Memoria Margariteña con motivo de la consulta pública de la Ley de Zonas Económicas Especiales

Los proyectos antinacionales pueden ser derrotados: el caso de la venta de la Isla de Cubagua al capital transnacional (1991)

Miércoles, 07/07/2021 08:55 AM

Con motivo de la consulta pública del proyecto de Ley de Zonas Económicas Especiales hemos ido expresando una serie de planteamientos críticos y reflexiones fundamentados en nuestra experiencia regional de los últimos 50 años.

Hemos explicado que medio siglo de vida es tiempo suficiente para dar a conocer el comportamiento del capital transnacional en la Isla de Margarita y que si aún existieran dudas, bastaría que una comisión de la Asamblea Nacional se trasladara a la Isla para constatar en el propio terreno la tragedia que ha significado para nuestro pueblo la implantación de un modelo de desarrollo sustentado en la fuerza y dinámica del capital transnacional. Aquí se encuentra el meollo de nuestras preocupaciones.

Algunas de las respuestas y comentarios que he recibido me dicen que no tiene caso ni sentido hacerle ni siquiera superficiales observaciones porque ya todo está consumado y que la consulta pública no es más que pura pantallería para cubrir los extremos legales. Sólo a manera ilustrativa citamos la información que proporcionó el diputado Adolfo Sanz al periódico Correo del Orinoco donde indicó que se fijará en La Guaira una Zona Económica Insular que abarcará todas las islas de Venezuela. Y este detalle, decimos nosotros, no está contemplado en el articulado de la Ley. Quiere decir que ya se está trabajando en su implementación sin haber tenido lugar el acto soberano de su aprobación por el cuerpo legislativo, la firma del Presidente de la República y su publicación en Gaceta Oficial.

Aquí, precisamente, viene a cuento lo que ocurrió en Margarita en el año 1991 en relación a la isla de Cubagua. Vale la pena examinar sus particularidades y derivar de ellas las enseñanzas pertinentes a nuestro tema de análisis. Los hechos ocurrieron así:

En el año 1990 se presentó en la isla de Margarita el empresario Enrique Delfino con el propósito de someter a la consideración de las autoridades de la Alcaldía y Concejo Municipal del Municipio Tubores, al cual está adscrita administrativamente la isla de Cubagua, un papel de trabajo (no un proyecto, como luego se divulgó) respaldado por la empresa "Desarrollo Turístico Cubagua C.A.", en el cual se exponía a grandes rasgos la propuesta de suscribir un contrato por cien años para edificar allí un fastuoso proyecto turístico que dispondría de un capital a invertir estimado en siete mil millones de dólares. El 28 de noviembre se procedió a la firma y registro respectivo con la finalidad, tal como lo demandaban las disposiciones legales, de cubrir sus extremos y blindar el multimillonario proyecto.

El referido contrato constaba de diecisiete (17) cláusulas vergonzantes. De allí extrajimos las siguientes precisiones:

*Extensión del área: Dos mil doscientas cuarenta y cinco hectáreas (2.245 has.) Cláusula Primera.

*Duración: Cincuenta (50) años, prorrogable por cincuenta (50) años más. Cláusula Segunda.

*Participación del capital nacional y extranjero: El Comodatario (Enrique Delfino) tendrá derecho a conceder o entregar parcialmente determinados lotes de terrenos a empresas nacionales y extranjeras a los fines de la ejecución del proyecto. Cláusula Séptima.

*Exención de impuestos: El Comodante (Concejo Municipal) exonerará a El Comodatario (Enrique Delfino) del pago de la Patente de Industria y Comercio a las empresas constructoras propiedad de éste. (Cláusula Décima Tercera). No así a las demás empresas constructoras, las cuales deberán solicitar ante la Municipalidad la Patente de Industria y Comercio, el correspondiente Permiso de Construcción y cancelar los impuestos correspondientes, dependiendo del monto o valor de la obra a realizar (Cláusula Décima Cuarta). En todo caso, luego de inauguradas y puestas en servicio las obras construidas, la Municipalidad concederá un año de gracia por los derechos correspondientes a la Patente de Industria y Comercio de la Empresa Comodataria (Cláusula Décima Sexta).

