De pronto tomadas de la mano, pues no tengo tu fortaleza. Pero contigo, mujer venezolana, vamos a saltar muy alto, buscando aquellas jóvenes, casi niñas, que andan por ahí, dentro o fuera de su Patria, siendo maltratadas, usadas, humilladas, por los que se atreven corrompiendo sin miseria toda su pureza.
Saltar contigo Yulimar, muy alto y muy lejos, buscando rescatar nuestras mujeres venezolanas, muchachas que se han ido, que no vuelven, y hacer que lleguen antes de que sean matadas. Buscarlas donde quiera que se encuentren, para salvarlas de un tiempo sin esperanza, de una condición sin humanidad, de un entorno sin consideración, sin gentileza, sin amor.
Saltar contigo Yulimar, pues con tus grandes, inmensos méritos, podremos llegar donde muchos no llegan, o tal vez ni quieran, dejando éstos de pensar con ineludible compromiso en esos seres frágiles, tiernos, necesitados. Nuestra mujer venezolana, aquella que Chávez cantaba "tiene que ser corazón (amor), fuego (pasión) y espuela (guerrera), así como veo que eres tú, con todos los dones que Dios te dio.
Saltar contigo Yulimar, hasta donde nadie ha llegado, hasta allá, donde se refugian nuestras criaturas, nuestros niños y niñas, incrédulos, desorientados, sin entender lo qué está pasando. Sin recibir cuidados ni el amor que se merecen.
Quiero saltar contigo, al lado de tus largas piernas de gacela salvaje, que corre por esas sabanas, esos montes, esos ríos y montañas, donde se esconden los buenos, huyendo de los malos. Quiero saltar contigo para llevarlos donde podremos cuidarlos, acariciarlos, consolarlos.
Quiero saltar contigo Yulimar, para que tu fuerza sea la de ellos y ellas, para que les enseñes a mirar al cielo, buscando las estrellas, oyendo las campanas que anuncian buenas nuevas, el calor de un hogar, la merienda en el pasillo, el olor de sopa en la cocina, las voces conocidas que tranquilizan, y la música del himno nacional que nos acaricia.
Quiero saltar contigo Yulimar, pues tu fuerza, la que vibra en tus músculos tensionados, las que se esconde en tu sangre palpitando, la que plena tus células hasta su mayor nivel, la gran fuerza de tu espíritu alborozado, será lo que hará que nuestros pequeños y pequeñas, escapen de ese futuro que no debe ser, de esa condición premonitoria que con angustia y preocupaciones se cierne sobre nuestros ánimos, al saber de tantas vidas perdidas.
Quiero saltar contigo Yulimar, y sé que tú también lo quieres. Buscar hasta donde nadie haya llegado, correr sin descanso, saltar sin límites, buscando ayudar, rescatar, sostener a todas nuestras mujeres, compañeras de infortunios, tantas veces buscadas como meta deseada sólo para el placer, para apabullar por la fuerza bruta, para ser asesinadas sin piedad.
Con tu salto, tu grande y enorme salto, hacia el cielo, hacia lo bueno, hacia todo lo bello que este mundo nos da, con todo el entusiasmo que te plena y contagias, tú sí Yulimar, tu podrás hacer lo imposible, lo que no se ha logrado hasta ahora, tu salto podrá llegar hasta donde haya que llegar, y si el salto inevitablemente debe terminar en patadas, también lo harás porque eres una mujer venezolana guerrera, luchadora.
Gracias a tu gran salto Yulimar, nos muestras y demuestras a todos, los valores positivos que refuerzan al ser humano, tú, trasformada ya casi en una diosa para nosotros que desde Venezuela te admiramos, llorando y agradeciendo tu existir, llorando por tu gran salto. Que coloca a nuestro país en sitial de honor, donde debe estar, donde debe ser reconocido, y no como intentan, denodadamente llenar de vergüenza y difamaciones aquellos que carecen de alguna moral.
Ese es un salto, el que quiero dar contigo, que ahora debe tener otra meta, otro alcance, buscar y perseguir otro record. Debe ahora ir más allá, lleno y pleno de la solidaridad con todas aquellas venezolanas que no lo han logrado, que no han podido, particularmente con las jóvenes que esperan y sueñan con una realidad mejor. De ahí vendrán cientos y miles de medallas de oro, con un brillo diferente, será el brillo de la felicidad que darás. Para ti, por todo lo que sabrás hacer por Venezuela.
Tremendo compromiso Yulimar, el que te estoy proponiendo, inevitable, insoslayable, con el poder que tú, heroína venezolana, ahora tienes: trabajar para la meta de nuestros constantes desvelos. Los anhelos de todos los venezolanos que amamos esta patria, y amamos a nuestra juventud con sus idealismos verdaderos, buenos, correctos, por todos nosotros que queremos proteger a la niñez, al niño y niña que nos prometen y aseguran el bello futuro del país, ellos y ellas que son la verdadera esperanza.
¡Quiero saltar contigo Yulimar! ¡Para allá!