"La alevosía es una característica que diferencia el delito de homicidio del asesinato y consiste en emplear medios para asegurar la comisión del delito, asegurando que la persona no pueda defenderse.
La alevosía es una característica diferenciadora del asesinato. Es decir, del delito castigado por matar a una persona. La alevosía permite diferenciar dos delitos que tienen como resultado la muerte de otra persona, estos son homicidio y asesinato.
Por tanto, la alevosía significa asegurarse la ejecución del delito y provocar la ausencia de riesgo ante la defensa que pudiera hacer la persona que soporta este delito. Es un agravante de la responsabilidad penal de quien mata a otra persona. Algunas de las características clásicas de alevosía serían: Cualquier medio, modo o forma que provoque asegurar la comisión del delito se entenderá como alevosía. La alevosía no exige premeditación. Es decir, no exige preparación del delito, puede surgir en el momento de ejecutar el acto". Fin de la cita.
En estado terminal se encuentra el país llamado Venezuela, hasta hace ocho años, Venezuela, era un país con grandes recursos naturales, y económicos, siendo el lugar donde sus personas poseían grandes posibilidades de ascenso social, y calidad de vida, donde los italianos, portugueses, españoles, y colombianos tenían cabida para trabajar, desarrollar empresas grandes, y pequeñas, y vivir con oportunidades en este bello país. ¿Qué le pasó a esta rica nación petrolera, para que se haya ido a tierra, en esta última década, y llegáramos a una situación de genocidio político, social, y económico, ya de por si insoportable por tanta maldad?
Una nación que iba hacia adelante sustentada, en una economía basada en el petróleo, con las más grandes reservas petroleras del mundo, hoy sufre una de las peores crisis tal vez sin precedentes en su historia reciente.
País mágico, y bello por demás, de Caracas a Puerto Ordaz, ciudad principal sede dela tercera hidroeléctrica más grande del planeta, con su parque de la Llovizna, y la unión mágica de los ríos Orinoco y Caroní. Muchos son los venezolanos, que por la fronteriza Boa Vista brasilera terminan desplazados a Colombia, Ecuador, Argentina, Guyana, huyéndole a la mala situación económica y social del país. Qué paradoja en el siglo XX, exportábamos electricidad hacia Brasil, hoy en el siglo XXI, los venezolanos emigran hacia ese país acosados por el hambre.
La debacle de Venezuela en pleno siglo XXI, tal vez se inició cuando sus gobernantes pensaron que el dinero que llegaba producto de la renta petrolera, duraría para seguir, comprando fidelidades de países, y conciencias para sus perversos fines políticos, creando además un estado asistencialista, derrochando los grandes recursos de los altos precios del petróleo, que ingresaron en estas dos décadas. Creando así una base cada vez más grande, del electorado de los estratos más bajos, bajo un perverso control de las miserables dadivas del estado. cuando los precios del petróleo empezaron a caer en picada, los problemas empezaron, las reservas que ingresaron por la renta petrolera, se derrocharon no se guardaron para cuando llegaran los días negros, de las vacas flacas, se esfumaron en ayudas a países como Nicaragua, Argentina o Bolivia, y en la creciente burocracia, y corrupción del país. La única forma de mantenerse en el poder, fue empezar a darle poder a los militares, dándoles la responsabilidad de mal administrar empresas, dándoles protagonismo en el gobierno, y cada vez mayores manejos dolosos, y prebendas.
Lo más oscuro se empieza a tornar cuando el gobierno se empieza a consolidar en medio de este desastre, la corrupción empieza a campear, todas las instituciones empiezan a ser permeadas, y controladas por las fuerzas militares incompetentes; con el único fin de mantener su status quo.
En Venezuela en una próxima reforma constitucional hay que limitar el periodo presidencial a cuatro años con una sola reelección, previendo que un gobierno puede ir concentrando mucho poder entre más periodos se encuentre en el mando.
En estos últimos 3 años los problemas se han ido ahondando cuando las empresas privadas que se expropiaron, y se volvieron estatales muchas están improductivas y quebradas. Lógicamente esto hizo perder la confianza de los empresarios, que veían como la confianza inversionista en Venezuela se empezó a deteriorar. Tanto así que muchas empresas cerraron operaciones en el país para irse a otros lugares.
