Diario de una Cuarentena. Capítulo 250

Desde Colombia se conspira en contra de Venezuela

Martes, 31/08/2021 08:44 AM

Se va el mes de agosto con tormentas y lluvias producto del cambio climático. Para el momento en que escribo esta edición de esta columna, es martes 31 de agosto de 2.021, y el día amaneció con una torrencial lluvia en esta querida y amada Ciudad Guayana que me hace elevar una plegaria por mis compatriotas que vivan en zonas bajas y que no sufran estos embates de la naturaleza.

Es el día 534 desde el momento en que se decretó la emergencia por estado de alarma producto de esta contingencia que vivimos producto de la pandemia de la Covid 19. Algunas reflexiones me permití hacer ayer a este respecto, cuando observamos un paulatino incremento no sólo de los contagios, sino de los casos activos en el país.

Pero no es de ello que quiero referirme en las líneas subsiguientes.

En lo particular, cada vez se torna un poco difícil escribir sobre la coyuntura política venezolana, y esto porque el presidente Nicolás Maduro, pese a las críticas y errores que sin duda como Primer Mandatario Nacional y como ser humano ha podido cometer, no obstante y contra todo pronóstico para muchos y para muchas, ha logrado conservar el poder y derrotar, una por una, todas las conspiraciones, tanto internas como externas para deponerlo. El chavismo, como fuerza política, social y hasta espiritual como la cataloga el analista Oscar Schemel, está más unido y cohesionado que nunca.

Nos dirigimos a una contienda electoral para renovar las autoridades regionales y locales en el país el próximo 21 de noviembre, donde todos los sondeos de opinión indican que el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y la alianza Gran Polo Patriótico Simón Bolívar obtendrán la mayoría de las gobernaciones, alcaldías, parlamentos regionales y Cámaras Municipales, en medio de un clima de cierta estabilidad política, aunque con situaciones económicas que debe resolver y tremendas contradicciones en el seno de su sociedad.

La oposición venezolana se encuentra atomizada, dispersa, y sin el control de una verdadera maquinaria que les permita ganar espacios de poder y capitalizar electoralmente el descontento de importantes sectores de la población, que sin duda lo hay y que nadie puede negar. El sector más extremista de la oposición venezolana representado por Juan Guaidó, Leopoldo López y otros y otras dirigentes, obligados por las circunstancias y de las continuas y constantes derrotas propinadas por el chavismo tanto en el terreno electoral, político, diplomático y hasta en el militar, han tenido que seguir las instrucciones de su amo del norte, y sentarse a tratar de llegar a acuerdos mínimos con los voceros del Gobierno Bolivariano encabezado por Nicolás Maduro.

No obstante, y pese a este cuadro de fortaleza del chavismo a lo interno del país y de cierta estabilidad política lograda, eso no quiere decir que el camino de cara a las megaelecciones estará exento de amenazas y de dificultades. Ante la derrota de los colaboracionistas de EEUU, pareciera que no queda más opción que apelar a una intervención directa para lograr la defección del actual Jefe de Estado venezolano.

Señaló esto porque el mismo Presidente Nicolás Maduro en comparecencia pública ante medios de comunicación nacionales e internacionales a comienzos de este mes de agosto de 2.021, donde presentó un balance sobre los diálogos con los sectores de la extrema derecha venezolana representada por Guaidó, López y Capriles en México, advirtió que desde Colombia se continuaba conspirando en contra de la paz y la estabilidad de nuestro país.

Tan ciertas han sido estas aseveraciones del Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, que el pasado 27 de agosto se generó un incidente fronterizo que los medios de difusión y propaganda de la oligarquía colombiana montaron un fake news, contando con el apoyo de un felón de la talla de Gustavo Azócar, del tenor siguiente:

Medios colombianos, haciéndose eco de informaciones suministradas por el periodista venezolano Gustavo Azócar, indicaron que se presentó un incidente entre militares venezolanos y colombiajnos en aguas del río Arauca. De acuerdo a estas informaciones, efectivos del ejército colombiano sorprendieron a soldados venezolanos dentro del territorio colombiano requisando una embarcación de bandera colombiana. Según Azócar, el incidente estuvo a punto de "terminar mal".

La Cancillería colombiana emitió una comunicación sobre este hecho, lo cual ameritó una enérgica respuesta de la Cancillería de la República Bolivariana de Venezuela.

Pero a este evento acaecido pocos días en Colombia, hay que sumarle el atentado al puesto policial Atalaya en Cúcuta, capital del Departamento de Norte de Santander, fronterizo con nuestro país, que según el gobierno de Colombia dejó a 12 efectivos de la fuerza pública y 2 civiles heridos. No debe pasar mucho tiempo que el gobierno de ese país señale que los grupos criminales responsables del terror en esa zona tengan algún tipo de vínculo con el Gobierno Bolivariano.

Esta situación nos hace mantenernos alertas y con los ojos muy abiertos sobre posibles nuevos intentos y de incursiones a nuestro país, en el marco de una invasión colombo estadounidense, como lo señala el activista de Derechos Humanos colombiano, Nelson Ñustes, en su obra "Invasión y Colaboracionismo", la cual recomiendo su lectura ampliamente.

Restan para el momento en que la edición de esta columna aparezca publicada, 82 días para la celebración de estas megaelecciones, y como ya lo he señalado repetidas veces, estará en juego el futuro y la paz del país. En ese sentido, estas incipientes señales sobre los planes conspirativos que desde Colombia se preparan en contra de Venezuela nos hacen mantener la guardia en alto y que, sin descuidar elementos de la gestión de gobierno que sin duda debemos atender para resolver los innumerables problemas que hoy aquejan a nuestro pueblo, pero también muy conscientes, listos y dispuestos para detectar, alertar y neutralizar si fuere necesario, en perfecta unión cívico-militar-policial, cualquier intento por derrocar a la Revolución Bolivariana en el poder político.

Así como reza un sabio refrán en Venezuela: ¡A comer avispas, porque cigarrón atora"

¡Bolívar y Chávez viven! ¡Y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!

¡Independencia y Patria Socialista!

¡Viviremos y Venceremos!

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