Censura, verdugos y las catacumbas del regreso

Domingo, 31/01/2021 08:32 AM


Parece ser una ley histórica la sustitución del resplandor humanista de una etapa histórica por la noche negra de la barbarie. Ocurre con la frecuencia del fanatismo: después del esplendor de Cristo en la tierra vino la hoguera para sus seguidores genuinos; el brillo de la Revolución Francesa se opacó con la época del terror y el regreso a la monarquía de Napoleón; después de Bolívar, Páez y Santander se encargaron de oscurecer la gesta heroica de la independencia; Lenin terminó en Gorbachov y Putin, para no nombrar a Stalin y la persecución cruel a Trotsky.

Hoy presenciamos, sufrimos, esta terrible cadena de causa- consecuencias históricas. La luz de un periodo es enlutada por las tinieblas, se cumple esa especie de maldición. El periodo esperanzador del Comandante Chávez es suplantado por la oscuridad actual. La luz vuelve a las catacumbas.

Asombra el vuelco histórico rotundo: lo que ayer era, hoy es anatema, sólo se recuerda falsificado; hablar de Plan de la Patria es tolerado si es para embaucar a las masas cándidas, nombrarlo con sinceridad es un delito; hablar de Socialismo, de Revolución verdadera es ser objeto de injurias, descalificaciones, destituciones, exilios.

Los que ayer militaron con el Socialismo hoy encontraron excusas y subterfugios para renegar, unos dicen que no hay condiciones por las medidas económicas y el raro bloqueo que permite bodegones y ferraris. Se olvidan que el Socialismo ha surgido en condiciones difíciles, de periodo especial en Cuba, por ejemplo, de la guerra contra la Revolución de octubre, contra la Unión Soviética que nacía. Éstos, a la primera dificultad corrieron a fedecámaras para que les construyera el Socialismo. Son los oportunistas de siempre, los mismos que se burlaron de la lucha guerrillera y luego para lavar sus culpas derechistas llevaron a Fabricio al Panteón Nacional, los que hacían coro a las ideas del Comandante Chávez y hoy persiguen a los chavistas que les recuerdan su traición.

Ahora el chavismo auténtico es un quehacer clandestino, un murmullo peligroso, víctima de la censura y, lo que es peor, de la autocensura. Los órganos, las páginas se cuidan ante las amenazas del poder que cierran diarios casi centenarios, persiguen programas de radio y televisión, pero lo más grave, lo más triste es la autocensura de los medios y páginas, que contribuyen a la persecución de lo verdaderamente revolucionario.

Esta autocensura espontánea brota de siglos de condicionamiento de la esclavitud: el esclavo lucha contra su libertad, la cuida, la perpetua, la reproduce, es verdugo de los portadores de la luz, de esta manera la esclavitud no se instala por la fuerza sino por la conquista de siglos del alma del dominado. La crueldad contra lo diferente, los que proclamen la liberación es aceptada, festejada, impulsada. Así se aplaudía el ahorcamiento de los “herejes”, la hoguera de la inquisición, así se expulsó de Bogotá a Bolívar a los gritos de “longaniza”.

Hoy las ideologías capitalistas en sus diferentes matices se organizan contra la idea Revolucionaria. Unas corrientes son directas, otras disimulan sus cadenas con el pasado; unos son reformistas, otros son capitalistas sin vergüenza, todos persiguen al Socialismo, lo segregan. Le temen.

El Socialismo, el chavismo auténtico, vuelve a las catacumbas, allí prepara su seguro regreso; espera, la esperanza, se organiza de nuevo la idea y la acción, la masa conoció el nuevo mundo, supo que es posible, ese logro no se olvida, vive en lo profundo del alma popular. Un día, una madrugada, emergerá, a ese día inevitable temen los oportunistas de hoy, los traidores de siempre.

¡CHÁVEZ VOLVERÁ!

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