Los humanos, unos animales muy extraños

Viernes, 12/03/2021 08:11 AM

Los humanos son unos animales muy extraños, después de adquirir el uso de la razón comenzaron a comportarse de manera inopinada. A partir de ese instante intentan deslastrarse del pasado primate y se arrogan con presunción el de homo sapiens. Ya como humano sabio se apartó de la animalidad y asumió su papel de hombre. Esto último lo refiero en el sentido machista, dado que en oportunidades se identifica a los humanos como "hombres". Es por eso que muchos libros refieren "el hombre de la era antigua", o "los adelantos del hombre en siglo XIX", o "los derechos del hombre", o "el hombre racional", o "la evolución del hombre" …Opino que tradujeron como hombre la palabra "homo", que en latín significa humano. Juzgo que por mucho tiempo la palabra mujer desapareció de la literatura.

En verdad, esto tiene una explicación. Las leyes de la iglesia relegaron por centurias a las féminas y cuando aparecen sobre la tierra, lo admiten como producto de la costilla de los hombres, de allí que tal término es casi un sinónimo de esposa. Los libros sagrados modernos borraron la mujer de la ontología y eclipsaron a las diosas, presentes en las vetustas civilizaciones. Además, execraron de la sociedad a las sacerdotisas quienes en los oráculos transmitían las consultas realizadas a los dioses. Con la aparición de las religiones modernas surge el Dios masculino implacable y purificado, alejado de las debilidades de las deidades griegas, egipcias y romanas. Descartan a las diosas y a las sacerdotisas quienes, respectivamente, le hacían competencia al Dios omnipotente y a los sacerdotes. Además, acusan a las videntes de brujas y hechiceras, como actividad femenina, quienes mantenían contacto con el mal y con el diablo, por esto había que quemarlas.

El desvanecimiento de la mujer de las cuestiones religiosas fue algo perfectamente planificado por los sacerdotes. Es el resultado de que las mayorías de los profetas y los mesías son del sexo masculino: Yahvé, Jesús, Mahoma, Buda y Zoroastro. Así mismo, quienes escribieron los libros sagrados fueron hombres, como san Juan, san Lucas, san Mateo y san Marcos. Por tal razón, existen versículos de La Biblia de carácter machista. Como se sabe, los grandes jerarcas de las religiones son del sexo masculino: el papa, el patriarca griego de la iglesia ortodoxa, el lama de los budistas, el rabino de los judíos, los imanes del islam. En esta última, es notorio que, las cinco veces diarias que el almuédano pronuncia, desde el minarete, el azalá o salat o las oraciones del islam, también es un hombre. Las monjas solo se ocupaban de los servicios en las iglesias, monasterios, conventos, hospitales, sin posibilidad de ejercer un cargo en la jerarquía eclesiástica.

A través de los siglos los hombres les reservaron ciertos oficios a las mujeres, ellas trabajaban como modistas, peluqueras y cocineras. Labores propias para las féminas de las clases populares, concebidas para ser explotadas por los masculinos. Cuando los hombres descubrieron que podían sacarles dinero a tales oficios les cambiaron el nombre a dichas tareas y aparecen, no como oficios sino como profesiones: los diseñadores, no los modistos; los estilistas, no los peluqueros y los chefss, porque para un varón era poco digno el título de cocinero.

A los chefs podía dedicarle un libro completo y no me cansaría de referirme a las estupideces de muchos de ellos. Resulta que los animales evolucionaron con los alimentos que da el planeta, bien de los que provienen de la tierra, del aire y del agua. Esto les permitió mantenerse por millones de años y transformarse de acuerdo con lo que le ofrecía el medio ambiente. Por lo general, tales alimentos no han cambiado. Por ejemplo, las abejas desde hace millones de años ingieren lo mismo (el néctar de las flores) y sus panales tienen la misma estructura; el tigre sigue siendo carnívoro; el gorila vegetariano, el ciervo ingiere pasto, el oso, carne y pescado. Estas especies evolucionaron manteniendo el mismo régimen. Es decir, los animales salvajes no han variado la dieta por millones de años y por eso la especie no se ha extinguido. El único animal que se la pasa inventando vainas para joderse es el hombre. Aparecen los chefs anunciando platos o delicateses como una fiesta de sabores y colores, una gastronomía no convencional. Opino que dichos personajes desconocen que lo importante de una comida es su valor alimenticio, la capacidad que tienen los alimentos ingeridos de incorporar al organismo nutrientes como minerales, vitaminas, proteínas, grasas monoinsaturadas y glucosa. Aquellos son los que le permite al cuerpo cumplir con sus actividades físicas y mentales. La mayoría de los chefs ignora la trofología o la ciencia de la nutrición, la cual trata sobre la combinación de los alimentos y expresa lo nocivo de la mezcla o combinación de ciertos comestibles. El problema de la alimentación no es una cuestión de colores y sabores, es un asunto de nutrición y mientras una comida tenga menos condimentos es más sana.

