Para escribir sobre el profesor, hay que trasladarse al ocaso de su carrera política, de tal manera que antes de su muerte física, ya lo habían asesinado políticamente hablando. Desde los días de su intento de reelección como gobernador del estado Anzoátegui.
La población vio la baja del apoyo por parte de la dirigencia del Psuv, en la región se notó la forma callada en que preferían el triunfo del candidato adeco, al ser mas controlable por lo demás carente de carisma y sin ningún arraigo ni liderazgo en la entidad, hasta en Cantaura población en donde fue alcalde sufría de rechazo total, y así derrotó al profe.
Muchos comentaban que en aquella derrota influyó el carácter de Aristóbulo, la fuerza de su personalidad le imposibilitaba ganar amistades, aceptaban su jefatura por lealtad a las órdenes del chavismo. Esa forma de ser le creó un solo amigo en Anzoátegui, como lo fue el exalcalde de Barcelona, Venezuela, Guillermo Martínez su parecido en el accionar era notorio.
Pero no fue eso lo que le restó el apoyo del alto mando del Psuv, el comentario que había llegado a acuerdos operativos con Diosdado, le hicieron mucho daño, prendieron las alarmas en Miraflores. Le temían a esa capacidad cambiante del profesor, su paso por Acción Democrática, el MEP, Causa R y Patria Para Todos daban fe de esa característica política.
A pesar de eso lo nombran Protector del estado Anzoátegui, con súper poderes que dejaban al gobernador Barreto pintado de la pared. Desafortunadamente sus ocupaciones en Caracas no le daban tiempo a atender el estado Anzoátegui, funcionando allí el pacto con Diosdado, al aceptar a Yelitsa Santaella, gobernadora del estado Monagas, como protectora de Anzoátegui.
La señora, no funcionó, no tenía tiempo, cometiendo además el error de buscar de guia al exalcalde de Puerto La Cruz, Nelson Moreno, enemigo político de Aristóbulo. Por eso el profe vuelve a ser el protector. Cargo en que no duró mucho tiempo, de la noche a la mañana y sin aviso fue sustituido por Luis José Marcano, ficha personal de Maduro.
El profesor aceptó el golpe con la sabiduría de sus años de experiencia, siempre en sus obligaciones de Ministro de Educación. Posición desde donde manejaba indirectamente el ministerio de las Comunas. De golpe lo desactivan dándole al diputado y protector de Anzoátegui la responsabilidad de coordinar la Ley de las Ciudades Comunales.
Uno no sabe hasta dónde tanta desarticulación de su poder político lo afectarían en su salud, pero ya prácticamente sus obligaciones como encargado de la educación venezolana, en las actuales condiciones se veía como un premio de consolación, no muy grato por la crisis salarial de los educadores y el mal estado de la estructura física de las escuelas y liceos.
A todas estas sus ahijados, que se creían dueños del estado, tendrán que revisar sus estrategias, ante la escasez de liderazgo, pues todo se lo debían a la mano protectora de Aristóbulo Istúriz. Sabrá Dios si Luis José Marcano realizara una política con mayor libertad al no contar con la supervisión permanente del profe.