Soberanía y guerrilla

Miércoles, 24/03/2021 07:55 AM

El tema es delicado, lo sabemos, lo militar es tabú, cuando debía ser un motivo de amplia discusión. Lo militar tiene dos niveles principales: uno, el táctico, la operación militar, ese nivel es propio de los militares; el otro nivel, el estratégico, las grandes líneas, donde lo militar se funde con la política debe ser patrimonio de toda la sociedad, es allí que reside la "corresponsabilidad" tan citada. Corramos el riesgo de opinar.

En los últimos días está en el centro de las noticias el combate de la Fuerza Armada Bolivariana contra una fracción de la FARC, colombiana. El combate se publicita como una acción en defensa de la soberanía de la Patria. No vamos a opinar sobre los aspectos tácticos, ya dijimos que eso corresponde al ámbito militar, opinaremos sobre los aspectos más generales, la estrategia grande.

Es verdad que allí en la frontera se enfrentaba una lesión a la Soberanía, se defendía el territorio nacional, eso no lo vamos a discutir. Lo que sí aflora con esa acción es la verdadera defensa de la Soberanía. Nosotros sostenemos que la defensa de la Soberanía está siendo descuidada y la publicidad en torno a las acciones de la frontera son una distracción de la agresión mayor que hoy sufre la nación y que podemos calificar de una brutal invasión silenciosa, sin tiros, sin aviones sobrevolando, sin pólvora, pero de una terrible eficiencia.

Pensemos sólo en el objetivo militar más importante de Venezuela, PDVSA, motor y alma económica de la nación. Podemos decir que fuerza extranjera que neutralice, que nos despoje de la petrolera le está dando un duro golpe estratégico a la Soberanía. Antes se habló de un ataque con misiles a las refinerías, hoy el enemigo silencioso las paralizó y amenaza con privatizar, apropiarse de la gasolina, despojar a la sociedad de su propiedad. Se habla de saboteo a la producción, y hoy se discute la entrega de la petrolera a compañías imperiales, privatizar el petróleo. Las denuncias de la claudicación de la soberanía son contundentes. La fuerza invasora no necesitó campamentos, portaaviones, misiles, con la carabina al hombro quedaron quienes esperaban invasiones por el litoral, el enemigo imperial llegó, ocupó la plaza sin disparar un tiro.

Es necesario repensar la batalla, reubicar las fuerzas, replantearse la estrategia y la táctica. Algo está fallando cuando el enemigo penetró a la Patria, algo estamos haciendo mal, que la corresponsabilidad en la defensa de la Patria no está funcionando. Debemos ir a la raíz del problema, entender que la eficacia de lo militar depende de la eficacia política, si lo militar se ciega, se sumerge en el mundo de la táctica, de las apariencias y deja de ser consecuencia de la política, de la estrategia grande, entonces el fracaso entra por la puerta de enfrente, mientras atendemos la puerta de atrás.

La dirección de la nación olvidó la eficacia política, desdeñó el pensamiento estratégico prestigiando el pragmatismo, y las consecuencias las padecemos, se ha perdido el rumbo, la jerarquía de los problemas económicos y militares. Es necesario recomponer la jefatura, ésta de hoy ha fracasado y nos lleva a más y profundas derrotas estratégicas.

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