Las últimas cifras oficiales relacionadas con la pandemia del Covid-19 en Venezuela, las correspondientes al día 27 de mayo de 2021, indican que hubo 1.421 contagios y 17 fallecidos, con lo cual se mantiene la tendencia que viene desde enero pasado. Que hayan transcurrido ya cinco meses con un promedio diario superior a mil contagios y quince fallecidos, significa que no se ha podido doblegar este mal que afecta a todos los venezolanos, y se está ante la amenaza cierta de un aumento incontrolable de las cifras.
Este comentario lo hago porque creo haber escuchado decir al presidente Nicolás Maduro, que es posible que en octubre de este año se vuelva a las clases presenciales en los diferentes centros educativos del país, idea ésta que no pareciera ser viable, dadas las actuales circunstancias.
Es cuestión de hacer un cálculo sencillo. Para llegar a octubre deben transcurrir cuatro meses (junio, julio, agosto y septiembre). Significa que para octubre debe estar vacunada la mayor parte de la población venezolana, para lo cual debe haber un ritmo de vacunación diario muy significativo. El asunto es que este escenario no se ve en el horizonte. Aún las vacunas no están disponibles en la cantidad que se requiere.
La verdad es que el gobierno nacional debe, en esta materia, poner los pies sobre la tierra y pensar con cabeza fría, y ser más claro con relación a las reales posibilidades de vacunación que existen. Porque en este asunto no se trata de deseos, sino de realidades, de hechos concretos. Pensar en un retorno a clases presenciales en octubre, en plena efervescencia de la campaña para las megaelecciones del 21 de noviembre, es demasiado temerario. ¿O es que se quiere llegar a diciembre aún con esta pesadilla de la pandemia?