La GAN: Experiencia cultural y política de alto vuelo democrático

Miércoles, 07/07/2021 02:46 AM

La década del setenta se desbordó en acontecimientos políticos, bélicos, económicos y culturales de alto impacto en el mundo. El Sistema Monetario Internacional impuesto en Bretton Woods, en 1944, avanzaba hacia el abismo, la Guerra de Vietnam, aceleró la crisis, y el presidente norteamericano Richard Nixon, entre 1971-73, tomó decisiones que pusieron fin a más de dos décadas de relativa estabilidad monetaria que habían propiciado aquellos acuerdos; adiós dólar-oro, se impuso la cultura monetaria del dinero fiduciario. A esto se unió el avivamiento del conflicto árabe-israelí, y el estallido en octubre de 1973, de la guerra de Yom Kipur ó del Ramadán y la grave crisis petrolera derivado de ella.

En la inmensa China persistía la Revolución Cultural de Mao Tse Tung, igualmente se producía un importante proceso histórico-cultural en la Libia de Gadafi; . En Chile un golpe militar fascista trunca una posibilidad democrática con el asesinato de Salvador Allende; en Portugal se produce la Revolución de los Claveles, y se desarrolla un proceso descolonizador luso en África, más tarde los cubanos se integran en la lucha por la independencia de Angola.

Mientras tanto en ese año de 1973, en los predios venezolanos, Carlos Andrés Pérez, hombre fuerte de la socialdemocracia, de amplia experiencia represora en la anterior década, andaba en campaña electoral, pues había sido candidateado por su partido (AD) a la presidencia de la República, resultando triunfador en el proceso, al año siguiente se instala en Miraflores, en momentos que el conflicto petrolero determina un sustancial ingreso de divisas a la nación. En octubre de 1974, la escritora Lucila Velásquez, Presidenta-encargada del Instituto de Cultura y Bellas Artes (INCIBA) firma el Decreto de creación de la Galería de Arte Nacional (GAN) y se designa la Comisión organizadora integrada por: Miguel Otero Silva, Armando Barrios, Alejandro Otero, Mateo Manaure, Miguel Arroyo,, Sigfrido Martín Rieber, Reinaldo Cervini y Alirio Rodríguez.

Se abría una posibilidad, el reto era formidable, el contexto mundial como hemos podido observar era sumamente contradictorio: descolonización, caminos y búsquedas socialistas, nacionalismos, la Patria y su identidad, la soberanía en sus distintos aspectos, pero también muy activas las fuerzas conservadoras y retrógradas. La Comisión GAN, tenía una tarea de alta significación. La creación de esta institución, no fue un acto casual, fue la consecuencia de la intranquilidad, búsquedas y empuje de sectores intelectuales venezolanos, que fueron capaces de captar la importancia del momento histórico, ahora se trataba de hacerla tangible, darle concreción, estructurarla, y entre ellos andaba Manuel Espinoza, a quien por diversas circunstancias le correspondió organizar la nueva institución responsable de hacer visible y estimular la sensibilidad y espiritualidad del arte venezolano de todos los tiempos.

Para la salud del Arte, la Cultura y la República, no se improvisó en la escogencia de los líderes que la formaron, en el caso de Manuel Espinoza, estábamos en presencia de un creador, pintor, luchador social, con un morral lleno de araguaneyes, cundeamores, pinceles, libros, sueños, sinergias, ideas, tesis antítesis y síntesis, el Unare, el Chama y el Albarregas en su recuerdo, pero también el Sena, el Rin y el Arno, las modestas escuelas de Arte venezolanas y también las europeas, pero lo más abundante en aquel morral era voluntad y humanidad. La suerte estaba echada y Manuel se puso a construir el equipo.

En la antigua sede del Museo de Bellas Arte, imponente y bella edificación, diseñada por el Maestro arquitecto Carlos Raúl Villanueva, con su columnata y estéticamente enriquecida con los relieves de Narváez, se dio comienzo a una Gesta Cultural y Política de Alto Vuelo Democrático.

La República se construye con republicanos, lo dijo alguna vez Simón Rodríguez, el Sócrates de Caracas, incansable Maestro, que a pesar de su muerte en la extrema pobreza en el pueblito de Amotape en el Perú, no aró en el mar; unos cuantos venezolanos después abrevaron en su pensamiento político y cultural.

Recordamos al equipo de la GAN, y sus largas jornadas diurnas y nocturnas, en la preparación de las salas de exposiciones y luego el montaje de aquellas obras de gran formato, siguiendo las más avanzadas técnicas museológicas y museográficas, aquello constituía un evento relevante en la historia de la visibilización masiva del arte venezolano.

