La naturaleza de esos grupos es lumpen marginal, un sub producto del capitalismo, el cual además de pobreza produce delincuencia de la otra, marginal, que se mueve por afuera de las mismas leyes capitalistas. El provecho personal, todos los males sociales del capitalismo concentrados en jóvenes, que como pinocho en la casa de los renegados, se vengan de la sociedad y reproducen sus mismos valores, llenar el hueco infinito de sus insatisfacciones. Con un poco de más inteligencia y educación toman el control de país. No son héroes, son marginales y resentidos sociales, semi salvajes, afirmando al hampa como virtud, el único valor que conocen, y reproduciendo en chiquito el espíritu más cruento y crapuloso del sistema burgués, el machismo y el hembrismo, toda clase de vicios, cultivando la ignorancia y exacerbando los placeres. De resto, en la casa, todo "normal".
Más abajo está la policía, que en términos prácticos no se les diferencia, el poder de compra lo es todo, el dinero, ¡los "dóllares"! Por la plata se activan muchos de los colectivos apoyados por el gobierno, eso no es un secreto; por la plata hoy día trabajan casi todos los empleados públicos, desde los obreros y técnicos de CANTV hasta la policía, si no fuera por el matraqueo no salieran a la calle. Se dice que los mensajes enviados a la guardia nacional desde los mismos radios que le quitó la gente del Koki, les recordaban los oficiales que ellos cobran sueldos mínimos, una forma muy tentadora de incitarlos a romper la ley, a pasarse para el otro bando. Y muchos lo hacen, y lo han hecho. La posibilidad de que las fuerzas armadas policiales se anarquicen también es muy alta. Sólo piensen en el desastre de la CANTV, incapaz de poner en orden esa "mina de oro" que es para sus obreros y técnicos el poder conectar y desconectar a discreción a cualquier usuario en razón al pago de una cuota en dólares. Este país, liberado de todo rigor ético, sin una autoridad moral firme que gobierne, se está anarquizando como Sodoma y Gomorra, el triunfo del fetiche dorado. Por el lado de los llamados a contener a la banda del Koki la condición ética no es distinta, y la respuesta será muy violenta donde morirá mucha gente, si antes alguien no piensa bien las cosas.
Desde fuera, a distancia, la clase media desearía que lanzaran bombas a todos esos barrios indiscriminadamente. Para muchos de ellos es igual un pobre que un delincuente, son equivalentes. Desearían acabar con la pobreza como los nazis intentaron acabar con los judíos y los judíos sionistas los intentan hoy con los palestinos. Basta leer los tuiters, el espíritu del fascismo está en la atmósfera de Chacao, Altamira y similares. El pronóstico es trágico, de seguro los matarán a todos y junto con ellos muchos inocentes, todos pobres, castigados por el pecado de ser pobres y vivir en esos barrios.
A distancia, para la clase media la solución de la muerte y el exterminio es fácil y definitiva porque quieren precaverse de que esa violencia no toque a sus puestas; el solo hecho de pensar en eso los hace desear que bombardeen todos los barrios de Caracas. Si esta mentalidad se cuela en el gobierno pronto tendremos apostado en Miraflores un estado fascista y de terror, matando la libertad y los derechos humanos en nombre de "la paz".
¿Cómo fue posible que se llegara a este extremo? No fue que en la cuarta república no hubo estas bandas, sí las hubo, pero no llegaron a más, porque, increíblemente que parezca, la situación del país no alcanzó los niveles de descomposición institucional y social que vivimos ahora; todavía en la cuarta habían instituciones obedientes a un gobierno central. Hoy día, más allá de los discursos pomposos, no existe un gobierno auténtico, no existe una autoridad moral efectiva capaz de dictar órdenes que se obedezcan, el país está fragmentado, la sociedad está fragmentada en feudos de poder, dentro de los ministerios, dentro del gobierno; están los colectivos en Catia, las bandas en Petare y La Vega, la gente de Diosdado, la gente de Maduro y los Rodríguez, los militares, aquellos que han colonizado los entes públicos, desde hospitales hasta galpones, talleres, silos, etc. Todo el que ha podido se ha quedado con algo o con algún dominio.
Frente a este síntoma de descontrol, el sentido común clase media pequeñoburgués reclama orden, y de seguro eso intentará hacer el gobierno, instaurar un régimen de controles compulsivos, de represión, de silencio, acusar a toda crítica de perturbación de la paz e incitación a la violencia, de acallar las protestas por la fuerza, aliviando así la angustia de tener que dar explicaciones o razones al mundo o a nadie de porqué la represión. El gobierno hará, por carambolas, lo que tiene planificado hacer la derecha gringa en el caso de tomar el control del país, les adelantará la faena.
Si no frenamos este desgobierno con un verdadero gobierno que muestre autoridad moral, enraizado en lo mejor de la masa, los militares, intelectuales, ex ministros y políticos socialistas, el futuro inmediato será brumoso.