Maduro y el reformismo vs el pueblo chavista

Sábado, 29/05/2021 08:24 AM

¿Por qué el liberalismo practicado por Maduro no termina desprestigiándolo, sacándolo del gobierno? Esto es un fenómeno casi que geológico. Por un lado, la licuefacción de los dirigentes madurista y por el otro lado la roca moral que sedimentó Chávez en mucha gente y que, a pesar del madurismo, no termina de erosionarse. La dureza del chavismo es la base donde se apoya Maduro y el madurismo, la cual deben apuntalar con parches de mentiras, como sus propias estadísticas de crecimiento económico (un crecimiento raro que no se ve ni se siente), o con las promesas de que pronto veremos la luz al final del túnel, al estilo Teodoro: "estamos mal pero vamos bien". Sin esa base sólida de moral chavista estarían todos los maduristas fritos, sus discursos hacia afuera serían más vergonzosos, más descarados, más rastreros (aunque más coherentes con lo que acontece hacia dentro). Sin esa moral que los vigila y los juzga en silencio ya hubiesen cambiado de bando hace tiempo, también, al estilo Teodoro Petkoff, Petkoff asociándose con Caldera y Hans Neumann (Ochoa Antich, David de Lima, Ismael García, Didalco Bolívar, Tablante, etc… compitiendo por ver quién es más oportunista), no es mucha la distancia entre el MAS y esta versión milenium de la Liga Socialista.

Yo entiendo que al maestro Eligio Damas le preocupa el uso del concepto "reformista" para calificar o descalificar a los falsos socialistas; como él dice, es un término con el cual es fácil manipular sin explicarse mucho. Pero a nosotros nos resulta tan exacto que no dejaremos de usarlo, sobre todo después de haber sido explicado muchas veces y muy bien por Chávez. 1-. Están los reformistas que juran que no lo son, como Jesús Farías, pero que sin embargo,… no lo son: son solo liberales dentro del closet del reformismo. 2-. Está los reformistas que realmente creen que la revolución se podría hacer con reivindicaciones sociales graduales y mediante el ejercicio de la democracia que impone la burguesía, la democracia (como dicen los filósofos) por antonomasia, y que yo llamo, "el prejuicio de la democracia", y Chávez se burla llamándola la "revolución democrática". Estos reformistas creen que se puede domesticar el capitalismo, que hay capitalistas buenos, altruistas, desinteresados, y otros "salvajes"; hablan del demonio del neoliberalismo y a la vez de que en este país "cabemos todos": el explotado y el explotador, el amo y el esclavo, ricos y pobres, juntos como hermanos, agarrados de la mano. A esa clase de reformistas pertenece el discurso y el pensamiento de muchos "cándidos", y detrás de ese mismo razonamiento y discurso se esconden casi todos los oportunistas y pícaros de la izquierda "reformista" (¡es inevitable, don Eligio, no hay otra palabra!). El caso es que la experiencia, la historia nos ha demostrado, 1-. Que en países como el nuestro, la competencia no existe (Protinal –que en su momento tuvo el monopolio que ahora tiene Agropatria privatizada –, P&G, Empresas Polar, Colgate, Carlgil, Nestlé, ETC, estas grandes empresas son dueñas de casi todas las marcas comerciales que se conocen). 2-. Que no existe capitalismo "altruista" que anteponga la ganancia a las personas; primero la ganancia y luego todo lo demás, siempre y cuando suponga mejorar rendimiento, las ganancias (es bueno referirse a la empresa privada como que ella es una "gran familia", eso mejora el rendimiento y fortalece el "espíritu de sacrificio" del trabajador. También es bueno formar la mano de obra calificada en el Inces y contribuir con él, fundar universidades, que, además de ser un buen negocio, sirven para orientar los estudios y carreras universitarias administradores, industriólogos, capataces y capitalistas que ellos demandan, e influir en las políticas públicas para que el Estado se ocupen de los obreros calificados y técnicos. En fin, es preferible una mano de obra especializada, calificada y servil, con la consciencia de su patrón, que un trabajador politizado, consciente de su condición de obrero explotado, de lo que pasa en su entorno y el mundo, que piense).

El reformismo de Maduro es la promesa de que se puede vivir feliz dentro del capitalismo, usando como modelos a EEUU, Europa occidental, China y Rusia, olvidando el subdesarrollo, disimulando que somos una país colonial (una colonia), que solo somos un gran yacimiento de insumos para el crecimiento de los países ya desarrollados, y mano de obra barata y preparada, puesta a la disposición, en el mismo "paquete" económico, en la misma "cajita feliz" en el cual se les entrega el petróleo, coltán, litio, , madera, nuestros mares, agua, tierras fértiles, electricidad, seguridad militar y policial, etc.

Pero Maduro y el madurismo todavía deben, además de tributos, rendirle cuenta a Chávez. Así lo hace Diosdado todos los miércoles, lo hace el presidente cada vez que Biden le dice que NO; cada vez que les hacen presión en el norte su vuelven "socialistas", "chavista" y "bolivarianos", para no perder el equilibrio, para que no se licue el piso donde se apoyan y se han apoyado todos estos años de traición a Chávez y a su proyecto, a su Plan de la Patria, y se hundan en su misma miasma. Sin la fuerza moral del chavismo no hay madurismo que se sostenga, porque el madurismo es éticamente reformista y a la vez amoral (a-moral), es oportunismo, un disolvente de toda institución…pero también "autoritarismo social" como dice el adulón de Ocho Antich (según este "caza güire" Chávez fue un líder autoritario, personalista, pero Maduro ejerce el "autoritarismo social", ¡vaye usted a saber que vaina es esa!, uno solo entiende que es una jaladera de bolas a su correlativo dentro del gobierno: Nicolás Maduro y su gente)

Si logramos hacer que la fuerza moral del chavismo cobre conciencia del rumbo político torcido que ha tomado Maduro todos estos años, si pudiéramos consolidar la roca del chavismo en un consenso chavista duro, crítico, consciente (tal y como está pasando ahora "aporreadores"), crítico y revolucionario, ¡chavista!, apartado de Maduro y su gente, de Arreaza, de Farías, Diosdado, de Castro Soteldo y de los Rodríguez, Rodolfo Sanz, Pedro Carreño y todos los demás que están en la rotación del madurismo. Rescatar el PSUV (ya ellos cuentan con "Somos Venezuela", el partido de Maduro y los Rodríguez, de la "revolución democrática", limpio y desinfectado de socialismo) y retomar el control del gobierno, el poder a manos de la revolución y en favor de toda la sociedad, NO de la democracia burguesa, que conserva las distinciones sociales, excluyente, "donde cabemos todos", ricos y pobres, ¡la trampa madurista!, la llamada por Chávez de forma sarcástica "la revolución democrática", reformista, contrapuesta a la democracia revolucionaria del socialismo. Hoy, ahora más que nunca, se debería activar el chavismo, con la fuerza moral de aquellos que aun no se han quebrado. ¡Necesitamos fuerza moral!

¡CHAVEZ VIVE EN EL CHAVISMO CONSCIENTE!

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