SOLO VEN EN ELLA LA OPORTUNIDAD DE HACER BUENOS Y TURBIOS NEGOCIOS.
VAMOS…»
Y fue así que comenzó aquel sueño que no aparece en documentos oficiales y del que todavía se habla en las catacumbas del Pueblo. Así nos cuentan hoy poetas trasnochados.
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El Pueblo todo acudió a aquel llamado que anunciaba un nuevo tiempo inspirado en la verdadera democracia participativa y no en el poder de cúpulas y oligarquías.
Pero nos cuentan los poetas trasnochados que hubo resistencia y, los privilegiados de entonces, que fueron separados del poder y sus privilegios, no se resignaron y formaron una alianza oscura que llamaron VUSP-DUM, nadie sabe bien por qué, pero así pervive todavía en las tradiciones antiguas. Y se movían en las sombras conspirando contra el Pueblo junto a su temible brazo armado, la unión RATILIM-ACIVÍC, la que en un principio intentó contener la revolución popular, pero fueron barridos por el fervor originario del Pueblo quien asumió la construcción de su destino directamente. Tomó el poder sobre aduanas y aeropuertos y todo el comercio exterior. Asimismo ocurrió con la distribución de alimentos y medicinas que, recibidas directamente por el Pueblo, hasta él llegaban directamente para aliviar su necesidad. Nada que tuviera que ver con el bienestar del Pueblo, como la deuda externa, fue excluido de su contraloría social.
Se cuenta en las tradiciones orales que hasta los altos precios y la especulación fueron objeto de la gesta colectiva de aquellos días ancestrales… hubo fuga masiva de banqueros y comerciantes temerosos de ser alcanzados por el brazo justiciero del nuevo tiempo que amenazaba sus negociados y monopolios. Y fue así porque los productores, creadores de bienes y los fabricantes ahora sí podían llevar sus mercancías directamente al mercado, gracias al desarrollo de los medios de transporte revolucionados por la fragua combativa del cambio compartido. Y así fueron creados como en un big bang nuevos sistemas postales eficientes y seguros; red de trenes y barcos, de aviones y helicópteros, todos surcando la tierra, el aire y los ríos ahora convertidos en autopistas donde se movían mercancías, bienes y personas celebrando el amor a la vida y construyendo su país y su felicidad. Por primera vez la riqueza se creó y se compartió con justicia; por primera vez el Pueblo dispuso de tiempo libre y disfrutaba del estudio, la educación, el ocio de la lectura, los viajes y los encuentros en teatros, música, pintura y artes en general. La tierra y la soberanía sobre ella tuvo que ser rescatada de sus depredadores que, sin contemplar que somos uno con la naturaleza, la rompieron y contaminaron para extraer de sus amorosas entrañas ilegales beneficios…
Fue una verdadera revolución, como solo un Pueblo unido puede hacer. Y no fue necesario hablar de ANC ni de encriptados artículos. Ni de unión cívico militar. Ni de Ley Antibloqueo.
Todo eso nos cuentan los poetas trasnochados en sus leyendas.