En los fastos de la historia hay seres que han encarnado el mal. Unos por el daño que han hecho a varias personas o a una comunidad, otros, quizás, por racismo o por provecho económico. En todo caso, tanto uno como el otro no deja de ser juzgado como algo indigno que merece ser sentenciado con una pena cónsona con el daño causado a un conglomerado.
Se conocen diversos delitos para calificar de crímenes colectivos, entre estos debo destacar el crimen de guerra, el cual corresponde a la violación de las protecciones establecidas por las leyes y costumbres de la guerra, integradas por las infracciones graves del Derecho Internacional Humanitario, cometidas en un conflicto armado y las violaciones del Derecho Internacional. También debo incluir al asesino en serie, o sea al individuo que mata tres o más personas en un lapso corto de tiempo. Me obligo, así mismo, a resaltar al genocidio, como el acto perpetrado con la intención de destruir, total o parcialmente a un grupo nacional étnico, racial o religioso.
Es importante señalar que los términos anteriores son de uso frecuente en materia criminalística, dado que en un mundo donde la mass media se encarga de forjar odios, resaltar el uso de armas de fuego y hacer apología de comportamientos desviados, de manera tal que a los asesinos, ladrones y narcotraficantes se les considera héroes, no debe sorprender que normalmente tales medios glorifiquen al criminal de guerra, al asesino en serie y al genocida. ¿Acaso los juegos de Nintendo y algunos de los "ciber game" no entrenan a los niños, jóvenes y adultos en los juegos de guerra en lo que los asesinatos no son más que un entretenimiento?
Para los que nacimos a mediados del siglo XX, la guerra no es un juego. Muchos de los que sobrevivimos y nos mantenemos de pie al inicio del siglo XXI, a pesar del coronavirus, conocimos bien directamente o bien por información de prensa y televisión, la desgracia de las guerras, el invento más estúpido de los seres humanos y que nunca resuelve nada, más bien forma odios y resentimientos entre los seres humanos.
Parece ser que los viejos partidos del statu quo, en el ámbito mundial, no prepararon sus dirigentes y surgen nuevos políticos sin experiencia en la política, pero si en materia de negocios, bien sean legales o no. Así mismo, otros personajes que ingresaron a estos espacios, únicamente por ser "hijos de papá", muchos de ellos con estudios en universidades de EEUU, entendiendo que la política es otro entretenimiento más, a los que estaban acostumbrados. Al primer grupo de los señalados aparece Vicente Fox, Peña Nieto, Uribe, Santos, Duque, Bolsonario, Macri, Piñera, Abdo Benitez, Lasso…cuyo único fin, en el ejercicio de la presidencia es resguardar el patrimonio de los dueños de las empresas y los pobres, que se jodan. En el otro grupo, al de los "hijos de papá", que no tienen ni puta idea de qué cosa es la política, ingresaron a esta bajo los términos y lineamientos de las universidades de EEUU. Estas serían sus mentores para que los "hijos de papá" se afiliaran a un partido o si no, crearlo con los dineros robados por sus padres, es el caso de Leopoldo López y Capriles. Así fue como desaparecieron AD y Copei, dado que los viejos líderes defenestraron a los bisoños u opacaron los nuevos liderazgos, para darle paso a los peores "políticos" que ha conocido la historia de Venezuela, desde la época de Páez hasta nuestros días. Entre los que debo destacar: Julio Borges, Leopoldo López y Juan Guaidó. Para estos dos grupos los muertos no importan, solo es el dinero lo que los mueve en el ejercicio de la administración pública.
Ciertamente, entre aquellos vetustos líderes políticos podemos encontrar infieles, borrachos, ignorantes, perezosos, autoritarios, dictadores, fanáticos, mujeriegos, taimados…Sin embargo, no aparecen en nuestros anales históricos unas ratas nauseabundas capaces de vender el país por unos millones de dólares, sin importarles el sacrificio de toda una población, como lo son Guaidó, Leopoldo y Borges.
