Caso Vannesa Rosales y el debate sobre la legalización del aborto

Martes, 02/02/2021 06:43 AM

Comenzamos el año ante un hecho que agitó los cimientos del movimiento feminista en Venezuela. Los primeros días de enero salió a la luz que desde el mes de octubre Vannesa Rosales, activista y docente, fue encarcelada por acompañar y asistir con medicamentos para abortar a una adolescente de 13 años que había quedado embarazada tras una violación.

Por Zuleika Matamoros. Promotora de Juntas y a la Izquierda. Integrante de Marea Socialista. Comunicadora Alternativa de la página Aporrea.org. Docente.

El desarrollo de los acontecimientos desenmascara el carácter machista y patriarcal del Estado venezolano: La madre de la víctima fue encarcelada y dejada en libertad a los 22 días del arresto por estar en periodo de lactancia. La activista, después de tres largos meses de violaciones de derechos, retardos procesales y prohibición de visitas, le fue concedida casa por cárcel por la presión ejercida por el movimiento feminista en su conjunto. El violador es solicitado por la Interpol. Hecho que se informó solo después de las acciones ejercidas desde las distintas organizaciones y activistas feministas exigiendo el cese de la impunidad del violador. Aunque la medida de casa por cárcel permite que el proceso judicial se realice en un ambiente menos violatorio de Derechos Humanos, Vannesa Rosales sigue presa y atraviesa por un proceso legal cargado de irregularidades. Es acusada de los delitos de agavillamiento, asociación para delinquir y aborto inducido por terceros. Tal es la situación actual de un caso que abre aguas en relación al debate sobre la legalización del aborto en Venezuela. En este sentido la exigencia es clara #LibertadPlenaParaVannesa

Aborto: Un tema debajo de la alfombra

Este caso de (in)justicia patriarcal sucede en un contexto en el que cada vez hay mayores avances feministas en la región, producto de la lucha y la constancia del movimiento de mujeres. Este caso pone el foco en la arcaica legislación del aborto en Venezuela, una de las más restrictivas en América Latina y que ni siquiera permite la interrupción del embarazo en caso de violación.

Pero de fondo lo que se pone de manifiesto es que si bien el Código Penal venezolano no ha sufrido cambios en materia de interrupción del embarazo desde 1873, el debate sobre la legalización del aborto no se ha sacado a la luz, no ha llegado a la mujer trabajadora, de los sectores populares. Ni siquiera en los momentos en que el proceso revolucionario estuvo en su mayor auge y se llevó a cabo un proceso constituyente.

Los obstáculos para que se abriera el debate sobre la legalización del aborto tiene por atrás al poder de las religiones o el machismo y el carácter patriarcal de quienes han dirigido el gobierno, también lo ha sido el movimiento feminista institucional que ha cedido, que se ha conformado con una flexibilización de hecho, que hoy se cierra de cara a la victoria de las mujeres en Argentina o de las movilizaciones de las mujeres en el resto de la región. Permitieron que el gobierno las condicionara y silenciara el tema, hoy a pesar de haber levantado sus voces exigiendo la libertad de Vannesa, siguen en su línea mutiladora de Derechos cuando insisten en la despenalización bajo tres causales: violación, inviabilidad del feto y riesgo para la madre.

Educación sexual para decidir, anticonceptivos gratuitos para no abortar, aborto legal para no morir

Desde Juntas y a la izquierda consideramos que es equivocado, que la exigencia en materia de aborto es la legalización porque la despenalización solo nos protege de ir a la cárcel en ciertas y determinadas condiciones. Que ni siquiera es un avance en nuestro derecho a decidir.

Es por ello que nosotras levantamos la exigencia de aborto legal, seguro y gratuito. Despenalizar el aborto no acabará con la práctica de abortos clandestinos porque precisamente las causales son para eso, no son para avanzar sino son para "ampliar" mínimamente las condiciones bajo las cuales el Estado patriarcal nos "concederá el permiso y la autorización" de interrumpir el embarazo. En otras palabras nuestro derecho a decidir quedará criminalizado, penalizado, ilegalizado, tanto como lo ha estado desde hace siglos.

Asi las cosas, ante la fuerza inevitable y visible de la cuarta ola feminista y en territorios cercanos en nuestros propio continente la respuesta de este Estado y del gobierno de Maduro ha sido más que reaccionaria, no es solo que han encarcelado a Vanessa Rosales, sino que el carácter antiderecho de cada uno de los que conforman el Estado con su oposición incluida, recientemente han creado en la Asamblea Nacional una comisión de familia, libertad de culto y de religiones favoreciendo incluso al sector de los evangélicos dentro del Poder, tal es el "pluralismo" de la reacción. Mientras, una mujer esta encarcelada por ayudar a una niña que fue violada. Mientras, el violador esta libre y mientras tanto, las mujeres sin salarios no tenemos la posibilidad de acceder a anticonceptivos gratuitos

Nuestro llamado

Desde Juntas y a la Izquierda, organización hermanada con otras organizaciones feministas internacionales que hacen vida dentro de la LIS hacemos un llamado a todas las mujeres, disidencias sexuales, hombres dispuestos a transitar las nuevas masculinidades y salir de la dimensión machista y patriarcal a unirse a nuestra organización. Es un llamado a ser parte de un feminismo de clase. A ser parte de quienes pretendemos poner estos debates en las calles, en los centros educativos, en los centros de trabajo, y en la sociedad toda.

Nuestra lucha es por los derechos de los trabajadores en su conjunto, pero con un carácter feminista. Nuestra campaña por la legalización del aborto, además tiene tres elementos claves: Educación Sexual Integral para tener herramientas para decidir y sobre todo para saber cuándo y cómo nos están abusando; acceso gratuito, regular y sistemático a los anticonceptivos para evitar embarazos no deseados y; en caso de que suceda exigimos el acceso al aborto legal para evitar que las mujeres mueran en abortos clandestinos o que simplemente sufran la condena de ser madres por obligación o por "mandato divino" de quienes ejercen el Poder de este Estado capitalista y patriarcal.

 

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