Los seres humanos son extraños y tratan de olvidarse que su humanidad deriva de los antiguos salvajes que poblaron la tierra y estos han subsistido debido al instinto. Sin embargo, el homo sapiens se olvidó del instinto y comenzó a usar la razón y es esta la que le informa que su vida está determinada por lo que le venden los comerciantes. Estos son los que deciden lo que se debe comer, cómo deben vestirse, como deben divertirse, en fin, todo lo que hace un "ser superior" lo disponen los vendedores de productos. Vamos aclarar dudas: el humano compra pescado, pollo o carne de res para que al cocinarlos no tenga el sabor ni de pescado, ni de pollo ni de carne. Para esto utiliza condimentos para modificarle el sabor. Tales recomendaciones no provienen de la trofología, sino de la avidez de los humanos para hacerse rico. Las especies como la pimienta, la canela, el clavo y el comino fue un gran negocio de los comerciantes. A tal grado que Colón salió a buscarlas por las Indias occidentales dado que por el otro lado lo impedían los ingleses y los portugueses. Fueron ellos, los vendedores de especies quienes impusieron a la aristocracia de la época que aquellos eran los ingredientes mejores para la cocina y los más caros. A partir de allí comenzaron las mentiras, la obesidad y los males estomacales. También les vendieron un cuchillo para la carne, otro para el pescado, una copa para el vino tinto, otra para el vino blanco y otra para el agua, además una copita para el licor, un plato y una cuchara para el postre, en fin una cantidad de estupideces que no tenían nada que ver con los valores nutricionales de las bandejas servidas.

De mismo modo, fueron los comerciantes quienes inventaron que en una comida se servían cuatro platos, el de entrada, la ensalada, el plato fuerte y el postre. Además, había que regar la comida con un vino de solera especial de la casa o una gaseosa. Sin embargo, desde el punto de vista nutricional esto es una barbaridad, dado que consumir líquido antes, durante y después de la comida diluye los ácidos gástricos que contribuyen a la buena digestión. Me remito a los animales salvajes: un gorila se sienta al lado de una mata de mango, come la misma fruta hasta hartarse y no la acompaña con otro alimento. Además, tampoco ingiere ningún líquido durante su almuerzo, simplemente porque el único animal que comete el desatinado de comer y beber es el hombre. Según, la publicidad refiere que comiendo con una botella de vino durante una comida el amor crece y se excita la tentación. En verdad, lo único que crece es la barriga, dado que el vino es una bebida que fermenta y los gases estomacales acumulados están a punto de salir por alguna vía. Y como todos sabemos, los gorilas se han mantenido fuertes por los siglos.

No estoy recomendando que comamos como los gorilas, simplemente debemos ingerir comida sana y balanceada, comida real (fruta, legumbres, verduras, carne sin procesar), con pocos condimentos, para así evitar que los órganos encargados de digerirla se esforzan lo menos posible. Por si no lo sabían, los seres humanos avejentan más rápido porque con la ingesta de comida procesada (no real) obliga al organismo a trabajar más de la cuenta. Degeneramos por desgaste, por eso hay que dejar de lado la comida empaquetada, enlatada, embotellada y la comida chatarra.

Los humanos son extraños, inventan medicinas para sanar, pero fabrican armas para acabar con la humanidad. Existen gobiernos preocupados por los derechos humanos y les venden armas a los terroristas, a los narcos y a otros gobiernos que utilizan las armas para aniquilar otros pueblos, además, aplican sanciones económicas, financieras y embargos para destruir los pueblos. Los humanos son los únicos animales que hacen la guerra para destruir a los congéneres, dejando millones de víctimas, viudas, huérfanos y ciudades destruidas. Algunas naciones critican el consumo y la venta de drogas, pero mantienen relaciones estrechas con los países que la producen. Algunos humanos acumulan grandes riquezas que no podrán gastar por el resto de su vida. Estos pasan la vida cometiendo tantas estupideces que para lo único que le sirve es para arrepentirse, cuando están viejos y enfermos.

Durante muchos siglos los hombres dejaron de lado las mujeres, pensado que no poseían la capacidad intelectual de los varones. Por esto las féminas como Hipatia, la matemática, filósofa y astrónoma pagana, quien vivió en Alejandría, murió en manos de una turba de cristianos, quienes no permitían que una hembra pudiera competir en la ciencia con los masculinos. Así mismo, tenemos el caso de George Sand, cuyo verdadero nombre era Amantine Aurore Dupin, quien debió disfrazarse de hombre para poder frecuentar con sus obras en los círculos literarios de París, simplemente porque en dichos ambientes no admitían mujeres. Quizás por esto la científica Marie Curie expresó: "Usted no puede esperar construir el mundo sin mejorar a las personas. Cada uno de nosotros debe trabajar para su propia mejora". Lee que algo queda.

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