Reminiscencias de la historia venezolana (parte IV)

Miércoles, 05/05/2021 07:52 AM

Primeros acontecimientos históricos en territorio venezolano. La Fundación de Santa Ana de Coro y la suerte de Ampíes y Manaure.

Siguiendo el periplo histórico desde Cumaná nos trasladamos hasta las tierras corianas, del Cacique Manaure, Gran Jefe del pueblo Caquetío. Un inmenso pueblo originario con varias parcialidades ubicadas en diversas comarcas del territorio venezolano, desde las islas de Aruba, Curazao y Bonaire; la región de Coro, Variquisimeto, hoy Barquisimeto, gobernando extensas regiones, de los hoy estados: Yaracuy y Apure, como lo expresa la siguiente reseña:

"Manaure fue el patriarca en jefe de la Nación Caquetía más poderosa de Venezuela, y escribió su nombre en la historia, al ser uno de los pocos monarcas indígenas (caciques) en América del Sur en negociar con la colonización española a principios del siglo XVI (…)

Vivía en un poblado muy grande llamado Todariquiba, situado en las cercanías a orillas del río Mitare".

Coro fue fundada el 26 de julio de 1527 por Juan de Ampíes Ávila, con el nombre de Santa Ana de Coro que desde su creación fue un importante centro urbano y de operaciones durante la época colonial y al nombrado Gobernador de la Provincia de Venezuela, Ambrosio Alfinger, le da la organización jurídica Según José Oviedo y Baños, precisa que:

"Alfinger (…), aunque su ánimo, y el de los demás alemanes que le sucedieron, nunca fue de atender al aumento ni conservación de la provincia, sino disfrutarla, logrando el tiempo de aprovecharse, mientras durase la ocasión (como lo manifestaron sus obras); sin embargo, hallando fundada la ciudad de Coro por Juan de Ampues, quiso darle la perfección que le faltaba instituyendo en ella aquellos oficios, de que necesita una república, así para su lustre, como para la ordinaria administración de su justicia".

En cuanto a este tema de la fundación de la ciudad de Coro, Oscar Beaujon en su "Historia del Estado Falcón" apunta:

"… que resultó ser JUAN DE AMPÍES AVILA, hijo legítimo del matrimonio del Factor Ampíes y Doña Florencia Ávila, donde también están Sancho Argues, yerno de Ampíes por ser el esposo de Inés Ampíes y otros cincuenta y ocho hombres, quienes con Manaure, los caciques Baracoa, tio de Manaure, Baraycoa, hijo de Manaure y Huerehuerebo, yerno de Manaure, casado con su hija Judibana, se convierten, el 26 de julio de 1527, EN LOS FUNDADORES DE CORO".(Pág. 79) (..) Coro es reconocida como ciudad, por la Bula del Papa Clemente VII el 21 de julio de 1531". (Pág. 85).

De igual manera Beaujon acota en su obra que, La fundación de Coro "tubo un autor intelectual: Juan de Ampíes, un ejecutor: Juan de Ampíes Avila, un organizador jurídico: Ambrosio Alfinger y un oficiante de Bautismo Católico, el Papa Clemente VII" (Pág. 85). Lo que le podemos agregar un Cacique engañado: Manaure.

La suerte de dos hombres: Ampíes y Manaure

Como podemos observar, la fundación de Coro se da en un ambiente de cordialidad muy bien trazada, mediante una estrategia plasmada en una alianza "pacífica", entre el diao Manaure y el conquistador español Juan de Ampíes.

Según las fuentes consultadas, nos revelan que Manaure había establecido contacto con los españoles desde 1522, a través de sus caciques vecinos, facultados como emisarios, quienes se reunieron con un Agente del Factor Juan de Ampíes, de nombre Gonzalo de Sevilla, que se encontraba en Aruba, estimulando las negociaciones para conseguir un acuerdo mutuo, con los pueblos nativos, para realizar una colonización "pacífica" en la región. De esta manera Manaure establece una alianza amigable y conciliadora con Ampíes, donde se produce la fundación de la ciudad de Santa Ana de Coro, y la conquista "pacífica" de la región coriana, cuya paz duró hasta la llegada del gobernador alemán Ambrosio Alfinger, quien no guardó respeto ni prudencia con los habitantes de los pueblos nativos, instaurando un régimen de barbarie, saqueo, muerte y destrucción de estas ancestrales naciones aborigenes, que milenariamente había vivido en paz y armonía, con sus tradiciones culturales, creencias basadas en su propia y natural cosmovisión, prácticas de curación y alimentación ancestrales, su forma de vida, su religión, sus dioses, sus idiomas y sus naciones fundamentadas en la organización social de régimen colectivo y el gobierno comunitario. Todo fue destruido, y sobre sus ruinas los conquistadores procedieron a fundar sus pueblos con nombres de santos, que erigían para su advocación y adoctrinamiento forzado de los nativos.

