El factor 905

Viernes, 09/04/2021 08:20 AM

El futuro de un país, a veces se condensa, se manifiesta primero, en la vida de un sector de la sociedad, y este germen anuncia su futuro. La independencia ya estaba prefigurada en José Leonardo Chirinos, en las montañas de Falcón; el 4 de febrero anunció al gobierno rumbo al Socialismo de Chávez, y ya en la lucha interna dentro del chavismo se anticipaba la traición a su legado y este desastre que hoy vivimos.

Uno de estos sucesos, en los que se unen pasado y futuro, lo encontramos en la Cota 905. Recordemos que allí se aplicó con vigor aquella pretendida solución a la inseguridad, a la marginalidad, que se llamó operación de liberación del pueblo. Por supuesto, ese absurdo de acabar la inseguridad con una represión bestial, fracasó. Aunque dejó en claro la ideología que guía al gobierno hasta los días de hoy: violencia, represión como argumento principal, violación de los derechos humanos, mentiras como explicaciones, excusas por soluciones. Demostró la sumisión de las instituciones a este atropello, ya se perfilaba el talante dictatorial, fascista, del madurismo.

Después de estos años de atropellos, de expansión de la política pragmática del gobierno a todos los campos de la vida social, encontramos un país devastado, sin educación, sin moneda, y lo que es peor, sin gobierno y sin dirigentes nacionales creíbles. Esto se refleja una vez más en la Cota 905, allí surge un verdadero gobierno local, o mejor, una malandrocracia local, que tiene su ejército, pequeño y eficaz, capaz de repeler a las fuerzas del otro gobierno, su sistema judicial, sus propias leyes, dicta la pena de muerte y la exhibe en videos, patrulla las calles, mantiene el orden. Se importa sólo de sus cuatro calles, ese es su mundo.

Este gobierno local de facto es aceptado por la comunidad resignada, es una alternativa a la caoscracia, les proporciona cierta cohesión, ordena la vida. Se establece de esta manera un embrión de fascismo aceptado, tolerado, justificado. El vacío evidente de poder del gobierno madurista es copado por este tipo de aberraciones locales. La Cota 905 es la prefiguración del futuro, de seguir este rumbo se multiplicará este modelo en todos los rincones del país.

De todos los daños que el madurismo ha causado al país, el principal es, sin dudas, el despojo de las bases espirituales, del sentido de la vida, la pulverización de los valores éticos, el desmoronamiento de la credibilidad en las instituciones. El madurismo guiado por su ideología pragmática atropelló a toda posible dirigencia, atacó a sus adversarios internos, los desprestigió, exilió, encarceló, y a los que dejó a su lado los anuló, nadie puede brillar más que el grupito reducido que forma la cúpula.

Simultáneamente, se porta de manera ambigua, paradójica, con la oposición gringa: las acusa de todos los males por pedir la aplicación del raro bloqueo de los gringos y europeos (que permite importar ferraris y bodegones), y paradójicamente, los gringofilos andan sueltos por allí haciendo actos, dando declaraciones; mientras, la fiscalía, hecha el musiu, dicta auto de detención contra unos muchachos twitteros, o persigue a un motorizado acusado en falso de martirizar a una guacamaya y pierde el tiempo encarcelando a sus adversarios de la población del Tigre.

Es el madurismo el autor intelectual y material del fenómeno de la Cota 905, ese factor amenaza con extenderse a todo el país. Hoy el país está deprimido, desconcertado, escéptico, es terreno propicio para el fascismo que ya se prefigura con el factor 905. Es urgente, de vida o muerte, de la sobrevivencia del país, recomponer las bases espirituales de la nación, y eso sólo se puede alcanzar con un gobierno guiado por una ideología humanista, que prestigie la vida, la relación humana amorosa, el sentido de pertenencia a la sociedad, la visión universal.

¡DETENGAMOS AL FASCISMO!

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