Había obviado, para el momento en que escribo estas líneas, que además de ser el día de la Virgen de La Candelaria, los 22 años del primer juramento del Comandante Chávez como Presidente Constitucional de la entonces República de Venezuela. Quien iba a imaginar que el inolvidable Comandante rompería el molde del patrón de los políticos de entonces, y que cumpliría con todas las promesas que le hizo a su pueblo.
A 22 años de la juramentación y adquisición de compromiso de Chávez, de jurar como Presidente de una patria ante una moribunda Constitución que era igual a jurar por un modelo político y económico de bases socavadas y podridas y de un ciclo histórico superado, de la erradicación del Pacto de Nueva York que es igual a Pacto de Punto Fijo, debemos volver a la senda de ese juramento y cumplir con las promesas ofrecidas al pueblo.
No olvidemos las transformaciones necesarias para consolidar el Estado Democrático y Social, de Derecho, pero sobre todo de Justicia que es igual al Estado Comunal. Que cumplamos todos y cada uno a cabalidad y con mucho AMOR y LEALTAD a nuestro pueblo con nuestras obligaciones y deberes. Como olvidar aquel abril de 1999 cuando asistimos al primer referendo donde nos preguntaron si queríamos o no ir a un proceso popular constituyente para refundar al Estado sobre bases sanas y que por voluntad propia aprobamos. Luego como olvidar la relegitimación de los poderes, dándole una gran lección al mundo. Hoy, gracias a Dios, a Bolívar y a Hugo Chávez, tenemos Patria.
Nosotros hoy estamos obligados por amor a Chávez y a Bolívar a no fallar, pese a las dificultades que se avistan en el horizonte. Chávez decía: "Un líder no debe ser borrego de nadie, no se debe a nadie, sino a su pueblo". Por eso, por siempre: ¡Viva Chávez!
En estos tiempos estamos obligados a la recuperación de la moral. A una sustitución radical de todo sistema de creación de la satisfacción de las necesidades basado en un sistema capitalista. Debemos ser impulsores y promotores de un sistema de Contraloría Social para la defensa de los recursos en la gestión pública y de la conciencia revolucionaria desde una base educativa y familiar.
Escribo esto, imbuido desde el mar de la nostalgia, a pocos días de mi retorno a trincheras de lucha, pero sensibilizado con los dolores y clamores de un pueblo, que espero que sean atendidos en circunstancias y destinos mejores. No quiero decir con esto que el gobierno de Maduro no haga esfuerzos por atender la deuda social, pero creo que podemos hacer mucho más.
En estos días me sensibilice por las palabras que me escribió una joven madre, que por razones obvias y por respeto no revelaré su nombre, quien me pidió una ayuda la cual, de acuerdo a mis posibilidades pude darle. Esa madre, con tres hermosos hijos, me recordó la realidad que afecta a la mayoría de las familias venezolanas, principal desestabilizador emocional y detonante de la desmovilización y despolitización de nuestra sociedad: el elemento económico.
Me señalaba esta madre que la hiperinflación se come el poco salario que percibe, y lo que gana, todo se le va en comida, en el gas para poder alimentarse ella y sus tres hijos, y a veces comiendo muy mal o sencillamente no alimentándose, comiendo un día sí y dos no.
Pero sobre todo, pese a este cuadro de cosas, esa mujer hermosa sigue conservando la esperanza como la mayoría de nuestro pueblo, de que esta situación cambie, a pesar de que en la mayoría de los pronósticos priva la incertidumbre y las expectativas sombrías para la post pandemia.
Lo peor de la situación no es el padecimiento de los sectores más vulnerables, sino la desmoralización y la tristeza que a mucha gente le embarga estos duros momentos.
A esa madre, me comentaba, una mujer le dijo que es muy bonita, y en su percepción pensaba que mi amiga no la está pasando nada mal. Qué bueno que haya personas que piensen que muchos están bien sin siquiera imaginar lo rudo que muchos la están pasando y que aun así encuentren gracia delante de la gente.
Pero incluso, cuando los pequeños de la casa, a esos a los que está situación junto a nuestros Adultos y Adultas Mayores más golpea, aun cuando no comprendan en su justa dimensión lo que está pasando, no sólo les queda tiempo para sonreír y darte aliento, sino que además aflora la solidaridad y lo mejor de nosotros, y muestren tu solidaridad y el querer compartir hasta el pan que no tienen, pero con tal de hacerte la situación un poco menos penosa.
Este relato me conmovió mucho. Y es la mayoría de los temas de conversación de las venezolanas y de los venezolanos de a pie. Así me pasó hace dos días, así me pasó hoy en el almuerzo con mis hermanos y con mi sobrina.
También es el tema, cuando en mi hogar, con una madre tan amorosa y abnegada que tiene tiempo para sonreír y no quejarse, y que nos ha enseñado a ser resilientes en el verdadero sentido de la palabra, pero que en el fondo hace maromas para garantizar el sustento de la casa. Confieso que eso aunque no lo exprese con palabras, me arruga y me pone chiquitico el corazón.
Me disculpan que lo exprese en términos tan coloquiales y llanos, pero estos son los códigos del pueblo llano y humilde que el pueblo entiende. Sin palabras rebuscadas y sin "perfumar la mierda", como lo decía y lo dice en su canto el eterno panita Alí Primera. Nuevamente, aflora la humanidad en esta columna combinada con mostrar la realidad que hoy vive nuestro pueblo.
Muchos andamos "pegaos" porque el salario no nos alcanza. Por ello, no es raro el poco interés en estos momentos de no menos del 80% de la población en los asuntos públicos, como dicen Jesús Seguías.
Y ya entrando al mes de febrero, el primer mes de la nueva Asamblea Nacional, como me lo hace notar un hermano de caminos, algunos están entrando en el desespero porque sienten que tanto el Gobierno como la AN van muy lento con respecto a varios temas, y no se están avocando al problema esencial del ciudadano y ciudadana de a pie que es el tema económico. Puede entenderse que, en aras del entendimiento político para resolver la crisis, hay que reunirse con todos los sectores y llegar a acuerdos para sortear y resolver ciertos nudos gordianos y en aras de la paz del país, pero lamentablemente, algunos como que están viendo esto como una oportunidad para posicionar su imagen en aras de candidaturas para alcaldías, gobernaciones e incluso candidaturas presidenciales en detrimento de ciertas y determinadas figuras u opciones.
Dios quiera que me equivoque en todo esto, y no sea parte de una terrible realidad.
Se requiere de manera imperiosa que el tema económico sea insertado en la agenda mediática y política, pero, sobre todo, que la misma se traduzca en soluciones como la necesaria restitución del poder adquisitivo y el estado de bienestar y calidad de vida que Chávez no sólo prometió, sino que su modelo promovido mostró que si lo garantiza.
En homenaje a su memoria, debemos lograr que eso vuelva a nuestra Patria
Y hago votos porque eso sea así. Yo haré mi parte.
¡Independencia y Patria Socialista!