Comenzaré arguyendo que, ya no son los grandes ejércitos con su hegemonía impositiva, con imponente material bélico-destructivo que se presentan para aniquilar a otros pueblos, a otras naciones; causándoles ingentes daños humanos, biológicos y materiales; basta leer, escuchar las noticias cotidianas que nos llegan, para no poder dudar de tales acontecimientos. Es la realidad del día a día, desde tiempo antaño. Según los expertos en la materia, los objetivos son las mentes de los pobladores, los connacionales; el cual considero es un factor determinante para desequilibrar la sociedad e imponer sus pretensiones acomodaticias; pretensiones ambiciosas para obtener los recursos naturales renovables y no renovables; y más, atrevo a decirme, asesinarle su cultura, hasta el memoricidio. Memoricidio que intenta decapitar todo rasgo de cultura autóctona.
En este orden de ideas, las armas ya no son las mismas. Como podrá observarse, ha surgido en tanto del progreso tecnológico, un elemento comunicacional que, desde mi punto de vista, ha superado las expectativas del conocimiento de ese contexto llamado noticia. Lo que en otrora época se tenía conocimiento a los 3 ó 6 meses; en la actualidad, el hecho es instantáneo, ya deja de ser noticia. La tecnología en los medios encubiertos de la comunicación social en las crisis que presentan las naciones, en cualquier aspecto: Social, económico, cultural, político, entre otros, ha venido a debutar; y en muchos casos, colocándose a la diestra de agentes foráneos, Organizaciones No Gubernamentales (Ong) y países que se creen poderosos, como dijo alguien por ahí: "La última Coca-Cola del desierto" para hacer tambalear, desacreditar y debilitar a los pueblos más vulnerables, Venezuela no escapa a ello. Los medios de comunicación social se han convertido en actores que hacen la historia. Se han proliferado como la hidra.
En consecuencia, el combate, o, la lucha No armada está desprovista de tropas, armamentos sofisticados y grandes fragatas. La realidad nos ha hecho ver, sin ser muy docto en la materia, que este gran vecindario comunicacional (como yo lo denomino) ha ocupado un factor determinante, para sumergirse en las psiquis de la población, maniobrándose en forma abstracta; y consolidando así su campo de batalla. Hay que considerar, pues, que la acción mediática ya no se dirige de entrada al territorio, elemento físico existencial del Estado, sino a controlar, manipular, idiotizar como a unos zombis, con la subrepticia intención de lograr sus objetivos. Es lo mismo decir, que se apoderan del elemento demográfico, bajo el engaño, la farsa, y el ardid desmedido, para luego enfilar sus fauces hacia lo territorial; y de esta manera, si se quiere, materializar su proceso de colonización y descolonización en la sociedad donde empiece a germinar.
En suma, a través de toda esta malla mediática se entretejen nudos de alienación, privando al ser humano de su capacidad de raciocinio, vacío de conciencia, encerrándolo en una celda y colocándole grilletes para que no piense por sí mismo, sino que le transmuta su identidad personal, entre tanto, que los Mass media van logrando su objetivo. Sin creerme el dueño de la verdad, alcanzadas las metas deseadas, los medios comunicacionales se convierten en vencedores, quedando la población como simple súbdita de los caprichos y antojos de sus conquistadores. Estos conquistadores, previamente, ya se habían apoderado a hurtadillas del dominio mental, mediante la desinformación, el terrorismo mediático y operaciones psicológicas que ha vulnerado el comportamiento colectivo de las personas. A mi modo de ver, éstas son algunas acciones mediáticas intervinientes en la lucha No armada.
¡Gracias, por su atención! Si el supremo lo permite, seguimos leyéndonos.