Las dos caras de la misma crisis de la V República Bolivariana de Venezuela y el espejismo petrolero 1/2
Por: Alexander Kórdan Acosta R.
Domingo, 31/01/2021 04:25 PM
Hay dos tesis que se contradicen mutuamente, no se asimilan mutuamente, una, la opositora al chavismo, acusa de la crisis actual de Venezuela a la revolución bolivariana, a las políticas de Nicolás Maduro el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, en particular a la manera de conducir económicamente el país, expropiar sin preservar o asegurar la sustentabilidad de las mismas, a la cual señalan de fracaso, propiamente al proceso de revolución chavista y bolivariana, al no atender las necesidades sociales, proteger el ingreso de los trabajadores, el salario, al devaluar el signo monetario, además de sucumbir frente al dólar, dolarizar libremente la economía venezolana, dejarla a merced del mercado, aparte de tomar decisiones oficiales de dejar circular libremente el dólar en la banca y el comercio con graves consecuencias en el sistema de precios y en la depreciación del bolívar.
La otra tesis la oficial, la chavista, parte de que la crisis económica y social del país responde a la crisis inducida, a la guerra económica, al bloqueo, las sanciones políticas, económicas y financieras, además de todas las secuelas que ella ha traído como resultado de la principal arma del imperialismo de los Estados Unidos, la guerra del dólar como vehículo de destrucción del signo monetario, restricción de las transacciones internacionales, el secuestro de los activos financieros venezolano, el oro, los depósitos en la banca internacional, los impedimentos de vender petróleo y oro al mundo, cada vez impidiendo que el país se vea en capacidad de recibir ingresos monetario, asfixiando económicamente la vida del país.
Mientras tanto el pueblo chavista y no chavista, opositor debate públicamente con acusaciones mutuas, en particular cada vez que se acercan campañas electorales como la pasada, la de la asamblea nacional, diciembre del 2020 reciente, y ahora, con las elecciones de gobernadores y alcaldes para el 2021, donde la temperatura política volverá a subir el termómetro, y en un juego de ataques y contraataque, “Y que estamos bien”, “ahora Venezuela es de todos”, donde los chavistas muchas veces no saben que responder a los dardos y sarcasmos de la oposición, dado que además el papel de la burocracia y la corrupción han hecho mucho daño, toda vez que tenemos un gobierno que ha mostrado sus costuras de clemencia y perdón, reinando en consiguiente la impunidad ante los crímenes políticos y económicos y porque no decirlo, el silencio de la corrupción en el trafico de gasolina, la autocracia en los organismos públicos, el caudillaje.
Todo pareciera que la lucha política es por el gobierno simplemente, por el poder, nada se dice sobre otros actores sociales y políticos, ellos actúan a la sombra del gobierno, quienes controlan la economía, quienes aumentan los precios, quienes especulan con los dólares, quienes tienen licencia de vender y comprar, y ahora libremente bajo la autorización de hacer sus operaciones con dólares, hasta el mismo gobierno lo hace en las estaciones de gasolina, venden gasolina escasa en dólares, beneficiándose agentes policiales, policía nacional bolivariana, regional y personal militar de la guardia nacional bolivariana, contagiando al país de privilegios y preferencias hundidos en la corrupción, ellos deciden quién tanquean o no, primero los que pagan en dólares o bienes y luego le siguen los vehículos públicos, y los usuarios que no pagan vacuna, quedan de último, demostrándose que a la revolución bolivariana ha perdido el control de la corrupción cuando las mismas autoridades trafican gasolina y dólares sin importar el pueblo, todo ello revela que siguen devorando la corrupción al proceso bolivariano sin vergüenza pública.
¿Qué credibilidad ante estos eventos críticos tiene el pueblo venezolano?. Más recientemente bombardeado por la desinformación, las noticias falsas, las orientaciones ideológicas de los medios privados nacionales y extranjeros, en especial las redes sociales, aparte de la debilidad comunicacional del gobierno bolivariano, asimismo de su política que no termina de cristalizar con eficacia una verdadera protección social al pueblo, pese a las acciones esporádicas del Clap al menos en el interior del país, los bonos de subsidios vía carnet de la Patria, los golpes económicos han resultados eficaces, la artillería del dólar y los precios han derrumbado la confianza del pueblo en el chavismo, frustraciones, decepciones, descrédito, y en general un ola de escepticismo se ha propagado en el país, después de la muerte de Chávez, nunca el pueblo ha estado tan hondo en estado de capa caída, prueba de ello, las elecciones de diciembre del 2020, el pueblo acudió un 31% a votar, decidió por el chavismo una minoría, claro cumpliéndose el hecho de que los que acuden a votar deciden por los que no acuden, puesto que el voto no es obligatorio, solo un derecho.
