El PCV o lo que queda de él

Domingo, 07/02/2021 01:16 PM

Un partido político puede ser comunista hoy, defensor del neoliberalismo más tarde y hasta fascista un poco después.

No es el nombre ni las siglas los que hablan de la orientación política de ese partido. Es el accionar de su dirigencia y de su militancia, en un momento histórico determinado, quienes hacen esa tarea.

Hacemos esta reflexión en medio de una evaluación personal de lo que fue y es ahora el Partido Comunista de Venezuela y reforzamos nuestra convicción de que negar que tuvo momentos de gloria y que izó sus banderas en defensa de los trabajadores y los desposeídos sería pecar de farsante.

Sin embargo, estamos muy claros que eso forma parte del pasado. Un pasado en el que tanto su dirigencia como su militancia tenían actitud, sueños e ideales comunistas o procomunistas.

Hoy es otro gallo el que canta. Primero, no se puede evaluar los ideales, los sueños y la actitud de su militancia, pues no tienen militancia; apenas unos cientos distribuidos en todo el territorio nacional.

Segundo, su dirigencia, como hemos venido diciendo desde los años 80, es lo más parecido que hay a la dirigencia copeyana. No en balde se sintieron representados e identificados por un hombre como Rafael Caldera a quien ayudaron a ascender al poder y a quien apoyaron para que despojara a millones de trabajadores de la retroactividad de sus prestaciones y desmantelara, en su afán privatizador, grandes empresas nacionales.

Hace años publiqué un artículo en el cual explicaba por qué Teodoro Petkoff era prácticamente el único ser humano en el mundo que no era sancionado por los gringos por mercadear con el gobierno cubano. Teodoro, a través de su hermano Luben, rompía a placer el bloqueo a la isla, vendiéndoles cemento, comida, medicina y otros productos mientras la CIA miraba para otro lado.

No se trata de afirmar que era un error apoyar a Cuba, sino de preguntarse el porqué de la conducta de los gringos.

Los beneficios económicos que ese negocio aportaba a los Petkoff era el pago que los gringos le hacían por haber desmontado la lucha armada y "adequizado" el concepto de socialismo en Venezuela.

Lo expresado en esa nota es exactamente lo que ocurrió y ocurre con el PCV en nuestro país. Chávez lo tuvo muy claro y por eso los tildó de traidores y contrarrevolucionarios.

Allá los que prefieren creerle a la dirigencia de ese minipartido. En lo personal no sólo prefiero creer en la palabra de Chávez, sino que estoy convencido de que las causas que lo condujeron a expulsarlos de su gobierno están hoy más presentes que nunca.

Así como Teodoro, Pompeyo Márquez y otros fueron captados y puestos al servicio de la derecha y la oligarquía, arrastrando consigo miles de cuadros; algunos dirigentes del PCV fueron captados para tratar de hacer con el gobierno de Chávez lo mismo que hicieron con la lucha armada a finales de los años 60 y principios de los 70.

Los financiaron para que se dedicaran a tiempo completo a la política y se hicieran de un nombre y algunos seguidores con el objetivo de tomar el control de lo que queda de partido.

Chávez los pulverizó, pero hoy intentan volver, aprovechando las dificultades que el bloqueo y las sanciones imponen, con el objetivo de dividir y destruir la revolución.

Repito, que cada quien crea lo que quiera, yo prefiero creer en el olfato y las palabras de Chávez

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