Nunca he olvidado lo que oía a mi abuela materna, cuando era una niña, para referirse a una persona sumamente falsa: "Es más falsa que una Romana de Palo". Se refería a una balanza rústica hecha de madera, la cual indicaba más menos, que más, algo que fuera pesado.
Los que compraban cochinos los amarraban bien, los pesaban y según el peso indicado y el precio convenido por kilo, le pagaban al dueño del cochino. Sin embargo, el criador de cochinos, siempre tuvo la secreta sospecha que el susodicho marrano pesaba más. De este modo, el compra-cochino siempre se salía con la suya en desmedro del engordador, hasta que lograron conseguir una balanza de hierro certificada, quedando los compradores al descubierto, de allí que la expresión pasó a la posteridad con su claro significado.
Pues le diré a mis apreciadas lectoras y lectores, que exactamente lo mismo digo cuando leo algún escrito o declaración de rafael ramirez, el pomposo ex-ministro de Energía y Minas, ex-presidente de PDVSA y ex-embajador de Venezuela en la ONU, quien ahora pretende convertirse en el Gran Gurú y oráculo de la política y de la economía venezolana.
Pero no veo a Rafael Ramírez como un problema en sí. Lo que realmente me mueve a preocupación es la potencial cantidad de rafael ramirez, solapadamente enquistados en áreas claves y sensibles de la estructura del estado, sobre todo las estratégicas internas y las vitales actividades diplomáticas. Esos sí son harto peligrosos, por estar acechando día y noche para dar otro zarpazo y traicionar a la Revolución Bolivariana.
No cabe discusión alguna sobre sí alguien disiente y hace planteamientos novedosos, llamando a un debate de altura en el seno del movimiento revolucionario; sí decide retirarse con hidalguía y su actitud es constructiva, alrededor del Proyecto o sí decide conformar otros grupos de participación y discusión, sobre el objetivo común que nos une. En fin, empujar en la misma dirección; pero nunca aceptaremos su unión a la derecha-ultraderecha o a nuestros seculares enemigos externos, con el claro objetivo de producirnos daños irreparables, haciéndose pasar por chavistas. Eso es totalmente inaceptable.
Desde el inolvidable 4 de Febrero de 1.992 hasta ayer, mucha agua ha pasado debajo del puente. Muchos han pasado al basurero de la historia. Otros ni siquiera los tiraron allí, es como sí nunca hubiesen existido. Los que son reconocidos como Revolucionarios, desde los líderes principales hasta el humilde trabajador y estudiante, siempre serán recordados. Ellos serán los referentes de una historia que costó mucho lograrla. Fue un trabajo tesonero con el corazón y el alma, no con boletines petroleros ni nada por el estilo. Prefiero mil veces al Toby Valderrama, quién cree en lo que plantea y es irreductible.
Por convicción y amor al proyecto del comandante Chávez, insistimos cada día en luchar, dar el ejemplo y resistir ante tantos enemigos, quienes deambulan por aquí y por allá con su Romana de Palo a cuestas. No pasarán!
05 de Febrero, 2.021