La Carta de Jamaica y la desilustración liberal de Bolívar en el siglo XIX

Jueves, 06/05/2021 09:44 AM

Sin adentrarnos en los pormenores de la Carta de Jamaica, de tan extraordinario documento histórico de 1815, de análisis política de parte de Bolívar acerca del infortunio que vivía La América por causa del colonialismo europeo, en particular de imperio español, "desde su descubrimiento" por parte de sus "destructores los españoles" en la que se plasma una respuesta a las peticiones de un Caballero, Mc Cullen, ciudadano de miras "filantrópicas" que en una carta se dirigiera a Bolívar y que este le respondiera con "ideas iluminosas" e inclusive hasta "ingenuas" en su pensamiento. Comienza Bolívar relatando: Tres siglos ha, dice Ud., que empezaron las barbaridades que los españoles cometieron en el grande hemisferios de Colón. Barbaridades que la presente edad ha rechazado como fabulosas, porque parecen superiores a la perversidad humana, y jamás serían creídas por los críticos modernos, si, constantes y repetidos documentos no testificasen esas infaustas verdades" (Véase; Carta de Jamaica, 6 de septiembre de 1815).

De que "barbaridades y perversidades humanas" tratan Bolívar y Mc Cullen de abrirnos los ojos, sobre todo a los testigos modernos de nuestro "mundo civilizado", que al saber de tanta crueldad y violencia no puede, no aceptan, o peor rechazan como verdades que la colonización hizo realidad, crímenes que practicó mediante "la conquista", la tiranía "los actos más horrorosos de un frenesí sanguinario, irrespetando los derechos de los pueblos ancestrales, los pueblos indígenas, y más tarde repitiera con los pueblos trasplantados africanos y sus descendientes, siendo todos victimas de usurpación, saqueos, violaciones, asesinatos, exterminios, crímenes todo sometidos a un holocausto humano que la humanidad aún expía la muerte de millones almas indígenas y afro que aún en el siglo XXI esperan que la Monarquía Constitucional española se digne de "Pedir Perdón" y resarza los daños materiales y perjuicios cometidos en estas tierras americanas a las víctimas, en particular a los pueblos indígenas ancestrales y sus afrodescendientes.

Dejemos al Tiempo hacer Justicia nos toca enfocar un problema, unas determinadas "ideas luminosas" y otra, de "ingenuidad" de valoración de Bolívar con respecto al papel de "las naciones liberales" y la posibilidad de lograr de ellas la posibilidad de protección, libertad, independencia, auxilios, etc. Comencemos por la primera, la idea luminosa de Bolívar al terminar la Carta de Jamaica le dice a su amigo el señor Mc Cullen: "Lo que puede ponernos en actitud de expulsar a los españoles y de fundar un gobierno libre: es la unión, ciertamente, mas esta unión no nos vendrá por prodigios divinos sino por efectos sensibles y esfuerzos bien dirigidos. La América está encontrada entre si, porque se halla abandona por todas las naciones; aisladas en medio del universo, sin relaciones diplomáticas, ni auxilios militares, y combatida por la España que posee elementos para la guerra que cuantos nosotros furtivamente podemos adquirir" (Bolívar, Ob. Cit7., p. 7).

Hoy esas palabras como ayer tienen amplia resonancia, en el caso de Venezuela, acosada y agredida por el gobierno de los Estados Unidos, tratando de expandir su capital y empoderarse de las fuentes de materias primas, en particular el petróleo, ha subordinados a "países americanos", en especial el Grupo de Lima, que al igual como ayer, sumados a las naciones europeas sostienen un cordón sanitario contra la Patria de Bolívar. Estas ideas luminosas tienen plena vigencia, la unión americana el cual para salir de estos atolladeros necesitamos "la unión americana", mediante "esfuerzos bien dirigidos", con naciones aliadas, a diferencia del pasado en que las naciones americanas del siglo XIX, estaban aisladas del universo, sin auxilios militares relaciones diplomáticas, al menos hoy disponemos de naciones aliadas, de países amigos que nos brinda su solidaridad como China, Rusia, Irán, Cuba, Nicaragua, entre otros, seguro que la América encontrará el camino por esfuerzos bien dirigidos.

Sin embargo; hoy el Imperio no es España, el imperio es los Estados Unidos y su sistema imperial, frente a la cual tenemos el deber de unirnos los americanos, sostener una política de integración, de países como Argentina, Bolivia, Nicaragua, Cuba, Venezuela entre otros dado que retomando las palabras de Bolívar: "Cuando los sucesos no están asegurados, cuando el estado es débil y cuando las empresas son removibles, todos los hombres vacilan, las opiniones se dividen, las pasiones las agitan y los enemigos las animan para triunfar por este fácil medio" (Ibídem). Tomemos esto como advertencia, muchos países americanos, suramericanos en especial ostentan un "estado débil", sometido al imperio de los Estados Unidos, países ocupados incluso con bases militares como puntas de lanzas para invasiones e intervenciones militares y frenar los cambios revolucionarios.

