Sí camaradas. Desde este jueves 19 de agosto, la revolución se ha colocado una transfusión de sangre nueva. Estamos frente a un cambio de gabinete. ¡Nuevecito! Totalmente nuevo o casi nuevo.
Si le metemos el ojo, no será muy difícil observar, que este reluciente y nuevo gabinete, es un acomodo o reacomodo burocrático y una consecuencia de las primarias donde era muy difícil observar el derrumbe de un burócrata. Los burócratas hasta perdiendo gana. El lema es ganar ganar. Nadie se queda sin su buena chamba. Es lo más elemental, en un "partido" que le cerró las puertas a los nuevos liderazgos.
El nuevo gabinete, en algo muestra, que el método o reglamento de las primarias fue mentira. Tener menos del 35% de los votos y una diferencia menor a 10%, era un criterio para nada. Este nuevo gabinete, tiene además un elemento que permite comprender lo sobradamente refinado que viene siendo este feminismo revolucionario. El 50 y 50, es una gran mentira, pero que la gente cree y eso es suficiente para convertirlo en verdad. La lista definitiva de candidatos a gobernadores así lo determina pero también va siendo verdad, que son algunas mujeres las que siempre están en puestos claves. Es una revolución femenina muy refinada y desigual.
Si del feminismo revolucionario debemos hablar, no podemos evitar concluir, que hay como una especie de lista de primera clase, que tiene trato preferencial, aún en circunstancias no muy favorables. No logran con ventaja, votos para una candidatura siendo gobernadora y le sale un buen cargo burocrático como premio de consolación. No hay otras mujeres competentes para chambas en los ministerios. Sólo caben las que están en la lista de refinadas.
Sirve además este nuevo gabinete, para comprender, después de haber oído un audio, que vale más un ladrón que un traidor. El ladrón, no es un traidor.