Beaujon dice: "Los fundadores de Coro, los Manaures y los Ampíes y sus respectivas gentes, por caminos distintos, pero con suertes iguales, se perdieron en la tierra que ellos forjaron en ciudad…" (Pág. 85).

En este punto de la historia, debemos acotar, que la conquista pacífica pactada entre Manaure y Ampíes realmente no significa otra cosa que aplicar el despojo y la sujeción de los aborígenes mediante el engaño, para doblegarlos, sin que sientan los efectos dolorosos de la opresión, que venía implícita desde España en los "paquetes" de la invasión, como efecto tenía que ser por los designios de la Corona Española y los sacrosantos propósitos del Vaticano, que en efecto así resultó ser.

Hasta aquí podemos observar la conducta de dos hombres que a pesar de sus opuestos principios llegan a entenderse de manera placentera; no queda duda que fue una astuta estrategia muy bien trazada por parte del conquistador Juan de Ampíes, pero por parte de Manaure con su caballerosidad ante el opresor, podemos concebir que actuó con manifiesta ingenuidad, ante la astucia del español, ambos con la finalidad de lograr los objetivos para el desarrollo de una conquista y colonización en franca hospitalidad por parte de Manaure y por parte de Ampíes una gentil nobleza tal vez simulada; ambos, tratando de evitar el trauma de la violencia, en lo que podemos resumir en un encuentro entre la ingenuidad y la astucia, que al final, como veremos, no funcionó, ni para la astucia de Ampíes, ni para la ingenuidad del cacique Manaure; al final fue un fatal desenlace, desastroso para los dos, como podemos apreciar en las siguientes anotaciones de Beaujon:

"… en Madrid, las cosas no favorecen a Juan de Ampíes, el Viejo, porque los reyes católicos firman el 27 de marzo de 1528, la capitulación que pone en manos de los alemanes Enrique Ehinger y Gerónimo Sailer, la administración, dirección política y militar de la provincia de Venezuela, con facultades para nombrar gobernadores y alcaldes de las ciudades y fortalezas, dando comienzo al trágico dominio de los Welser.

Con ese poderío designaron al Primer Gobernador de Venezuela el alemán Ambrosio Alfinger quien llegó a Coro el 24 de febrero de 1529, cuando Ampíes se encontraba alojado con su gente en Todariquiva, quien reconoce la autoridad del teutón y hace pacífica entrega del territorio". (Pág. 82).

Más adelante Beaujon recalca este acontecimiento de la siguiente manera:

"Fundada Coro por Juan de Ampíes Ávila, y estando en la recién fundada ciudad, su padre Don Juan de Ampíes, en franco entendimiento con Manaure y los Caquetíos, los Reyes de España, Doña Juana y Carlos V, expiden el 27 de marzo de 1528 una Real Cedula que pacta una capitulación con los empresarios alemanes Enrique Ehinguer y Gerónimo Sailer, agentes de una poderosa compañía germana LOS WELSER regida por los hermanos Antonio y Bartolomé Welser. (…) que además de explotar en Portugal y España, los renglones de especias y alzafran, cumplían actividades bancarias, de prestamistas, a casas reales, particularmente a Carlos V de España, (…) a quien le habían cedido voluminosos prestamos". (Pág. 94).

Esta capitulación se da con Carlos V, ante las enormes deudas que había contraído con los banqueros alemanes, por lo que se ve en la obligación de crear la Provincia de Venezuela y cederle la administración de la misma, a La Casa Welser de Augsburgo, asignando a Ambrosio Alfinger como Gobernador de esta nueva Provincia, socio de esta empresa capitalista de aquel momento, persona que no tuvo ni el menor respeto por la alianza ya existente entre el Cacique Manaure y Ampíes, iniciándose un funesto proceso de esclavitud, lo cual produjo un acelerado despoblamiento de la ciudad de Coro y el resto de la recién creada Provincia, debido al acoso, persecución, tortura y asesinatos a los nativos, por mandato de las órdenes expedidas por este funesto personaje, que trajo la muerte el saqueo y la desolación a los pacíficos pueblos originarios.

