Revolución, pompa y realidad

Martes, 16/03/2021 07:50 AM

La vida humana está construida sobre referentes: meridianos, longitudes, latitudes, puntos cardinales, mapeos geográficos, coordenadas, trópicos, y hoy día GPS, y otras formas de ubicación. En el mundo antiguo también ocurría con aquellos sabios que se inventaron el alfabeto del espacio.

Como parte de esas andanzas del vivir, había que identificar e identificarse, de allí los patronímicos y nombres de cada cosa u objeto, e incluso lo intangible, lo imaginado. Sobre ello se exigía cierta precisión, para evitar aquello que comentó Homero sobre la situación de Ulises, quién le dijo llamarse ( Nadie) a su captor el ciclope Polifemo, y la tragedia derivado de ello, cuando este herido en su único ojo por Ulises, pedía auxilio, y los otros cíclopes preguntaban-¿quién te hirió? –Nadie, Nadie--contestaba el gigante Polifemo. ¿Entonces?

Sobre las revoluciones se ha reflexionado y escrito bastante; ejercicio que continuará aún después de nosotros. Al parecer la búsqueda de un cambio radical en cualquier expresión del quehacer humano, tanto en el mundo antiguo como contemporáneo nos acerca a la trascendencia: la cultura occidental nos presenta a Prometeo robando "las semillas de fuego en la rueda del Sol", para llevarla y beneficiar a los hombres, desafiando la ira de Zeus; ó aquel palestino, cuya prédica de la redención humana lo universalizó marcando Eras; ó el hidalgo manchego, desfacedor de entuertos, en su rocín, lanza en ristre, cuyo "descanso era el pelear"; y muy cercano, muy nuestro, "el hombre de las dificultades; que en sus últimos momentos solamente se quejó, por no haber podido hacer más, por la República liberada.

En la población de San Joaquín en Carabobo, se localiza el barrio "18 de Octubre" de larga tradición, el común de la gente no sabe por qué se llama así, cuestión que no resulta extraña; pues hay ampulosos nombres dados a ciertos eventos que terminan siendo burbujas, sin mayor relevancia histórica. Eso tal vez ocurrió, con lo acontecido en 1945, cuando un grupo de miembros de acción democrática (AD) y algunos oficiales, conformaron un comité cívico-militar, y dieron un golpe de estado llamándolo con gran pompa "Revolución de Octubre"; de ese suceso, "revolucionario" derivó el gobierno de Gallegos, derrocado a los pocos meses, y la instalación de los militares en el poder durante varios años; solamente quedando vestigios de retóricas vanidades, que, como el nombre de la barriada citada, permanecen ignoradas por carencia de referentes consistentes.

Los grandes desplazamientos históricos: civilizaciones y culturas, quiebres, disrupciones, inflexiones ó revoluciones, ha sido objeto en todos los tiempos de la curiosidad y el interés de los hombres y mujeres, de ideas y visiones diversas tratando de entender ese enrevesado y multidimensional mundo e intentar ver su propio reflejo en ese inmenso espejo donde se ha sido interlocutor histórico-memorístico, protagonista ó testigo.

Para navegar en ese difícil océano, los marinos de la historia, se construyeron algunos instrumentos teóricos, que ha dado lugar a ciertas aproximaciones, que si bien, no ha determinado rumbos perfectos, al menos presentan algunas pistas para una mayor cercanía terrenal a los hechos. El historiador Francés Jacques Godechot, es un ejemplo de ello, que ha puesto en nuestras manos la reconocida obra "Las Revoluciones(1770-1799),igualmente el británico Eric Hobsbawm, quien se internó durante algún tiempo en la biblioteca del Congreso de Estados Unidos en Washington, desarrollando un trascendente trabajo sobre el tema que nos ocupa. Sin embargo aún no se ha dicho la última palabra, no obstante estos trabajos y muchísimos otros, podrían ayudar a conjurar remedos e improvisaciones, preservando a nuestros pueblos de falsas expectativas, y si no es así, al menos se entretienen leyendo a estos autores.

Desde hace 22 años en Venezuela, se desarrolla un proceso político, sustentado en una legítima Constitución hija de la pluralidad, que forjó entusiasmos y esperanzas en amplios y diversos sectores de la comunidad llevando el sello bolivariano. Este instrumento democrático, fue acremente rechazado por los sectores conservadores, quienes absolutamente sesgados, unidireccionales, de espaldas a exigentes realidades, en vez de respuestas políticas, se empeñaron en restaurar con violencia, una vieja estructura política cargada de vicios, que en muy mal estado había dejado a la República.

Ahora bien, las nuevas instancias en el poder superando algunas dificultades y supuestamente derrotadas las fuerzas conservadoras, se aprestaron a desarrollar la "Revolución Bolivariana" , agregándole además lo del : " Socialísmo del siglo XXI", para no dejar dudas que se había tomado la ruta del "no retorno".

Hay circunstancias que marcaron el periodo; durante aquellos años la nación recibió un sustancial ingreso de divisas, derivadas de la salida de Irak del mercado petrolero por la invasión y guerra imperial de los EEUU y aliados. La ausencia de ese prominente productor, miembro de la OPEP; por razones de la geopolítica redundó como señalábamos, en mayores ingresos para Venezuela. Esta situación de desgracias para unos y beneficios para otros, no es novedosa en nuestra historia económica petrolera; pues este rubro principal proveedor de divisas, es lo que ha permitido sostener en lo fundamental, en buena parte del Siglo XX y lo que va del XXI a la sociedad venezolana, y esos temas éticos en el marco del capitalismo no entran en las consideraciones de las agendas económicas.