Sin embargo la huella de la deslegitimación política se siente, el gobierno chavista no puede pasar por desapercibido el problema, tiene una crisis social, económica y política, el presidente no ha querido tomar decisiones drásticas, ni siquiera ostentado el poder de la asamblea constituyente con la cual superó la crisis anterior de las guarimbas, evitando una guerra civil que acechaba a la República, supo amainar la crisis internacional, pero a lo interno, no se ha enfocado bien, excepto en la derrota de la oposición política, pero en el mercado siguen operando las fuerzas enemigas, externas e internas, no en vano en una situación similar opinando sobre la forma de gobierno, en su tiempo Bolívar expresó respecto al poder ejecutivo, en estado de guerra: El poder ejecutivo, y concentrándolo en un presidente, confirámosle la autoridad suficiente para que logre mantenerse luchando contra los inconvenientes anexos a nuestra reciente situación, al estado de guerra que sufrimos y a la especie de enemigos externos y domésticos contra quienes tendremos largo tiempo que combatir” (Discurso de Angostura). Solo la ley antibloqueo señala este tipo de poder en manos del ejecutivo, al parecer insuficiente, muy titubeante, aérea para sumir el timón de la República, hay necesidad en situación de guerra de dar el verdadero “Golpe de Timón”. Maduro, por sus virtudes al parecer no tiene el arrojo, el coraje de hacerlo, ceñido a la legalidad constitucional liberal, evitando fuertes criticas como despertó la ley antibloqueo no lo hará sino nos equivocamos.
Estamos en guerra, quien lo puede negar, una guerra económica silenciosa, externa y domestica, acosados por nuestros vecinos, provocados una y otras veces por los problemas fronterizos, en la que compañías petroleras amenazan nuestra soberanía, en particular explorando la plataforma marina donde yace petróleo y gas, los narcotraficantes de drogas no cesan en vulnerar la soberanía venezolana, Brasil y garimperios conjuntamente con venezolanos apátridas no descansan en saquear el oro de nuestras minas del Oriente del país, total estamos amenazados por los cuatros costados, sumándole a esta crisis, la descomposición social de políticos, burócratas a los que se agrega la impunidad del gobierno chavista al permitir la libertad de guarimberos y políticos, que siempre terminan liberados, fugados e indultados.
¿Cómo no haber crisis política, económica y social, si se titubea en las tareas de la revolución bolivariana, en aquellas tareas por ejemplo, que podría haber respondido en esta situación de crisis sanitaria con el covid-19 con el suministro de alimentos al pueblo toda vez que debimos haber hecho al menos la revolución agrícola, pudimos haber abastecido de alimentos a todo el país, sino en proteína animal vacuna, en pescado, en tubérculos y vegetales, con granos, con harina de maíz, y con tantos rubros agrícola que ni los fundos zamoranos, ni las cooperativas agrícolas, ni las empresas de producción social estuvieron presentes ni a la altura de la demanda de alimentos, hemos estado a la deriva, ni los ejemplos del Programa Sembrando Patria, estuvieron solidario con el sufriente pueblo que se ve golpeado políticamente todos los días, cada vez que acude al mercado como ciudadano y ve, como les niega el derecho a alimentarse, a ejercer la soberanía alimentaria.
De que independencia estamos hablando en Venezuela?, vayamos hacia adentro, campo adentro, donde están los injertos socialistas que hablaba Chávez, todo se evaporó cuando el rentismo neo socialista dejó de percibir la renta petrolera, era un espejismo petrolero, por tanto no hemos realizado la primera de las revoluciones, la del campo, la que señalara Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora, no hay ni tierras y hombres libres suficientes para dar de comer al pueblo, no hay suficiente empoderamiento social del campo, no hay amor al campo venezolano, tan solo loas y canciones que enaltecen el folclor, pero eso de trabajar y hacer la revolución agrícola eso solo queda para grandes terratenientes, hacendados y oligarcas de las tierras, no para los patriotas.
Hay que decirle al gobierno bolivariano con palabras prestadas de García Linera que “Las masas no son los ratones o perros de Pavlov, que responden según la intensidad de los estímulos”, esto es con los bonos del carnet de la patria, el clap o los juguetes de San Nicolás, el pueblo tiene su propia dinámica, ya una vez Chávez vivió esa experiencia, la revolución bolivariana la ha vivido cuando perdió la asamblea nacional y el referendo por la reforma constitucional, si no se hace la revolución de verdad hay marcha atrás, el retorno, volveríamos a los espacios y resortes del capitalismo, más vale que el comandante en jefe de esta revolución se alerte y deje de hacer demagogia con los perniles, con los claps, deje de lucirse tanto en público, hacer tanta gala de vestimenta superflua, deje de chistecitos al público, dedíquese a mandar obedeciendo al pueblo, sea discreto a tono con la gravedad que vive el país sufriente, atendiendo sus necesidades de agua, lo más elemental, el derecho al agua potable, de la que se han hecho grandes negocios las cisternas, los comercios, ni beber agua pura tiene derecho el pueblo, aparte de electricidad y aseo, las condiciones mas elementales de vida están vulneradas dicho por el mismo presidente en un taller a los diputados recién electos, en cada hogar, ese pedacito de patria que habla el presidente, los derechos humanos se han vulnerado, se ha perdido la soberanía.
Fuentes consultadas:
1.-Bolívar, S. (1819). Discurso de Angostura, en Héctor Bencomo, H., Lecciones de Cátedra Bolivariana. Grijalbo, Caracas, 1994.
2.-García Linares, Álvaro (2015). El Manifiesto Comunista y nuestro tiempo, en La Potencia plebeya: acción colectiva e identidades indígenas, obreras y populares en Bolivia. Siglo XXI, Buenos Aires, Editores, Clacso, 2015.