(Sociología de los cuentos infantiles)

Chávez, Aladino y su lámpara

Viernes, 30/04/2021 11:05 AM

Hay cuentos que se nos quedaron. Aunque soy de una generación que no tuvo libros de cuentos bien diseñados, diagramados y con portadas de lujo, si leímos muchos cuentos y en nuestros pueblos, también tuvimos contadores de cuentos geniales. Pachicho el millanero, era un cuenta cuento especial. Iba a mi pueblo y nos atrapaba con sus cuentos, historias y adivinanzas. Sabía contar cuentos el viejito Pachicho.

Los famosos cuentos infantiles, tienen piquetes muy particulares para los adultos. En Alicia; el diálogo de ella con el gato, nos coloca frente a una gran lección que el pueblo y los políticos activos deben tener presente. En ese diálogo, Alicia no le presta atención al tema del camino y el gato sabe que el camino es clave para llegar al punto que se quiere. Frente a la respuesta de Alicia, el gato no tiene más opción que decirle: Tomar cualquier camino. Chávez eligió uno y sus hijos se portaron como Alicia: Cualquiera.

Un matemático hizo un análisis de Pinocho. En la versión de este matemático, Carlo Collodi (Carlo Lorenzini) pensó en la nariz, el cuello de pinocho y la ética. Matemáticamente se calculó una relación que luego produce un quiebre. Los políticos nuestros deben leer esta versión o interpretación de Pinocho.

Sabemos que sobre el cuento de Aladino hay muchas versiones. Todas se manejan con la idea de la lámpara que al frotarla sale el genio dispuesto hacer maravillas. En todas o casi todas las versiones, hay un tío mala gente y Aladino le sirve para el propósito de tener la lámpara.
Resulta que Aladino se queda con la lámpara y resuelve su pobreza y sus imposibles amores. No nos resulta extraño el cuento de Aladino.
En un momento del cuento, la lámpara sale del dominio de Aladino y el tío la tiene.

Se preguntarán, qué tiene esto que ver con nosotros y Chávez. En verdad nada o tal vez, esto no esté muy lejos de los milagros que hemos venido esperando. Un genio que nos resuelva o un genio que nos sustituye como sujetos. Aun siendo muy bueno el genio, no está bien hipotecar nuestra voluntad a lo que el genio pueda "darnos" o "sugerirnos" a través de los que tienen la lámpara.

Es esta última "interpretación" o posible moraleja, es la que me interesa del cuento.

Podemos ver la lámpara y el genio, como un sistema pero en manos de unos hijos, que sustituyan al tío del cuento o también de un Aladino, que no es un niño pobre, bueno e ingenuo. Estos hijos o este Aladino, tienen la lámpara y sacan de ella cuando lo desean, el genio de Chávez y lo colocan en sintonía con sus intereses y así hacen sus maravillas. Los medios públicos privados, pueden ser la lámpara. La frotan y aparece el genio hablando de lo que se quiere y le interesa en ese momento. A través de esa maravilla; el genio Chávez, viene haciéndole el trabajo o los milagros. Mario Silva (por ejemplo), la frota a cada momento.

Hay varias lámparas y la están frotando frecuentemente. La maravilla que hacen ahora con el genio (Chávez), es un perfecto proceso de alienación.

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