"…esta institución nació desde la voluntad, la pasión y el deseo no sólo de ser un museo de nuevo tipo que con cariño y el máximo respeto tratara toda la obra y la memoria de nuestros creadores plásticos como una de las tradiciones más coherentes de la espiritualidad del país, dotando así a la nación de un instrumento estético de primera categoría, como lo merece nuestro pueblo, sino también de ensayar en esos espacios institucionales públicos, la construcción colectiva de un país, el país justo, la realidad equilibrada y fraternal donde hemos querido vivir"(1)

También recordamos a aquella ciudadanía de todas las edades, sexo, y condición social contemplando las obras de: Cristóbal Rojas, Arturo Michelena, Armando Reverón, Marcos Castillo, Manuel Cabré, Héctor Poleo, Armando Barrios, Osvaldo Vigas, Jacobo Borges, Feliciano Carvallo, Cesar Rengifo, Mauro Mejías, Luis Guevara Moreno, Pedro León Zapata, Alejandro Otero, Elsa, Harry Abend, Luis Chacón, Gerd Leufert, Mateo Manaure, Mercedes Pardo, Gramcko Oswaldo Subero, Alirio Oramas, Emerio Darío Lunar, Mario Abreu, Régulo Pérez, Alirio Rodríguez, Luisa Palacios, Carlos González Bogen , Carlos Hernández Guerra, Pedro León Castro, Antonio José Fernández, Bárbaro Rivas, Alirio Palacios, Manuel Quintana Castillo, Juan Pedro López, Juan Lovera, Martin Tovar y Tovar, Antonio Herrera Toro, GEGO, Soto… Arte Prehispánico, anónimos del Arte Colonial.

Las obras de artes plásticas venezolanas ubicadas en los depósitos museísticos, y en las instituciones públicas, empezaron su sublime relación con venezolanos en los espacios de la GAN, un acercamiento amoroso, pero a su vez de mucho nivel profesional, y credibilidad que entusiasmó a coleccionistas privados muchas veces a ceder en préstamos sus valiosas obras para atender necesidades de periodización histórica en determinadas exposiciones.

La GAN, se convirtió en un Centro Cultural, de formación ciudadana, escuela de museología y promotor de la actividad museística en el país. Predicó con los hechos, y unos cuantos miembros del equipo fueron a calificados centros del exterior a especializarse en restauración, museología y museografía, financiados por organismos internacionales como el PNUD (UNESCO) a su vez en la GAN, se establecieron programas de pasantías para atender las necesidades formativas de los museos del interior. Manuel Espinoza, y miembros de su equipo emprendieron una serie de visitas a diversas capitales de la república promocionando la actividad museística, a la par se adelantaba un conjunto de exposiciones itinerantes en museos y centros culturales de la nación.

El liderazgo, estaba consciente que la teoría y la práctica museística, para ser asertiva como todo emprendimiento humano, necesitaba evaluarse, ponderar resultados, por ello se establecieron seminarios anuales con todo el personal en "Pozo de Rosas" unas instalaciones cercana a los Teques adecuadas para tales actividades. Aquellas reuniones funcionaba como una verdadera Comuna Cultural, donde todo lo que acontecía en la vida del museo era importante. Por ello la intervención de alguna secretaria refiriéndose al uso correcto de los instrumentos administrativos era seguida con interés y mucho respeto, al igual que la opinión rigurosa de las restauradoras en los términos de la conservación de la obra, por otra parte los historiadores, sociólogos y antropólogos, cuidadosos en su discernimiento teórico y severos en la periodización…en fin todos aquellos hombres y mujeres, trabajando y pensando en resultados colectivos.

Es que por alguna circunstancia, a la GAN, concurrieron un conjunto de ciudadanas y ciudadanos de profesiones y oficios diversos e igualmente diferentes visiones políticas e ideológicas, pero los unía algo importante un deseo de cambio, vocación social y venezolanidad, y además se toparon con el líder histórico que supo conducir la nave cultural en ese complejo tiempo.

En estos días un grupo de antiguos funcionarios de la GAN, liderados por Mirian Escalona, crearon: "Recuerdos de la GAN 80-90" y están muy activos en las redes sociales, eso me parece muy buena idea, pues tiene que ver con la conservación de la memoria histórica, y es que la GAN, ha sido una institución relevante en la historia cultural venezolana. Manuel, de su equipo dijo:

"…y otros tantos jóvenes…ciento veinte convidados por el destino , unidos por la pasión la creación, la vida, el amor. Con el mismo espíritu, rigor y entusiasmo, cumplíamos nuestras tareas diarias en las diferentes instancias de nuestra organización".(2)

En un texto de esta naturaleza, donde hay más de un centenar de gente apreciada y respetada, provoca hablar de cada uno de ellos, de algunas anécdotas, pero Manuel lo resumió muy bien, solo agrego, cada persona era importante, era la unidad en la diversidad, era una acción sinérgica, era la tesis, la antítesis y la síntesis, era lo humano construyendo vida ciudadana, identidad, venezolanidad, patria, soberanía.

Este texto se lo dedico a este grupo militante de la Cultura, y a la memoria de los que ya no están con nosotros.

Rafael Castro

LA REVOLUCIÓN ES CULTURAL

(1)Gagliardi, Armando/ Conversaciones con Manuel Espinoza/pág 16/Ministerio del Poder Popular para la Cultura/ Caracas, 2013.

(2) Op.Cit, Pág 42

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