Cualquier mortal supone e imagina que conducir un país tiene un propósito, metas y objetivos. Ello debe incluir varias premisas que se aprenden en cualquier "cursito" sobre planificación estratégica, medios de verificación, indicadores de mediciones así como las fortalezas, las amenazas, oportunidades y cualquier otro término que permita cumplir con el propósito que se haya planteado desde el principio; reajustes, modificaciones y otro montón de elementos que desconozco pero que sí debe manejar en profundidad cualquier Ministro o dirigente medio de una Nación, estado o municipio, cada cual con el nivel requerido, por supuesto. Es muy fácil echar mano a interpretaciones, elucubraciones, suposiciones o acusaciones para eludir la responsabilidad personal y ministerial luego de la debacle o el fracaso (como lo acontecido en Venezuela 2015-2021).
Seguimos siendo seguidores de las ideas de la izquierda y en ese deseo de hacer un País grande y distinto al desecho por adecos y copeyanos seguimos apostando a esto que aún no entendemos y que algunos identifican como madurismo.
Aunque el tema se presta para extenderse haremos un esfuerzo para concentrarnos en el propósito aludido en el título de este escrito:
Llamamos desvergüenza a la forma en que escriben dos altos dirigentes de la época chavista en aporrea o en otros medios; me refiero a Elías Jaua y a Rafael Ramírez. A Giordani lo dejamos para después ya que amerita varios folios… De Ramírez comentaré poco pues el área petrolera no es de mi conocimiento, pero como acucioso lector de quienes para la época escribían sobre el tema puede concluirse que mucho dejó de hacerse y allí correspondió la (ir)responsabilidad del Ex Ministro que hoy critica a Maduro. Desde la época de Cipriano Castro o antes hemos sido dependiente de la tecnología petrolera. La Revolución hizo críticas en éste aspecto, pero no reformuló los programas educativos en las universidades para superar esa vulnerabilidad (¿Tendrá que decir algo al respecto el ex Ministro de Educación Universitaria Héctor Navarro?).
Es un insulto a la inteligencia lo que escribe "el" Ramírez y varios chavistas que en el pasado ostentaron altos cargos… ¿Qué hacían? Solo aplaudir y calentar una silla. Es como si hubiesen sido inocentes frente a los errores durante su gestión y como si todo comenzó a ir mal luego de la desaparición del comandante. Es a lo que llamamos desvergüenza.
Quien esto escribe hizo dos aportes escritos y personalmente entregados en manos de Elías Jaua, durante una reunión en 2008 (en Santa Bárbara de Monagas en el marco de la celebración de la Misión Ciencia) y otra en 2012 (en Sanare, en el estado Lara, sugiriendo mejorar la eficiencia de la empresa expropiada que pasó a llamarse Agropatria). En ninguna de las comunicaciones, de las que poseo copia como recibida, solicitaba ayudas o prebendas personales que me favorecieran, simplemente fui un enamorado de la propuesta de hacer un país tal cual lo ofertaba el Comandante. No recibí respuesta. Fue un saludo a la bandera… Nuestra confianza depositada en ellos fue traicionada. En ese deseo de contribuir con aportes le hice llegar una carta al diputado larense (2005), Luis Jonás Reyes (hoy alcalde de Iribarren) y tampoco recibí respuesta. En un pueblito larense del cual soy oriundo hice entrega al Alcalde chavista que allí gobernó por largos ocho años de documentos y propuestas técnicas propias de mi formación universitaria relacionadas con el Desarrollo endógeno que para aquellos años fue una "moda" de la que mucho hablaba el Presidente. Digo que fue una moda pues ninguna de estas acciones fue realmente valorada en todo el país y quedó hecha sólo un eslogan. Un "realero" literalmente botado en proyectos o propuestas a las cuales no se les hacía seguimiento bajo las premisas básicas de una planeación que garantizaran la eficiencia, la medición o la ponderación de los recursos públicos invertidos…
Y así, de una u otra manera logra uno hacerse con direcciones de correo electrónico de algunos diputados de la Asamblea Nacional a los cuales manifesté denuncias, planteamientos, críticas constructivas, aportes y tampoco recibí respuestas ni se observaron el desarrollo de acciones orientadas a corregir lo que se describía.
Insisto, uno lo hace como seguidor deseoso de que las cosas que funcionan mal puedan ser corregidas e inspirados por el sentido de corresponsabilidad constitucional de la que siempre expresaba aquel presidente que acompañamos desde que conocimos de su oferta electoral…
Recuerdo que, a un gobernador larense muy amigo del comandante presidente, hice llegar un escrito en donde denunciaba una presunta modalidad de estafa hacia los agricultores por parte de una pseudo-organización chavista de productores y mi sorpresa fue grande cuando recibí una llamada de un candidato a diputado amedrentándome para que me retractara de la denuncia. Fui acosado a tal punto que durante años evité hacer mis aportes como simple ciudadano amante de lo que una vez se conoció como Revolución Bolivariana.
Para el año 2014, José Vicente Rangel en su programa televisivo se solidarizó con otra de mis denuncias comentando lo que acontecía respecto al mal funcionamiento de una empresa expropiada. Pensé que podía ser llamado a declarar para profundizar en los hechos y corregir las fallas, pero nada cambió, ni se emprendieron acciones para corregir aquello.
En una oportunidad, ejerciendo como Investigador agrícola, conocí de unas mega-instalaciones para el desarrollo de biotecnología agrícola ubicadas en Cagua, estado Aragua, que fueron construidas por la administración del expresidente Carlos Andrés Pérez (1992-1996) y nunca habían sido puesta en marcha. Desde el Ministerio de Agricultura y el Ministerio de Ciencia y Tecnología se iniciaron las gestiones por mandato presidencial, pero aquello no logró arrancar (en las actuales circunstancias son una necesidad y se corrobora que la indolencia de la dirigencia de adecos-copeyanos fue la misma en la dirigencia del chavismo. Del "madurismo" ni hablemos…)
Todos son unos sinvergüenzas, muy buenos en la oratoria, pero con pocos compromisos en el hacer o en la eficiencia de sus acciones, cuando tuvieron la oportunidad de hacerlo.
Hemos sido seguidores ilusos de un proyecto del cual nos sentimos traicionados como pueblo… Un proyecto que no tenía maneras de medirlo en sus avances, en prever las amenazas, en el reajuste de las acciones, etc. Era como algo planificado para el fracaso. O fue algo que no supieron gerenciar apropiadamente. ¿Con cuál moral vienen a criticar? Deberían dejar el oficio de la crítica para hacerla nosotros, el sufrido pueblo venezolano que nunca ejerció el poder.
Ojalá, por el bien de la Nación, se suceda un cambio dentro de este gobierno (nunca hacia la derecha) y puedan retomarse las banderas que una vez fueron vendidas al pueblo.
Ahora apostaré mi confianza en la juventud formada académicamente, que comulgan con este proceso, con pensamiento crítico, pero no en los hijos de la dirigencia que solidariamente es culpable de los malos manejos gerenciales del País.
De Maduro no hablaré; seguiré aguardando que a sus asesores o ministros y a sus amigos del alto mando militar se les ilumine la mente y puedan atender el clamor de este abandonado pueblo…
Ing. MSc.