Patitiesos, como estatuas de yeso, así se asoma la extrema derecha venezolana dando lástima, suplicantes, entre funcionarios y políticos de tercera categoría en los recovecos del lobby y la sumisión política que representa el vetusto imperio norteamericano. No les da pena deambular de despacho en despacho. Solo necesitan fotos para las redes sociales. Para justificar el ingente financiamiento que sus amos de la Casa Blanca les proporcionan impunemente. Es un sueldo de apátridas. Para Venezuela y el mundo esta imagen de unos opositores totalmente desencajados, exultantes y fuera de sí, no pasó para nada desapercibida.
Lo más evidente es que estaban buscando líneas. Pidiendo permisos, asesorías y recomendaciones. Tienen la presión al cuello porque al interior del país la ruta electoral, pacífica y democrática es la que ha escogido el pueblo venezolano. Esta cúpula de la extrema derecha neofascista es la misma que ha seguido la locura golpista, las salidas violentas. Sus maquiavélicos métodos de hacer política los ha alejado, con milimétrica precisión, del favor del pueblo. Saben del repudio que sienten por ellos en los barrios y las grandes ciudades. Por eso su obstinada resistencia a participar en elecciones populares y abiertas. Prefieren que el funcionariado de turno del imperio norteamericano los proclame, les otorgue su beneplácito y su espurio reconocimiento.
Por sus nefastas acciones, esta derecha neofascista tiene el repudio del pueblo venezolano. En los últimos 20 años solo se han dedicado al golpismo, al robo de activos del Estado y tienen una responsabilidad directa, inexcusable, en el bloqueo financiero y comercial aplicado en contra del país. Cada una de sus atorrantes actuaciones, suman más elementos y pruebas a su profuso expediente criminal, el cual incluye el patrocinio de varios fallidos golpes de Estado, intentos de magnicidio, invasiones marítimas con mercenarios extranjeros y pare usted de contar. Ni hablar de las consecuencias directas del bloqueo que imposibilitan al país la realización de cualquier operación de compra-venta de artículos esenciales como petróleo, alimentos, medicamentos, materias primas para la industria o bienes de capital.
Lo que ha trascendido de la gira turística por Washington da pena. Tristes reuniones grises, repitiendo la cantaleta del fenecido mantra del "cese de la usurpación" y demás verbos intrascendentes. Ya nadie presta atención a ese obsoleto propósito de las huestes neofascistas. Este circo ya no anima.
Cabe destacar que la gira opositora para buscar las instrucciones de sus amos del norte coincidió con las conmemoraciones del Bicentenario de la Batalla de Carabobo. Mientras nosotros celebrábamos nuestra independencia y la libertad absoluta del imperio español, los rastreros personajes de la cúpula opositora se reunían plácidamente con los representantes imperiales de la más mortífera y sanguinaria maquinaria militar que ha regado de muerte y destrucción a medio planeta. El espíritu de sumisión lo llevan profundo en la sangre.
Omitiendo el pequeño detalle de que tanto Estados Unidos como los apátridas opositores son los responsables del maléfico bloqueo, insisten en mantener su política de extorsión y "máxima presión" en contra del país. Por eso la vocera de turno, Wendy Sherman (subsecretaria de Estado) señaló con total descaro, que luego de aplicar las políticas de bloqueo comercial y financiero contra el país, para matar a nuestra gente de inanición, están preocupados por "las necesidades humanitarias del pueblo venezolano". Descarados hipócritas. La misma funcionaria señaló más adelante que "instamos a que se celebren negociaciones amplias y con plazos concretos para lograr elecciones nacionales libres y justas". Es decir, autorizan a sus lacayos de la extrema derecha a sentarse a la mesa de negociación. Permiso concedido. Mayor vergüenza en el cambio de rumbo opositor. Así no van a salir de abajo.
El mismísimo Leopoldo López reconoció cínicamente que la política de estrangulamiento planificado en contra del país avanza sin piedad alguna. Señaló que "hay muchos obstáculos, pero lo importante es que hemos pasado el mensaje a nuestro principal aliado para la democratización en Venezuela (EEUU)", y que en ninguno de sus escenarios "está planteado que se levanten sanciones". Este es un criminal de grandes ligas.
Otro destacado malhechor, el sibarita Carlos Vecchio, confesó también que su prioridad es "forzar una salida en Venezuela que nos lleve a elecciones presidenciales y parlamentarias libres", que imaginamos sería únicamente con la participación de los partidos de extrema derecha Voluntad Popular y Primero Justicia. No saben nada en las filas opositoras. Apuestan obstinadamente por la agenda de la Salida violenta y la "máxima presión".