Referencias del alma

El “Hermanazo” Asdrúbal Barrios

Viernes, 30/07/2021 10:14 PM

Referencias del alma

EL "HERMANAZO" ASDRÚBAL BARRIOS

Los viernes no son para morir

Para el "hermanazo" Asdrúbal Barrios, en infinita tristeza

Grisel Marroquí                                                                            

Esta noche mirando el universo

de los cocuyos que alumbran los cerezos

la noche oscura de enigmas sin censura

hermano lisonjero,

en la cuartilla de los besos

escribí estos versos a toda tu ternura.

Los viernes no son para morir

ni dejar a los amigos tristes,

ni esconderse en las sienes de la luna,

mucho menos despedirse de la aurora

ni intentar esconderse entre las lumbres

de la soledad que en el vacío mora.

Los viernes son para reír

con tu dulce sonrisa que enamora.

Los viernes no son para morir

se lo dije a Vallejo allá en Paris

el viernes santo que decidió partir,

un viernes santo de todos los dolores.

Los viernes son para mirar con los ojos de las nubes

como en la tarde el crepúsculo se asoma

y esconde entre tus manos

el rosa de los apamates y de todas las flores los aromas.

Los viernes son para mirar con los ojos de la tierra

el desfile solemne de las hormigas con sus hojas

el gusanito de seda, las abejas y la araña tejedora.

Los torditos vestidos de levita.

Las chicharras escondidas en los días de abril

cantando tu regreso hasta reventar de miedo.

Los viernes son para para encontrar en la ebriedad de la noche

toda la magia que ocultan tus desvelos

tu manera de exhalar el universo

con paciencia rigurosa

tu manera de encontrar las cosas

escondidas en el sueño mañanero.

Los viernes no son para morir.

 

Hace un año se fue el pionero del periodismo ambiental venezolano

A las mujeres que lo amaron

A sus hijos: Aníbal, Álvaro, Asdrúbal y María Graciela.

Al Clan Barrios Barreto, en especial a Garcilaso Pumar Barreto, último mensajero de los poetas del Siglo de Oro Español.

"Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!"

Los heraldos negros

Hace un año la vida del "hermanazo" Asdrúbal Barrios se escondió en el huerto de su corazón. Aún no me levanto del impacto que me causó la nota luctuosa del colega Chiro Molina iluminada con la inconfundible sonrisa de quien encaminara su existencia a ser el pionero del periodismo ambiental. Una y mil veces abrí y cerré los ojos tratando de salir de ese vendaval que me arrastró hacia el desconsuelo de la noticia cierta. No me habló de sus dolencias cardíacas, en el inventario de su vida nunca estuvo inscrita la muerte. No recuerdo en cual momento las anécdotas y ocurrencias de este hermano y colega del alma que me regaló la vida, fluyeron en mi memoria como un velado consuelo para equivocar la realidad de esas horas de Parca. Un día se le ocurrió cambiarme el nombre y comenzó a llamarme "hermanaza poetaza". En un diciembre de hallacas le pedí una botella de vino para colaborar con el plato navideño, cuando revisé los ingredientes mi mamá había comprado dos litros más, al comentarle que el "hermanazo" la traía me miró riendo: tú como que no conoces al negro él la trae pero se la bebe… En otra ocasión no sé cuál de las consortes lo botó de su casa, lo cierto es que llegó a la mía con la historia de amor y de dolor que ya se me hacía cotidiana, por supuesto llegó con lo que cargaba encima. En esos tiempos una famosa tienda cuyo nombre nunca me lució atractivamente comercial: "La quemazón", tenía en oferta fluses de colores que Asdrúbal consideró fantásticos: "colegaza acompáñeme". Llegamos al citado establecimiento y compró dos: uno verde y otro rojo, me parecieron estrafalarios pero como siempre fui la cómplice de todas sus andanzas junto con mi marido Agustín Calzadilla no le dije nada y seguimos de shopping. Caminamos entonces hacia otro negocio similar al anterior, "Pepe Ganga", donde la ropa interior estaba en "ganga", allí terminó de surtirse para los días que se quedó en mi casa. Ahora si estoy listo ¿qué pasaría con Asdrúbal si no existiera Pepe Ganga? parafraseando la cuña: ¿Qué pasaría en Venezuela si no existiera Pepe Ganga?. Una Semana Santa fuimos a la Casa Vacacional del Periodista y en el jeep pernoctó una serpiente. Los chamos palo en mano se disponían literalmente a sacar del medio a la pobre víbora. Llegó el ecologista y protector del ambiente la enrolló en un bejuco y le salvó la vida. Acto seguido comenzó una didáctica charla sobre los beneficios que los ofidios realizan en el ecosistema. Los niños comenzaron a hacer preguntas que el maestro respondía en aquella hermosa aula que nos regalaba el pie de la montaña. En esa bitácora de remembranzas aparecieron pueblos, ríos, playas, plazas, museos, fiestas, tambores de San Juan, bailes de Cruz de Mayo, tascas, chistes, velorios, las fantasías de Mario Pumar, los poemas de Ramón Palomares, los artesanos de Tara Tara y la iglesia de Capaya donde el cura nos vendía el vino de consagrar. Amanecíamos en mi bohemio apartamento de Los Chaguaramos oyendo los boleros que cantaba Agustín acompañado de su guitarra, mientras el "hermanazo", se tomaba un trago tendido en la alfombra o en el sofá. El despecho le duró poco, a los cuatro días se fue y apareció con una bella dama de profesión bioanalista que conoció en un conflicto gremial vestido elegantemente con el flux verde que compró en "La quemazón". Así era Asdru, todo un galán.

