Tratan a los militares como niños

Lunes, 10/05/2021 05:36 AM


La política burguesa es el arte del engaño; alguien dijo, con mucha razón: “en la guerra, la primera víctima es la verdad”. Se podría agregar que “la política capitalista es el reino de la mentira”. Al contrario, la Revolución es sinónimo de verdad, es la verdad rescatada. Lo anterior no son frases huecas, se trata de lo fundamental de la lucha revolucionaria, se puede resumir diciendo que la Revolución es la lucha de la verdad contra la mentira.

El capitalismo se basa en un fraude, es la captura del trabajo ajeno a través de la plusvalía, del tiempo de trabajo no remunerado. Esa relación económica necesita al mercado para realizarse, y los dos, plusvalía y mercado, determinan toda la relación social; allí todo se puede comprar, todo se puede vender, todo es mercancía. Y la mercancía es por definición un disimulo. La política capitalista no podía ser diferente. Es, en sí misma, un engaño.

En época de normalidad de la política capitalista, el artilugio se mantiene oculto; en momentos de crisis como el que vivimos, cuando al país lo dirigen líderes de segunda o tercera línea, el artificio se detecta con facilidad, se les ven los hilos a las marionetas, aparecen las manos que mueven los títeres. En estas circunstancias de poder inestable, el centro real de la política es el estamento militar, hacia allá se dirigen las mejores atenciones de los políticos, ese es el centro de la disputa.

Los políticos capitalistas se disputan el apoyo militar, eso se hace de forma descarada, todos los días aparecen sus coqueteos, sus engaños. Todo lo que tenga que ver con lo militar está velado, por ejemplo no sabemos qué pasa en la frontera. Los del gobierno hablan de defender la soberanía de ataques gringos, pero simultáneamente coquetean con el gobierno de biden, toman medidas para que los perdonen, mudan presos a sus casas, eligen cne. Los de la oposición gringa acusan al gobierno de tener una conducta militar errada, del desamparo a los militares. Los dos actúan como si de engañar a un niño que pide salir al parque se tratara; no dicen la verdad, los manipulan con falsedades. Son señales de la crisis de liderazgo que padece el país, la calidad de la política ha descendido a niveles del rodapié. Este infra liderazgo de lado y lado, militar y civil, indica la decadencia de la nación, que parece estar en manos de unas comadres chismosas peleando en la esquina de un barrio.

Estos son días de prueba, se decide si el recuerdo será sólo un recuerdo, o si será capaz de convertirse en guía de la acción que rescate la dignidad nacional. Estamos seguros que inspirados en el grito del Libertador hoy se dirá: ¿estos años de calma no bastan? Estos años de destrucción y calma de las masas que desconcertadas huyen de sí mismas, darán paso a un salto social. La catástrofe madurista será superada por el pueblo civil y militar demostrando que no se pueden engañar como a unos niños. El país no regresará al pasado infecundo, avanzará hacia la construcción de un futuro…

¡CHÁVEZ VOLVERÁ!

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