Patricio Silva y mis amigos de ayer hoy

Sábado, 29/05/2021 08:35 AM

Ahora que están reunidos bajo esta hermosa mata de mamey, que es un árbol muy particular y difícil de ver en otras zonas del país, cuyo fruto (pulpa) tiene un color tentador y es realmente exquisita, quiero que me sirvan de diván y me permitan entrarle al tema de los amigos.

Cuando uno se percata que está lejos de sus grandes amigos, nota camaradas, que la vida es una sombra y la vida se nos hace deshabitada. Recordarlos, nos mete energía en el corazón. La pandemia ha hecho esta sombra más prolongada. Los viejos amigos de la vida se nos dispersan y el sentimiento de soledad se hace más profundo. Los amigos y amigas son un tesoro y cada uno tiene su lugar especial, pero los amigos que tuvimos cuando la vida se nos hizo muy intensa, están ahí para toda la vida y hay momentos en que necesitamos tenerlo cerca y el recuerdo de esos momentos, es la manera de verlos y compartir con ellos.

Imposible olvidar al negro Marrero de El Guapo. Compañero de lucha y de cursos juntos en la UCV. Como olvidar al compañero "Barba Rojas" y nuestras andanzas por los pasillos de la UCV pegando gritos. Cómo olvidar a los amigos de Anzoátegui. Más lejos camaradas, están los amigos de la infancia pero ahí el hueco de la nostalgia toca profundamente.

¿A qué viene tanta nostalgia Mamanta? Mira, toma este trapito para que te seques la moquera.

En estos días de pandemia y cuarentena Chucha, los amigos son un punto del día obligado. Uno intenta salirse de la soledad tomando el atajo de los viejos amigos y a veces pasa sus momentos agradables.

En estos días camaradas, tuve la oportunidad de enviarle un mensaje por correo al amigo virtual, Patricio Silva que tenía tiempo sin saber de él y luego me respondió con una corta frase que me ha tenido con este sentimiento. Patricio me dijo: "Hola qué tal, lamento decirte que yo tampoco sé de mi pero aun así gracias por escribir, estoy "bien"".

Le debo a Patricio varios guarapos y la posibilidad de un encuentro para intercambiar ideas sobre varios cursos que organice en Anzoátegui y que le interesaron.

Tiene razón este amigo virtual Patricio Silva. Uno ya perdió la posibilidad de saber de uno y vamos institucionalizando, una nueva manera de decir las cosas, colocándole a muchas palabras las comillas para decirnos y esconderle a nuestros amigos, los estados de ánimos que vivimos en sus diferentes etapas. Algunos amigos ya no eluden para no contaminarnos su depresión porque siente que todo fue un sueño que devino en una pesadilla. Suponen (y mal) que estamos al final de la historia y no entienden, que se produjo un accidente y el tren se descarriló.

Tal vez mi amigo Patricio Silva esté ahora con la idea que no vale rezar ni vale luchar y menos escribir, pero este gran amigo virtual, que no he tenido el placer de conocer personalmente, nos dijo en noviembre 2020 lo siguiente:

"Perú arde en llamas, Chile arde en llamas, Bolivia arde en llamas, Guatemala arde en llamas, esos pueblos sin haber sido tan golpeados como el nuestro tomaron las calles". Colombia amigo pachico, también comenzó arder en llama. Estamos dormidos, pero los pueblos siempre despiertan. https://www.aporrea.org/actualidad/a297540.html

Fíjense camaradas, yo no le había dicho porque con ustedes he consolidado un gran puente de afectos. Resulta, que mi infancia y parte de mi adolescencia la viví con mis abuelos paternos y mi abuelo era artesano y agricultor. Mi abuelo fabricaba chinelas y luego salía en su burra a recorrer pueblos de Margarita para venderla. En la casa de mi abuelo había una cotorra margariteña que vivía montada en una mata de yaque y vivía llamándome. Resulta también, que mi abuelo en esa fase de agricultor, tenía en un cerro un conuco y una vez se trajo un huevo de guacharaca y se lo coloco a una gallina que lo empolló y de ahí, tuve una guacharaquita que disfrute en mi época de niñez. Estos también fueron mis grandes amigos que me tocaron intensamente. Su recuerdo, me llevó a tenerle un gran amor a los animales y mi cercanía con mi abuelo, me llevó también a querer los conucos, la tierra y las matas. No tengo la cualidad del destacado periodista Juancho Marcano, pero ahí vamos.

Los amigos camaradas son una razón de vida.

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