El pasante

La brillante carrera para la que se formó académicamente despuntó desde sus tiempos de estudiante. Ejerció la Dirección de Información y Publicaciones del Centro de Estudios Avanzados (CEA), la prestigiosa ala académica del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC). Por ese tiempo iniciaron eI Programa I de Formación de Redactores Científicos (IVIC-UCV).

El Nacional

En el diario El Nacional, conoció a su "maestro compinche y compadre" Arístides Bastidas. Otro ser maravilloso e irrepetible. Una institución en el periodismo científico venezolano: Fui su alumno (tuvo muchas alumnas) toda la vida, lo empecé a conocer siendo yo el mensajero de El Nacional cuando a su escritorio le llevaba pollo y parrilla, mientras él por teléfono armaba la gran guachafita, jugándole alguna broma a sus colegas.

La trayectoria profesional e intelectual de Asdrúbal fue reconocida con el Premio Nacional de Periodismo Científico en 1981. El Premio Maraven de Conservación, 1985. Premio Nacional de Periodismo, 1986. El Centro de Ciencia y Tecnología de la Unidad Educativa "El Libertador" de Chacao, lleva para orgullo de todos nosotros su nombre desde el año 1989. Aunado a estos merecidos galardones es el periodista que registra más trabajos publicados en los archivos del diario El Nacional. Sus actividades en favor del gremio lo llevaron a ocupar los cargos de Secretario General del Colegio Nacional de Periodistas de Venezuela, Seccional Falcón y presidente del Círculo de Periodistas Científicos 2016-2018. Ejerció la docencia en varias universidades. Otros de sus logros fue la revista "Mundo Viviente", que salía cada vez que podía según sus propias palabras y la publicación de la fábula "Los cocuyos huyeron de la gran ciudad" (1989), ilustrado por Alfredo Almeida.

"Los insectos rompen su silencio"

El año de 1980 los insectos entrevistados por el pionero del periodismo ambiental rompieron su silencio. En el Paraninfo de la Universidad Central de Venezuela la presentación de esta tesis de grado causó ciertamente un revuelo general. "Los insectos rompen su silencio", es un modelo de ensayo de periodismo científico a través de entrevistas simuladas a piojos, cucarachas, arañas, hormigas, moscas, mosquitos, el gusanito de seda, entre otros especímenes del reino animal, que decidieron por cuenta propia contestar todo cuánto les preguntó el equipo de prensa de "un periodista con clorofila en las venas" y "entrevistador de insectos"

"Verde que te quiero verde"

Todavía tenía mucho por hacer en este plano las primeras semanas del mes estuvimos planificando la publicación de varios cuadernos infantiles para las escuelas y otros planteles educativos sobre temas de ética en relación con la vida silvestre, cuyo sugestivo título "VERDE QUE TE QUIERO VERDE" alude directamente a la naturaleza. En uno de los wasap por donde nos comunicábamos desde que llegó a Acarigua con su habitual buen humor escribió: "Hermanaza ese título nos viene bien porque tú eres "poetaza" y yo ambientalista así los niños aprenden por partida doble".

Prometió regresar a mediados de agosto para materializar no sólo este proyecto, sino la realización de micros radiales, tv, historietas, comics y otras publicaciones, sobre el contenido de su tesis de grado. Junto a esta intención le propuse retomar la campaña iniciada en el diario El Nacional durante los años 70 y 80 a favor del cocuyo insecto nacional. Su respuesta fue una maravillosa anécdota que le ocurrió caminando por una esquina de Caracas: Una maestra en una esquina de Caracas familiarmente me espetó por aquellos días "Asdrúbal quiero decirte que el magisterio venezolano está molesto contigo porque dejaste a los cocuyos con los crespitos hechos". Esto lo expresó en el sentido de que no hice mayor empeño para materializar esta propuesta insecto nacional como todos esperaban que sucediera a nivel oficial, pero si caló en el sentimiento popular, nos quedó esa satisfacción.

Este material que publico a continuación me lo envió el 15 de julio, para comenzar a darle forma a los micros de radio.

"Gracias al IMAU y al INOS Venezuela es nuestra"

Los piojos saltan de alegría cuando aterrizan en la cabeza de un niño, de esos que no conocen un peine, menos un champú, entre otras razones, porque no tienen como comprarlos. Hay parásitos en esta familia especializados en maltratar la región del pubis. Los que se hospedan en estas partes secretas del cuerpo tienen un nombre muy feo, y por eso no los mencionaremos, solo diremos que son los insectos más rechonchos conocidos y por conocer. Unos cuantos piojos ocultos en la cabeza desaseada en un muchachito, fueron sorprendidos por el equipo de prensa.

– ¿No sienten compasión por esas criaturitas?

– No nos interrumpa por favor, replicaron.

– Pobre niño, sufrirá en carne propia la misma tortura de una población infantil expuesta a ese cruel martirio: perderá el apetito las ganas de estudiar y el sueño de la picazón.

– Mi querido amigo respondieron con displicencia, gracias al Imau y al Inos –Venezuela es una piojocrópolis.

No será resentimiento la infancia a los piojos nunca les sonrió siempre feos, grises y repugnantes?

De que vale la infancia a los hijos de gentes marginales si no juegan, no se educan, no se visten, no se alimentan y son más indefensos que nosotros.

Consideramos inútil continuar la discusión. Son para colmo de males, muy precoces a la semana de salir de los huevos o liendras, las hembras comienzan a tener huevos, a razón de doce a catorce diarios, cerca de trescientos en total. Los piojos son un problema de salud pública donde la Pediculosis tal como se registra en los estudios de epidemiología esta afección dérmica de la piel es motivo de preocupación y de obligatorio reporte para el debido combate sanitario a base de educación, limpieza y aseo personal.

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