Todavía tenemos opiniones divididas en nuestra América, pasiones agitadas y enemigos como el Gobierno de los Estados y el Reino Unido que azuzan conflictos, en especial los territoriales, como entre Bolivia-Chile, Venezuela- Colombia, Venezuela-Guyana, Nicaragua-Colombia, etc., tenemos pues situaciones no aseguradas, intereses agitados para inducirnos a ser presa de la dominación, un camino intentado para la dominación de que el imperio triunfe. Sin embargo, Bolívar tenía cierta esperanza, en medio de estas angustias política contra la dominación imperial española. Dice: "Luego que seamos fuertes, bajo los auspicios de una nación liberal que nos preste protección, se nos verá de acuerdo cultivar las virtudes y los talentos que conducen a la gloria, entonces seguiremos la marcha majestuosa hacia las grandes prosperidades a la que están destinadas la América Meridional, entonces la ciencias y las artes que nacieron en el Oriente y han ilustrado la Europa volarán hacia Colombia libre, que las convidará con un asilo" (Ibídem), (el subrayado es propio).

De la idea luminosa de "la unión americana" pasamos a evaluar la ingenuidad de Bolívar, él aguardaba el triunfo de las armas americanas contra el imperio español, apelaba al igual que Miranda a "la protección de Inglaterra", por eso que alcanzada la independencia, fortaleciendo nuestra soberanía, independencia y autodeterminación como derechos de los pueblo, el hombre y los ciudadanos, aspiraba "a la protección de una nación liberal europea", contra cualquier amenaza externa, ya sea la Santa Alianza o el imperio naciente de los Estados Unidos, sosteniéndose la fe y la creencias que "nación o países capitalistas liberales" bajo su ideología liberal, del siglo de las luces europea, del siglo de "la racionalidad" estarían interesados en nuestros derechos ciudadanos y humanos, que bajos su "auspicios" seguiríamos el camino de "cultivar virtudes y talentos" facilitados por dichas naciones liberales, el cual los conocimientos "volarían", de las ciencias y las artes hacia Colombia, teniendo como asilo gracias a la filantropía de la civilización europea.

Asombrosamente, "la Europa civilizada, comerciante y amante de la libertad --indica Bolívar--permite que una vieja serpiente, por solo satisfacer su saña envenenada, devore la más bella parte de nuestro globo. ¡Que! ¿Está la Europa sorda al clamor de su propio interés?. ¿No tiene ojos para la justicia?¿Tanto se ha endurecido para ser de este modo insensible. Estas cuestiones cuanto más la medito, mas me confunden, llego a pensar que se aspira a que desaparezca la América, pero es imposible porque toda la Europa no es España". Bolívar no comprendía el espíritu naciente del capitalismo liberal, sus intereses y contradicciones, su egoísmo y ambiciones una vez desalojado el feudalismo y la monarquía europea. Al parecer, Bolívar creyente de "la ideología liberal", del racionalismo y la libertad del siglo liberal creyó "ingenuamente" que alguna de dichas "naciones liberales" europeas, en especial el Reino Unido, brindaría "protección, virtudes y talentos" para prosperidad de Colombia, es decir ejerciendo una "colonización civilizadora" bajo los auspicio de la razón del Siglo de las Luces.

En verdad aquí, Bolívar alberga ciertas esperanzas ilusorias, lo confundía el espíritu del capitalismo liberal, al pretender que alguna de las naciones capitalistas europeas serían filantrópicas y desinteresadas en pretender brindar asilo al saber, las virtudes y las artes, aparte de protección contra naciones agresora alguna, creer que las practicas productivas de dichas naciones nos traería libertad, progreso e independencia, los frutos de la prosperidad, la abundancia y la erradicación de la escasez. No hay que olvidar, que las sociedades burguesas portan las semillas de la explotación del hombre por el hombre, de la explotación de una nación por otra, que los frutos del progreso, del proceso reproductivo que establece la sociedad burguesa crea dependencia científica y tecnológica entre los países desarrollados y las naciones en desarrollo, sobre todo sobre la base de la expansión del capital, de manera que "la misión civilizadora" no es nada amigable, sus medios de igual manera coloniales, sobre todo haciéndonos creer que los colonizadores no son nuestros enemigos sino unos "benefactores", mejor dichos que los pueblos atrasados deben agradecer a sus civilizadores, los pueblos capitalistas, en todo caso "las naciones liberales europeas" como benefactores de esta parte del Nuevo Mundo, Colombia.

Esta creencia benefactora de Bolívar era de esperar teniendo en cuenta su ideología liberal revolucionaria, solo que el destino de Bolívar distaba de la sociedad burguesa, con relación a su papel emancipador nacional, la transformación revolucionaria de la sociedad colonial, la fundación de una República, una democracia eminentemente popular, la educación pública, la mayor suma de seguridad, estabilidad y sobre todo la mayor suma de felicidad social, un remedio optimista cuantitativo en las escala de las políticas públicas a manera de pronostico teniendo en cuenta que volarían así no más libremente como del Oriente a Occidente todo el progreso de Europa, en este caso de Occidente a la América. Bolívar era optimista con la potencialidad positiva de una nación liberal que nos prestara auxilio, pero las perspectivas no son promisorias, sobre todo teniendo en cuenta como se estructuró el imperialismo ingles europeo, nada que pueda representar un antídoto viable las artes (Las tecnologías), las virtudes liberales y el talento (conocimiento de la ciencia) para realizar el basamento de la independencia y el progreso.