Es el momento cuando en Venezuela comienzan a aflorar las prácticas iniciales del sistema capitalista, en fase insipiente, en una confluencia de sistemas de opresión y explotación del hombre por el hombre que sustentan los modelos sociales y económicos, traídos desde España ya superados en la cultura europea, como fue el modelo esclavista, ejecutado por los repartos y encomiendas, que en este Continente se manifiesta como sostén para el avance del capital, que podemos catalogar como sistema capitalista insipiente del momento, que en el transcurso del tiempo se fue transformando, hasta los tiempos del neocolonialismo imperial, con el que hoy dominan, explotan , transculturizan, saquean y castigan a los pueblos que luchan por auténtica independencia.

Entonces la suerte de Ampíes y Manaure, depende del alemán Alfinger, violando las más elementales reglas de cortesía e invocando sutiles motivos de celos, desplaza violentamente a Juan de Ampíes, reduciéndolo a prisión y expulsándolo del territorio de Venezuela de por vida.

Igual suerte corre el cacique Manaure, en 1530 los alemanes se apoderan de canoas que eran propiedad de Manaure, quien al reclamarlas es encarcelado. Tiempo después fue liberado y obligado a marcharse hacia unos 300 km. fuera de Coro, refugiado con su familia.

De la suerte del conquistador Juan de Ampíes, también se ha escrito, ya que desde la creación de la Provincia de Venezuela, por parte del Rey Carlos V, a la vez que los Welser nombraban Gobernador de la recién creada Provincia, al alemán representante de esa casa capitalista alemana, Ambrosio Alfinger y, a partir de allí el destino de Ampíes toma rumbo a una catastrófica frustración. Veamos lo que apunta Garmendia:

"(…) Juan de Ampíes, cuyo nombre resonaba como dueño y señor de las costas que hoy conforman el Estado Falcón, añadiendo las islas de Curazao, Bonaire y Aruba, personaje sobre el cual el Rey Carlos V depositó la confianza, (…) Ambrosio Alfinger (…) más ambicioso, mucho antes de zarpar para Venezuela entendía que Juan de Ampíes significaba un estorbo o por lo menos la posibilidad de rival peligroso. P.84

Entiende Alfinger que Ampíes puede soliviantar a los indios contra los Welseres (…) Las crueldades de Alfinger, en el lapso de mes y medio han trascendido. Los soldados le temen no se mueve una sola hoja en los uvedales sin el previo consentimiento del Gobernador.

Juan de Ampíes, (…) no esperaba la ingrata sorpresa. Repentinamente invaden el recinto conocidos y sanguinarios esbirros del Gobernador. Con los peores modales dan orden de arresto a Juan de Ampíes. (…) Los alguaciles de Alfinger maltratan y vejan al detenido (…) Ocho días incomunicado, humillado con afrentas pasa Juan de Ampíes en el calabozo. (…) Ampies tendrá que suscribir un documento en el cual se compromete dejar a Venezuela, prescindir de los barcos, cancelar actividades comerciales y confinarse en Santo Domingo.(…) Rechaza firmar el documento. Se le amenaza. Pero el fraile y los amigos de Ampíes, (…) le sugieren que estampe la firma como salida para conservar la vida. (…) el 12 de abril de 1529 obtuvo la libertad y marchó al ostracismo,(…) El territorio de la Provincia de Venezuela quedaba en manos de los alemanes". (Págs.118-119).

La suerte de estos dos hombres ya estaba echada. Imposible que pueda existir en la historia un conquistador pacífico y bueno y un nativo confabulado, por engaño, que haya prosperado en negociaciones triunfantes con el enemigo; la suerte de ambos no ha de ser otra, sino el ostracismo, como en efecto fue. A partir de esta fecha 1529, Son los Welser, los que vienen a regir los destinos del territorio de Venezuela y de sus originarios habitantes, hasta 1545, dejando una estela de crímenes y destrucción de los pueblos ancestrales.

Hasta aquí hemos visto el funesto desarrollo del "Descubrimiento" y el inicio de la Conquista en territorio venezolano, donde fueron los habitantes originarios quienes pagaron con tormentosos sacrificios, tortura, trabajos forzados, hasta la muerte, los favores de la casa de los Welser, al Rey Carlos V, que estaremos analizando en las próximas entregas.

GRACIAS LECTORES Y LECTORAS. Hasta la próxima entrega.







 

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