La historia no registra que factures de oposición que asumen las armas para derrocar un gobierno y fracasan se ven impedidos a imponer condiciones y criterios para abandonar el camino de la violencia. Ejemplos hay muchos. Grupos que impulsan cambio de gobierno por la vía del terrorismo no pueden pretender negociar imponiendo sus puntos de vista.
El diálogo por la paz que se realiza en México entre el Gobierno constitucional de Nicolás Maduro Moros y las oposiciones terroristas es muestra de algo insólito en cuanto a negociación política de refiere. Esos factores fascistas fueron derrotados pero presentan un petitorio imposible de ceder. Cuando más pueden solicitar la liberación de un dirigente, como el caso de Freddy Guevara, convicto y confeso de acciones desestabilizadoras que él personalmente dirigió con grupos armados. Ahora pretenden otras liberaciones de sujetos que fueron actores intelectuales y materiales de crímenes horrendos, como el de Orlando Figuera, quien fue quemado vivo.
En una negociación para alcanzar la paz se deben ver los detalles para no cometer errores históricos. Imposible que los representantes de actos de terror impongan sus agendas con el respaldo del Gobierno de Estados Unidos y un alto representante del Reino de Noruega, este último acuso a nuestro gobierno de violar los derechos humanos. Los opositores cuando más pueden presentar una lista de deseos.
En esta segunda ronda de conversaciones "exigen" modificar el orden jurídico que rige en nuestro país y adelantar las elecciones presidenciales "justas y supervisadas", es decir, desconocer nuestra Constitución que establece los lapsos para celebrar el proceso eleccionario para los comicios presidenciales. Esta "demanda" de adelanto de las presidenciales la presentó el "interino" que sólo fue designado por el gobierno fascista de Donald Trump, sin votos de la inmensa mayoría de venezolanas y venezolanos. Hoy sorpresivamente en libertad a pesar de los diversos delitos cometidos por la banda de forajidos que dirige.
Imposible ceder ante un grupo de delincuentes que son los actores que pidieron a un gobierno extranjero bloquear nuestra economía, comercio y finanzas, imponer medidas coercitivas y respaldar el robo de activos que nos pertenecen. Traición a la patria es la tipificación de estos delitos.
La negociación política tiene límites. El fascismo no puede imponer sus criterios.