Como dice Métzáros: "…. lejos de ser teoría bien fundamentada. (El auspicio de la teoría de la colonización civilizadora, la nota es propia). Porque la verdad desengañadora que la ciencia y la tecnología realmente existentes están ellas mismas profundamente incrustadas en las determinaciones productivas prevalecientes mediante las cuales el capital le impone a la sociedad las condiciones necesarias de su precaria existencia actual". (Métzáros, I., p., 275). Esto nos señala las limitaciones de Bolívar, su contexto histórico, sus optimismo ingenuo frente a las naciones liberales para que vinieran a "voltear la suerte del juego", porque esas naciones "…..están involucradas a un tipo de desarrollo que es simultáneamente productivo y destructivo" (Ibídem).

Hay que decir que el conocimiento, las ciencias, las artes, las tecnologías espontáneamente no son la solución por si misma tal cual albergaba Bolívar, toda vez que volaran de Europa a América, aún cuando nos invitara a sembrar el talento, puesto que dichas palancas estaban incrustadas de relaciones económicas, determinaciones productivas, de relaciones sociales que se imponen a la sociedad en un tipo de desarrollo, y este no es más que las relaciones capitalistas de producción y dominación. En todo caso; Bolívar no se había propuesto cambiar las bases económicas de producción lograda la independencia, una vez que se fortaleciera, pese a sus decretos de repartición de tierra, liberación de esclavos, reconocimiento del trabajo, educación pública, etc., no se había propuesto, la reorientación del sistema del capital, de la oligarquía, de los privilegios de los criollos, hacia el cual canalizar los recursos de la sociedad.

Tal vez los limites históricos de Bolívar no alcanzaba a visualizar aun conociendo las ideas del comunismo ilustrado de Mably, su modelo de República platónica adaptada a nuestra América apenas alcanzan para realizar los derechos del ciudadanos a nivel constitucional, pero se quedaba corto en materia económica, de comprensión del "intercambio entre los individuos mismos, del estilo del trabajo, del modelo económico, de la reorientación del modelo productivo, Bolívar no tenía idea de la reorientación de la practica productiva del modelo, aún no había surgido el socialismo científico, apenas a su muerte surgían las ideas del socialismo utópico, la crítica del capitalismo moderno europeo mediante Fourier, Owen, Cabet entre otros y más tarde el comunismo científico a mediados del siglo XIX. Bien explica Métzáros aplicado a Bolívar que: "….Más aún, en este contexto debemos recordar también que no tenemos una escala temporal lo bastante holgada para la necesaria conversión de la potencialidad en realidad. Ello debe tener lugar bajo las agravantes condiciones de una gran urgencia en el tiempo" (Métzáros, I., p. 278).

Bolívar pendiente de las tareas anticoloniales, abriendo caminos a la emancipación, al parecer no estaba pendiente de "la crítica del socialismo utópico del capitalismo", de las contradicciones económicas destructivas que generaba la nueva sociedad burguesa, bastante tenía con la obra de la independencia americana, ese conocimiento lo tenía el Maestro Rodríguez, quien sobrevivió a Bolívar, concretamente a medida que el capital se expandía a escala, revelaba su potencial destructivo acompañado del progreso, estamos hablando que la invitaciones de naciones liberales con pretensión de civilización colonizadora trae en sí mismo como dice Métzáros, "la exitosa intrusión del capital en todo cuanto pudiese ser invadido—es decir, antes de que el sistema tuviera que extralimitarse de la manera como hemos dicho ya—hacía sostenible la noción de ´destrucción productiva´, si bien progresivamente más problemática a medida que la escala misma iba en aumento" (Ibíd., p. 279).

Todos hemos sido testigo que el capitalismo intrusivo arrasa las relaciones económicas atrasadas, del régimen feudal, imponen su imagen de relaciones de producción, de explotación del trabajo, por tanto en la medida que se expande el capital, se expande la acumulación del capital, se extralimita en las naciones soberanas, arrebatándoles su autonomía, el rasgo predominante del progreso es su carácter destructivo, la producción destructiva, la consumación del ascensión histórica del capital" dominante, la reproducción ampliada del capital, que a la par del progreso nos trae nuevas contradicciones económicas en la medida de la expansión y acumulación del capital.

Fuentes consultadas:

1.-Bracho A. América, (1993). Cátedra Bolivariana. Cuadernos de Trabajo. Ediciones Co-Bo, Caracas, Venezuela.

2.-Métzáros, I. (1995). Más allá del capital. Hacia una teoría de la transición. Editado por Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia, Presidencia de la Asamblea Legislativa Plurinacional y Pasado y Presente, siglo XXI, La Paz, Bolivia.

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