Docencia Amena

¿Por qué es necesario vernos en Carabobo 200 años después?

Martes, 08/06/2021 09:08 AM

Un referente actual del venezolano fajador, laborioso y amante de su historia, más allá de darse una mera relación existencialista hacia al terruño que pisa, pues tratándose de la cuna de los libertadores de tierras suramericanas durante las primeras décadas del siglo XIX, es cuando se aprecia su ímpetu cobrando fuerza dentro del valor patriótico necesario. ¿Cómo lo distinguimos? En el modo en que cada hombre o mujer sale a buscar su sustento diario bajo ciertas implicaciones. Desde todo punto de vista es repasable el estudio de lo sucedido desde tiempos de la colonia y la etapa independentista sin que hasta ahora veamos capítulos cerrados cuando siguen produciéndose todo tipo de intercambio cultural.

En Venezuela toda corriente migratoria ha dejado sus huellas indelebles. Pasan los años y seguimos adoptando las que nos toquen recibir. Desde luego, éstas muy bien han arrojado noveles, firmes y retadoras conductas ante las políticas ajenas a nuestra Constitución Bolivariana; es decir, existen posiciones razonables ante los abusivos intentos por resquebrajar nuestra soberanía sin importar orígenes.

Cuando Simón Bolívar, el Libertador, arengó a sus tropas un día antes de efectuarse la batalla por la independencia de Venezuela con la frase: "Mañana seréis invictos en Carabobo", tenía entre ceja y ceja la disolución del ejército contrario, convencido pues, que el enemigo no solo había sido objeto de una división estratégica como parte de un plan sino que la moral de sus soldados había venido en aumento con la enarbolación de una patria "vivible para todos", representada por sus propios hijos y lejos del absolutismo político de España.

Entonces, ¿Por qué ahora no afrontar con igual o superior gallardía lo que heredamos en aquella ocasión? Las armas las estamos llevando muy conscientemente en la mente porque hemos aprendido a modelar conductas de resistencia ante el terrorismo de Estado, disolución de los poderes, la guerra mediática, intentos de magnicidio, guarimbas, asesinatos de líderes políticos, además de las víctimas caídas por el desenfreno del odio de la derecha irracional (21-N) que es la misma que pide diálogo para darse más tiempo ante unas próximas elecciones y seguir conspirando.

De modo que nos ha tocado ver y al mismo tiempo padecer las atrocidades de un tiempo único y solo visto en películas de ficción. Asimismo confrontar situaciones extremadamente difíciles cuando las oportunidades de estudios y trabajos se reducen por falta de financiamiento que derivan en buena medida por las importaciones. ¿Es esto justo? ¿En qué clase de país estamos residiendo? ¿Acaso no es un país de las mayorías? Antes de Carabobo Bolívar tuvo que pelear al otro lado del Páramo Andino para poder encerrar al ejército realista e infringirle la amarga derrota de la cual no se recuperarían. Bajo su mando tuvo oficiales de otras naciones y de otras lenguas. Algo tal vez podría estar sucediendo en la Colombia de Uribe y Duque que descaradamente apoyan a gobiernos procolonialistas hasta lograr fragmentar y repartirse el botín como ocurrió con la Libia de Ghadaffi.

Probablemente este 24 de junio no veamos el espectáculo verdaderamente merecido para esta magna celebración en cuanto a movilización de personas se refiere, pero sí existen los recursos tecnológicos modernos y humanos para decir al mundo qué significa Carabobo 200 años después de aquel ejército que condujo Bolívar sobre su corcel Palomo. Lo realmente distinguible y desde ya es un hecho que el amor a la patria y desde todo concepto cultural está por encima de unas cuantas monedas. ¡Allá nos vemos, en Carabobo!

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