La Revolución Bolivariana Socialista del siglo XXI, como hemos dicho, disponía y aún dispone de un buen libro, que nació para ser fortalecido cada vez más con sustanciales aportes orientados en lo fundamental a la construcción de las bases de una sólida democratización de la vida nacional. Hubo un pensar, planes, proyectos, y un reclamo a gritos de una necesidad histórica de transformación y cambio.

La bonanza económica permitió algunos avances en la política de pagar la deuda social, y se hizo una importante inversión en instituciones en esa dirección; hay datos innegables en las organizaciones mundiales sobre el mejoramiento de las condiciones de vida y desarrollo humano, en un trecho del proceso político bolivariano. Sin embargo se piensa que el acento se puso en lo fundamental en lo distributivo y no en la creación de una sustentable plataforma económica productiva, cuya debilidad dramáticamente quedó demostrada al bajar la producción y comercialización del petróleo, y ser sometidos los venezolanos a las agresiones político-económicas imperiales.

Sabemos que detrás del poder, hay muchas historias, muchas visiones, mucha carga humana con sus vicios y virtudes. Los que vivimos en este país conscientes de nuestra aristotélica condición política, hemos sido testigos de un engolosinamiento con la riqueza de la hacienda pública; ventana económica abierta por algunas circunstancias, pero al parecer no percibida así, por el liderazgo, que disponiendo en lo personal de formación académica, asesores y la experiencia histórica universal a su alcance; como que se empeñaron en ver al mundo estático, es decir la economía y la política sin movimiento; somos un país potencia lo gritaban con insistencia urbi et orbi, en cualquier tarima y micrófono disponible, y con la Faja Petrolera, hasta soberbios hemos sido: tenemos petróleo por siglos, hasta para tirar pá arriba, y regalar si queremos; por ello en la Ley del Plan de la Patria (Segundo Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2013-2019) aprobado y hecho Ley, por la Asamblea Nacional, después del fallecimiento de Chávez, se contemplaba para el 2019, una producción de 6 MMBD. Teóricamente era la reafirmación de la economía petrolera-rentista. Si hoy, marzo del 2021, nuestra producción no se acerca al objetivo propuesto en la ley citada, es por una razón: la política y la economía, si se mueven.

Los negocios personales grandes y pequeños, coparon las instituciones, y fundamentalmente donde había más real, como es el caso de PDVSA, la abundancia enceguecía; por eso la historia de la rapiña nos trae a la memoria a aquel alcalde del modesto municipio de Guanta que montaba rumbas populares con artistas extranjeros con jugosos HP dolarizados, que llegaban en jet privados; autoridad Municipal del cual cuentan seguramente unos "envidiosos maledicentes" que poseía yates o los alquilaba y acompañados de altos cargos de la diversidad institucional "revolucionaria" disfrutaban de unos excelentes churrascos de mero, y un buen escocés mayor de edad, en algunas de las islas de Mochima, todo ello gracias a los negocios del ciudadano alcalde con la empresa petrolera de todos los venezolanos. Sería por eso que, cuando salió a la luz pública la oscura historia, aquel modesto servidor público "picó los cabos" y seguramente gracias a sus relacionados, se le hizo tan fácil irse del país, sin que nadie se le ocurriese ni siquiera pedirle la cédula.

¡Caramba! ¡Caramba! Me he extendido mucho, es que es tal la confusión y la corrupción tan miserable, que resulta imposible entender, y nos preguntamos terminará la sociedad venezolana devorada por la Esfinge, al no conseguir la respuesta. ¿Cómo explicar el comportamiento del joven dirigente político "revolucionario" y alto gerente del Gas, después de tanta experiencia sobre pillerías en PDVSA?. Sabe este funcionario de los dolores, sufrimientos de ancianos, mujeres y niños, haciendo infames colas para proveerse de una modesta bombona de gas; sabrá este ciudadano que cobrarle en dólares por un poquito de gas a los pobres, que en Venezuela son la mayoría, significa obligarles a buscar lo que no tienen y en la realidad, terminan haciendo más pobre a los pobres, expropiándoles los alimentos y el derecho a la vida, en una situación de abundante pobreza extrema, y la espantosa amenaza del corona virus, que ataca principalmente a los hambrientos y sub-alimentados.

¿En nombre del Socialismo del Siglo XXI? No creo que sea así, esto es confusión política y corrupción delictiva de grupos mafiosos instalados en el poder. Nada que ver con Simón Bolívar y con el Socialismo, y sobre "revoluciones", no hay ingenuidades, bastante literatura hay para enterarse con propiedad sobre ellas.

Por otra parte, no hay que ser muy agudo para saber que ese funcionario no es un solitario en la burocracia delictiva, él no está sólo, alguien lo puso allí, y quien lo hizo que no se haga el pendejo. A propósito de ello, en estos días el respetado Maestro oriental Eligio Damas, escritor de sustanciosos análisis políticos, grata pluma y de buenas pinceladas coloquiales, nos hablaba de los "silbadores de iguanas", para referirse a determinados comportamientos evasivos de ilustres ciudadanos; otros a esto mismo lo consideran como la estrategia de "hacerse el pendejo", "hacerse los locos" ó "El Willie", pero en definitiva, los "silbadores de iguana", en la actual Venezuela forman ya una categoría.

LA REVOLUCIÓN ES CULTURAL

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