Pueblo despolarizado y molesto

Domingo, 15/08/2021 04:54 PM

La polarización en Venezuela no ha sabido jugar al ajedrez político porque la torpeza, la soberbia y el odio, los confunden.

Un lado se divide y se subdivide por no entender que en la Unión está la fuerza y por rodearse de asesores económicos incapaces que nos llevan al neoliberalismo y a la derrota, mientras el otro lado se divide, porque todos quieren ser reyes, reyezuelos y el odio los consume, los confunde y juegan al ajedrez de la política, como jugar en las carreras de caballo y en espera de los dividendos.

Es por ello que la población rechaza a la polarización que ronda en un 75% de no aceptación popular, ya que ninguno presenta propuestas concretas para salir de la crisis y porque sus objetivos son económicos y no de bienestar para la gente...

¿Porqué el pueblo se despolariza y pide a gritos candidatos independientes que *no* estén bajo la dirección de ningún partido político tradicional?

Por la sencilla razón de las actuaciones de esos partidos en su manera errada de hacer y llevar la politica, del sectarismo y de su autodestructiva forma de ejercerla.

La gente está cansada de peleas intestinas y de odios irreparables, el pueblo lo que quiere es que les resuelvan sus problemas, salario justo para los trabajadores, que los servicios públicos funcionen, mensajes de esperanza y de paz, quiere tranquilidad en su vida cotidiana, pero lo único que observa, son intereses económicos personalistas, sectarismos, divisiones, odios, peleas por obtener el poder por el poder y se olvidan del principal sujeto que es el pueblo mismo.

Chávez logró catapultarse en determinado momento, con un 80% de popularidad. El bloqueo solapado y la guerra mediática implementada por los gringos era endemoniada, sin embargo, logró mantenerse y aún luego de su partida, dejó una popularidad sobre el 54% gracias a sus avances y a su compenetración con las masas populares.

Hoy esa gigantesca masa popular que lo apoyaba, se dispersó, la dividieron, la destruyeron con toda una intencionalidad sectaria, creyendo algunos que con dadivas, migajas y baratijas, la iban a mantener subordinada a su antojo.

Que sirva esto de reflexión, ya que no se puede hacer revolución con sectarismo, divisionismo, corrupción galopante como una cultura cancerosa, ni con prepotencia desbordada con egos inalcanzables.

Una revolución sin fundamento ideológico practicado y carente de ética, veracidad y moral, nunca logrará sus objetivos fundamentales de llevar la mayor suma de felicidad posible al pueblo, al contrario, se autodevorará.

El pueblo es sabio y paciente, pero se cansa, despierta y reaciona.

 

 

 

 

 

 

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