Entre la esclavitud electoral y la orfandad política

Martes, 14/09/2021 01:26 AM

Día a día Venezuela se complejiza, muchos aún no entienden que el chavismo depende del caos, es allí donde es fuerte, se radicaliza, pues de ese modo los venezolanos se mantienen ocupados en su sobrevivencia, los problemas nacionales son supeditados por la realidad personal, los ciudadanos son débiles, dependientes de las dádivas del régimen.

Desde 2017, la participación electoral no sobre pasa el 30%, considerando que Smartmatic, nacida en revolución, aseguró los resultados del CNE no son de fiar. Este 30% se mantiene en un nuevo engendro de esclavitud moderna, votan obligados, amenazados, manipulados, tras indignantes dádivas como el Clap o exiguos bonos del ominoso sistema patria.

Al menos 70% de los venezolanos desistieron de votar para no convalidar actos electorales en disonancia con la Constitución y la democracia, aunque son la verdadera fuerza política nacional no hay liderazgos abocados a ellos, se encuentran a la deriva, en orfandad política.

Las condiciones 2021 son iguales al 2017, 2018, 2019 y 2020 ¿Por qué la oposición ahora sí decide participar electoralmente? Es una interrogante sin respuesta honorable, toda vez que en todo este tiempo el chavismo se ha radicalizado más y más.

Lo más preocupante es que en todo este tiempo, sobre todo en este nuevo acercamiento mejicano, la oposición reconocida se ha dado la labor de ceder ante los petitorios del castrismo venezolano, mientras éste no ha cedido en nada… no hay manera decente de llegar a conclusiones al respecto.

La comunidad internacional fija en una percepción opuesta, ratifica no ha observado avances que permitan validar el proceso electoral del 21N, muy por el contrario, advierte que de realizarse en la forma como va encaminado generará nuevas sanciones, mismas que pueden (deben) incluir a los candidatos que se presten a esta farsa, incluyendo a los de la oposición reconocida, que hasta ese momento también deben de ser desconocidos como tal.

Todo esto deja a la inmensa mayoría de los venezolanos desasistidos, en sobrevivencia cada vez más indigna, ningún bando político es una opción para arreglar al país. Según cifras de ONU en 2021 son más de 6 millones de venezolanos quienes se han visto obligados a emigrar, luego de esta capitulación de la oposición, de su anuncio de cohabitar con el castrismo venezolano, esa cifra llegará a un tercio de la población en el mediano plazo.

En esta Venezuela socialista del siglo XXI, la ingobernabilidad es la gobernabilidad de quienes la administran, el caos es el orden, los problemas son la solución, la inseguridad es la seguridad, los servicios públicos colapsados, la hiperinflación, la devaluación son los mensajes electorales ocultos que compran quienes aún votan.

Al menos, 7 de cada 10 venezolanos no cree en el chavismo, tampoco cree en la oposición, el abstencionismo es la única y gran fuerza política de la nación, afortunadamente para el régimen y sus colaboradores, se encuentra acéfala, con una población renuente a creer, mucho menos dar segundas oportunidades.

Aunque todo parezca perdido, en la manera como el chavismo y sus colaboradores tejen su sobrevivencia los hace frágiles, como hizo comprender Maquiavelo en su obra El Príncipe, quienes gobiernan a través del miedo son sumamente inestables, mientras quienes gobiernan a través del respeto son los verdaderamente fuertes.

 

 

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