Otros detalles:

*Se construirán dieciséis lotes hoteleros. Cada hotel dispondrá de 600 habitaciones.

*Se construirán dos lotes de cabañas. Total cabañas: 1.200.

*En el lote de terreno asignado para el hotel principal se ha previsto 1.500 habitaciones, dispuestas de la siguiente manera: un edificio principal, el cual contará con 1.000 habitaciones. Contará también con un campo de golf privado de 18 hoyos. Una marina con su club náutico y un edificio con capacidad de 250 habitaciones. El núcleo importante de este complejo se ubica en la punta norte de esta isla; en ésta se desarrollará un "Spa" con capacidad de 250 habitaciones.

Observamos, adicionalmente, que en el documento citado no se hacía ninguna referencia al status particular y especial de aquel territorio. Para el capital transnacional (el Comodatario) y la institución municipal (el Comodante), Cubagua no era más que un pedazo de tierra árida, deshabitado, inservible, desolado, lanzado al mar como un desperdicio, como una basura. Y las ruinas de la antigua ciudad de Nueva Cádiz (título otorgado por Real Cédula del 12 de septiembre de 1528), sinónimo de descuido, de abandono, de vergüenza.

Resultan muy ilustrativas, todavía para hoy, las declaraciones de aquel Ministro de Turismo llamado Wladimir Gessen, publicadas en el diario El Nacional del 9 de septiembre 1991. Si se observan algunas coincidencias, ¿serán pura casualidades?: "En Cubagua actualmente no hay nada. Viven aproximadamente unas 25 a 30 personas dedicadas a la actividad pesquera, no hay agua ni electricidad, se encuentra en estado deplorable, de las ruinas de Nueva Cádiz queda muy poco y hemos recibido una oferta de un grupo económico venezolano conjuntamente con capitales de grupos económicos extranjeros -holandeses, alemanes, japoneses- que están dispuestos a hacer un desarrollo que tiene prevista la construcción de 14 mil unidades habitacionales de cinco estrellas. Esto permitiría un desarrollo realmente impresionante, que represente fuente de empleos para 40 mil plazas directas y otro tanto en indirectos. Aparte de ello tendríamos la recuperación de las ruinas de Nueva Cádiz, ya que el proyecto contempla el desarrollo de un Museo, plantas de tratamiento, plantas de desalinización de aguas, dos campos de golf, 16 centros hoteleros, un centro comercial, dos puertos y donde tendremos que analizarlos a la luz de los grandes desarrollos en América."

La grosería de este proyecto anti-nacional (por entreguista, subastador de nuestros territorios al capital foráneo, violador de soberanía), despertó un movimiento social y político de tal envergadura que, al final, tuvo que ser declarado nulo por el propio gobierno. Se demostró aquí, en plena Cuarta República traidora y corrupta, que cuando se trata de defender los intereses de la patria vulnerada, no hay legalismos ni tracalerías que valgan.

Es significativo reseñar esta experiencia margariteña en el contexto de la consulta pública del proyecto de Ley de Zonas Económicas Especiales. Concluyo, tomando prestado una cita del historiador Enrique Bernardo Núñez: "Vivimos una época de grandes imperialismos y nuestro país ha de librar una terrible batalla por su existencia. Nuestro espíritu ha de estar tenso como el arco de los habitantes primitivos. Por carecer de una política fundada en la historia nuestro país no es hoy lo que debía ser."

El testimonio bibliográfico de aquella victoria patriótica quedó plasmado en mi libro titulado: Cubagua: Un llamado a la conciencia nacional. Caracas, Editorial Abre Brecha, 1991.

Seguiremos pregonando la verdad a nuestro pueblo. Tenemos a nuestro favor la razón y la justicia.

iegomezleon@gmail.com

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