¿Quién lo iba imaginar? Día 323 del inicio de esta pandemia en el caso venezolano, y esta columna llega hoy, a su entrega número 150. Quiero agradecer infinitamente a todos mis lectores y lectoras no sólo por el seguimiento de esta columna, sino por todo el conjunto de aportes y sugerencias que le han permitido, pese a lo incipiente de la misma, ir evolucionando y pasando por diferentes y diversas etapas.
También por elementos de intuición, pues cabe recordar que esta situación es inédita en el mundo, que algunos ya estamos avizorando en un mediano plazo, la etapa de la post pandemia, que ya advierte que será mucho más dura que la propia pandemia y de la cual hay que prepararse.
Y en el caso concreto de la República Bolivariana de Venezuela, en tiempos de políticas de asedio, bloqueo y de tantas contradicciones y que uno de esos objetivos es lograr, como lo señala el Almirante en Jefe y Comandante Estratégico Operacional de la FANB, Remigio Ceballos Ichaso, la Fragmentación del Estado- Nación venezolano, en trabajo que en anterior entrega mencioné y que debo en próximas oportunidades comentarlo con un mayor detalle. Es, en ese sentido, que debemos todas y todos trabajar, como lo diría el Padre de la Patria Grande, por el bien inestimable de la Unión.
Y algunos y algunas, que nos hemos tomado dizque un receso en el que no nos quedamos del todo tranquilos y del que no pudimos dedicar como nos hubiese gustado, todo el tiempo para los afectos, pero que también ha habido algún tiempo para ello, porque el rescate de lo humano en medio de esta pandemia también ha sido muy importante.
Indudablemente que en este casi diario trajinar, agradeceré los aportes que tantas personas se han tomado en hacerme llegar y que uno, asumiendo una vocería autoimpuesta de tantos camaradas que no tienen las mismas posibilidades que uno que sus opiniones sean leídas en la opinión pública nacional e internacional, es que nos convertimos en vehículos de solicitudes y recomendaciones, a los fines de preservar nuestra Revolución en Venezuela. Razón tienen algunos al señalar que la Revolución Bolivariana tiene innumerables amigos y amigas en el mundo.
Pese a los planes por llenar las calles de Caracas y de Venezuela de sangre, buscando un desenlace violento a la actual coyuntura política en Venezuela y de los innumerables esfuerzos del presidente Maduro y demás integrantes del Alto Mando Político y Militar de la Revolución de garantizar la estabilidad política para así lograr la estabilidad y necesaria recuperación económica, que esperamos referirnos con muchos más detalles en próximas entregas y en la medida de lo posible, hoy nuevamente nos apoyaremos en unas sugerencias de uno de esos amigos de nuestra Revolución que se encuentra en el exterior, y que queremos hacer del conocimiento de la opinión pública y publicada a nivel nacional e internacional.
Hace un par de semanas, el actual presidente de la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela , miembro de la dirección nacional del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y del Alto Mando Político y Militar de la Revolución, Jorge Rodríguez, reveló todo el entramado de corrupción del ex diputado Juan Guaidó, donde entre otras cosas, denuncio las gestiones de éste para la exoneración de deudas con PDVSA a la República del Paraguay, en negociaciones de profundo carácter fraudulento con el gobierno de derecha Mario Abdo Benítez.
Como nos lo sugiere este buen camarada y compatriota del mundo, el Gobierno Bolivariano que hoy encabeza el Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, no debe reconocer la transacción realizada por Guaidó con el actual Primer Mandatario paraguayo, en la negociación de esa deuda del Paraguay, y de los necesarios recursos de la Nación venezolana, recursos necesarios para la adquisición de alimentos, medicamentos y otros insumos necesarios para la población de nuestro país.
La postura nuestra no es en contra del hermano pueblo paraguayo, que también es víctima de los desmanes de su actual gobierno. El gobierno venezolano de Maduro debe pasar a la ofensiva, y poner al gobierno lacayo de Abdo Benítez como estúpido que se dejó engañar por la farsa del supuesto gobierno paralelo de Guaidó y, como consecuencia, se dejó estafar por dicho criminal.
De igual manera, y de acuerdo a las disposiciones del Derecho Internacional Público, debe inmediatamente el gobierno venezolano en uso de sus atribuciones legales y constitucionales, exigir el inmediato pago de esa deuda, del capital y de sus intereses, como parte de las acciones en defensa y preservación de nuestra soberanía.
No olvidemos que uno de los ámbitos de ejercicio de la seguridad de la Nación, de conformidad con el texto del artículo 326 constitucional es en el ámbito económico.
Si esto es así, pues, ¡Cúmplase!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!