Una vez que la revolución empezó a mostrar sus cartas marcadas, iniciando un proceso hegemónico imponiendo un gobierno totalitario, con una Asamblea Nacional 2021 controlada por el oficialismo, y se empezó a calcar el oprobioso modelo cubano en Venezuela. El gobierno pudo bloquear cualquier aspiración de las divididas fuerzas opositoras, cuando compró a la dirigencia más podrida opositora conocida en los bajos fondos politiqueros como los alacranes.
Pero la hiperinflación, y la posterior destrucción de la gallinita de los huevos de oro pdvsa, no le ha permitieron consolidar el modelo castro cubano del siglo XXI. El descontento de la población empieza a crecer por los problemas económicos que empiezan a asomarse a la vuelta de la esquina. Con la entrada de la dudosa ‘cepa brasileña’, tal vez más radical que el virus chino, las cosas empiezan a tomar un tono más oscuro, por la fuerte encerrona, y represión que está aplicando el gobierno.
Por más que quieran asustar con el corona virus brasileño, la situación económica adversa no ayuda para nada al gobierno en sus perversos propósitos. El creciente déficit comercial, las empresas sin tener la capacidad de comprar materias primas o maquinaria, o transfiriendo al exterior los dividendos, empiezan a verse en aprietos para cumplir con la demanda de elementos de primera necesidad para el país.
Una política monetaria dolarizada y confusa, implantadas sin criterios técnicos al acomodo del gobierno, también crean un ambiente enrarecido, y desconfianza de las pocas empresas productivas que todavía están en pie, por la falta de estabilidad, y reglas claras en el manejo de la economía, y la propiedad privada.
Es así como muchas empresas quebraron por deudas gigantescas que el gobierno no pudo pagarles, muchas no están dispuestas a seguir invirtiendo en un país que no tiene la capacidad de cumplir con sus compromisos legales.
Venezuela pasó de ser un país con tanta abundancia, hoy por hoy los venezolanos tienen que vivir con 0.60 centavos de dólar, y así medio comprar las pocas raciones que puedan, para paliar el hambre. Es ahora cuando el descontento generalizado sigue creciendo como espuma, con unas consecuencias cada vez más impredecibles por la precaria situación económica, la creciente inseguridad ahondada más por el desbordamiento de la delincuencia en las barriadas populares, las instituciones estatales son un caos total de corrupción e inconstitucionalidad, con un sistema de salud con grandes falencias, por las personas que escarban en la basura en las calles en busca de comida, por los niños con alto grado de desnutrición, y por un gobierno que se torna cada vez más autoritario, y violento.
Cuando el gobierno deja de escuchar el sentir del pueblo, y empieza a gobernar de espaldas a su población, ahí Maduro pierde su razón de ser como líder de un estado, de una comunidad humana. Pierde completamente su razón de ser, pierde ese poder que la sociedad le dio a un grupo de personas, para que los lleve por un mejor camino, y que vele por su bienestar y seguridad; no por el beneficio de su nomenklatura, de sus familiares, amigos o allegados.
No es fácil predecir cómo va a terminar la crisis de Venezuela, si Maduro finalmente se consolidará, y montará un totalitarismo como el cubano a razón o fuerza, aun en contracorriente de la mayoría de naciones que no lo reconocen, o si finalmente se hará a un lado debido a la presión internacional, o a las fuerzas opositoras internas, que terminarían por obligar al gobierno a claudicar en sus deseos de anclarse en el poder, y montar un sistema económico que a todas luces, es rechazado por la mayoría de los venezolanos, permitiéndole finalmente al pueblo que elija de forma transparente a sus futuros gobernantes.
Es por esto que deseamos que los políticos venezolanos de todos los signos ideológicos, encuentren una solución a esta grave situación, para que se pueda de nuevo estabilizar las instituciones, los sectores políticos, la economía, y erradicar la radicalización, y la polarización que hoy campea en este hermoso, y bendecido país.