Guaidó, Lepoldo y Borges se asociaron para delinquir para causarle el peor daño que se le puede provocar a un país. El último de los nombrados acusó a los emigrantes venezolanos como la peor plaga que amenazaba a los países donde acudían nuestros connacionales para buscar una vida mejor. Emigración que se produjo por el deterioro de la calidad de vida de los venezolanos, causada por las sanciones económicas y el boicot comercial a nuestros productos, solicitada por ellos mismos. Además, la calificación de plaga hacia nuestros compatriotas en tierras latinoamericanas despertó un sentimiento antivenezolanista, que en algunos casos es motivo de agresión y en el peor, el de asesinato o suicidio. Una muestra del desprecio que tiene Borges hacia los naturales de este país.
En la época de la guerra fría y en cualquier período de la historia eran muy conocidos los espías y los contra espías. En algunos casos actuaban para perjudicar su país nativo, sin embargo, su labor la hacían en secreto, quizás por la vergüenza de ser tildado traidor a la patria. No es el caso de los engendros que encabezan este titular, estos traidores a la patria lo hacen de manera descarada. Venden a su país a las corporaciones con una sonrisa en la boca, solicitando ante las cámaras de tv y ante las redes sociales la aplicación de sanciones económicas; el boicot del comercio de crudo, una las fuentes principales de divisas del pueblo venezolano; el congelamiento de nuestros activos depositados en bancos extrajeras; la entrega, robo de empresas venezolanas en EEUU y la malversación del dinero pertenecientes a nuestros compatriotas. En el exterior se habla de la "dictadura" de MM, a pesar de la "tiranía", Juan Guaidó se mueve libremente por las calles de Caracas y en la provincia en camionetas costosas, custodiado por guardaespaldas pagados con dinero robado de cuentas y de empresas venezolanas en el exterior. Vale una pregunta ¿Qué pena se aplicaría a estos tres degenerados, si cometiesen estos mismos delitos en EEUU o en cualquier país de la UE?
Guaidó, Leopoldo y Borges representan la trilogía del mal, solo unos infames pueden prestarse, en alianza con lo peor de EEUU y la UE, para causarle perjuicios a sus compatriotas. Ya no es el problema que no se consigue gasolina; tampoco la inflación criminal inducida por la carencia de divisas, motivada por las sanciones; tampoco la quiebra de negocios en Venezuela por la situación económica; ahora el gobierno de MM debe enfrentar la canallada y el chantaje de este trío satánico para impedir que el gobierno compre las vacunas para inmunizar a los venezolanos contra el coronavirus. Esto se llama genocidio, muchos son los venezolanos quienes podrían morir por la acción de este virus, al no recibir el lenitivo que lo podría inmunizar de por vida.
Son muchos los delitos en los que están inmersos este trío criminal: robo, crimen, traición a la patria, conspiración, asociación para delinquir, malversación de fondos, asociación con agentes extranjeros para desestabilizar el país, instigación al delito, chantaje, corrupción, latrocinio, obstrucción de la justicia, genocidio, entre muchas contravenciones que le darían elementos suficientes a un juez para ser condenados a la pena máxima.
Guaidó, Lepoldo y Borges representan la esencia del mal y deben pagar por los sufrimientos causados a millones de venezolanos, como consecuencia de las perversas sanciones aplicadas por el gobierno de EEUU y de la UE contra nuestra patria, a solicitud de esta terna de malnacidos. Todo esto ocurre ante la mirada indiferente de la comunidad internacional o la ONU, la cual se mantiene indiferente ante los crimines de lesa humanidad o genocidios como los siete millones de vietnamitas, dos millones de camboyanos, dos millones de kurdos, quinientos mil serbios, un millón doscientos mil argelinos, setenta mil haitianos, ochocientos mil tutsis y hutus, doscientos mil guatemaltecos, trescientos mil libaneses, un número crecientes de palestinos. Esperemos que a esta lista no incorporemos a los venezolanos sucumbidos por coronavirus. Bien lo refirió Pablo Hasél, el rapero español preso por el gobierno del reino: "Para EEUU para todo aquel que se oponga a su genocidio imperialista, para los billonarios de siempre, es terrorista o antidemocrático o dictador": Lee que algo queda.
Enoc Sánchez