Reinventar al país, detener al fascismo

Domingo, 18/07/2021 07:15 AM


Es un hecho que el estamento político, todo, desde el madurismo hasta el guaidosismo, ha fracasado en la conducción del país; los dos funcionan como un conjunto, se complementan, se influyen. El país bajo su dirección se convirtió en una ruina, todo lo destruyeron, sólo nos queda la nostalgia de lo que un día fuimos. No vale la pena hacer un inventario del desastre, basta con ver nuestro entorno, imaginar el futuro en manos de esta gente.

Es urgente, de vida o muerte, reinventar al país, comenzando por lo político, por la dirección de la sociedad, allí se expresa la calidad de la sociedad, sus relaciones, su espiritualidad, y es desde allí que se emprenden los grandes cambios que reclama la realidad. El capitalismo que logró infligir una derrota al intento Socialista del Comandante Chávez, ahora pugna por estabilizar su dominación; ya en lo económico ha conseguido grandes avances, venden a pdvsa a precio vil, privatizan todo, en secreto subastan al país.

La nueva dominación necesita reestablecer el teatro de la lucha entre las fracciones capitalistas, que tengan un mismo objetivo, el capitalismo, la lucha contra el Socialismo, y simultáneamente aparezcan como algo diferente, siempre sin salirse del redil capitalista. El capitalismo internacional pone todo su empeño en el regreso de la democracia burguesa, el opio de los pueblos, en ese rumbo han conseguido un gran triunfo: ahora aparece como la meta de todos los políticos volver a la cuarta, es el objetivo de todos. Tiene un obstáculo en el madurismo que no acepta la alternabilidad, primer requisito del opio de la democracia burguesa. El madurismo sabotea todos los intentos de diálogo, de elecciones burguesas, se sabe perdedor, y no tiene visión distinta a la inmediatez de su aquí y ahora, es incapaz de estrategia, de esperar otro turno, por eso se aferra al poder, aunque eso signifique su derrota histórica.

Hoy las posibilidades del capitalismo son dos principales: una, consigue reeditar a la cuarta república, entonces, el país se sumerge en el letargo de la democracia burguesa. La otra, el madurismo es incapaz de conducir la transición a la cuarta república, en ese caso el golpe y una dictadura serían inevitables. Las dos posibilidades necesitan apelar a una gran represión de la población para establecer el nuevo orden. Las dos posibilidades son fascistas, una con más disimulo que la otra.

Ya vemos como el gobierno madurista va derivando hacia el fascismo, eso es una exigencia de la realidad capitalista que ellos han creado, el pragmatismo los conduce a resolver los problemas buscando chivos expiatorios, reprimiendo en masas, vulnerando los derechos humanos. Así, de las entrañas del pragmatismo y aprovechando la paraplejia del chavismo auténtico, emerge la tragedia fascista.

Hoy es más necesario que nunca la formación de un “Comité Chavista, Socialista, Antifascista” que dirija la lucha contra el fascismo yendo a la raíz, entendiendo que en realidad es una lucha contra el capitalismo. Es una ilusión de tontos, o un engaño de pícaros, pensar en una democracia verdadera, en libertad social bajo el capitalismo. Aquí en Venezuela el capitalismo necesariamente adquirirá la forma fascista, sin maquillaje ninguno. Hemos regresado a la situación que previó Rosa Luxemburgo: “Socialismo o barbarie”.



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