El mundo mecánico y el mundo matemático, ha de estar en desfasaje, a lo menos y a lo más, en 3.000 años, desde el momento en que Aristóteles, habláranos del principio del tercio excluso. Y, asina como todos los aparatos para la medición, que ha de ser el hombre mismo, ya que, el hombre es la medida de todas las cosas, asín, la ciencia, es la medida de todas las cosas. El hombre con todo su aparataje, el hombre con todos sus instrumentos de medición. El hombre de ciencia, el del mundo de las matemáticas, el hombre de ciencia, la persona, el pensamiento y el hombre del mundo mecánico, el hombre natura, el hombre experiencia, el hombre sentimiento. Asina asín, el círculo espiral sinusoidal real histórico infernal agustiniano, natura y persona, pensamiento y sentimiento, el de algo nuevo ante el sol maleoiano y nada nuevo bajo el sol eclesiástico en desfasaje. Asina asín ansí así sí, el hombre del mundo mecánico y el hombre del mundo matemático, en el quiasmo río heraclitoiano, que atraviesa la ciudad desnuda borrosa caliginosa de Perogrullo, en que ha de margullir dinámico dialéctico y duermen camarones morfeoianos, mas y más de 8 millones de casos límite contradictorios caliginosos complementarios congruos, y, el mundo mecánico y el mundo matemático es solo y sólo uno de ellos de repesca y de repeste en desfasaje.
Con digresión y sin digresión, a este cura ignaro raro quiasmo asno, gústale Maleo, y asina, amontonar palabras curiosas, a fortiori, y, con razón, por la mala memoria, que perdióse en una bonita caída de un estruendoso columpio infantil, y, a tierra firme, y, casi y por desgracia que no de gracia, del cielo al suelo, como imbécil, de lo mas y más alto en que reventárase venturosa rama caparratón, pa’ gato ratón y pa’ cuervo dron, y, el cerebro de la memoria perdiérase para siempre en amistosa caída libre grave de gravedad, helo ahí, el amontonamiento de palabras para el recuerdo inmediato, que salvación labra, que no es para joderle la paciencia a ninguna alma plañidera coñera. Y, de este extraño tema teorema problema desarrollárase, a mas y a más, la imaginación que la memoria, para el discernimiento y la curiosidad, para el amontonamiento y promontorio memorioso, y, de una gafa rima risa inmediata, no tanto como el famoso Funes, el memorioso de Jorge Luis Borges. Y, helo ahí, los ejercicios como los de este título, el mundo mecánico y el mundo matemático, de fácil recordatorio memorioso.
Con divagancia y sin divagancia, a este cura ignaro raro quiasmo asno, gústale Maleo, y asina, amontonar palabras, a fortiori, y, con mayor razón, por la mala memoria, que perdiósele en una bonita caída de un estruendoso columpio infantil, y fuere a tener al sube y baja, y, del cielo al suelo, del parque párvulo infantil, y, solo y sólo así, Aristóteles dijérale que dejara la marisquera, y ¡Sácamelo Miguer! ¡No puede sel! Y, como tiénese dicho de la curiosidad y del discernimiento, el tallarín al filósofo estagirita de Estagira. Aristóteles que arumbara al tercio incluso por mas y más de 3.000 años, hasta el derrumbe de las Torres Gemelas, el 11/09/2001, y, surgieran los casos límite contradictorios caliginosos complementario congruos. Y, de la sombría penumbra whitmaniana, saliera del quiasmo río heraclitoiano, el tercio excluso y el tercio incluso, que ha de revolucionar el mundo mecánico y el mundo matemático.
Con digresión y sin digresión, el mundo mecánico y el mundo matemático, ha de ser revolucionado por el tercio excluso y el tercio incluso, casos límite contradictorios caliginosos, en que al través y en de por medio, por la calle de en medio, el medio maleoiano minucioso como del exceso y del defecto. Medio maleoiano minucioso, como el trecho estrecho arrecho entre el dicho y el hecho, denso denso de radiaciones ondas partículas, difuminaciones continuas espectrales, colorido tejido tesitura telaraña, quiasmo río efesoíta, en que han de nadar y de fluir todos los casos límite contradictorios caliginosos, de formas colores tamaños, geometría colorida conmovedora, de los valores jerarquizados y de los valores polarizados, en que han de fluir todos los aspectos límbico antagónicos ambiguos, de la forma ser y no ser, asina asín ansí así sí la posición y la velocidad, de Heisenberg, del trecho estrecho arrecho difuminado continuo espectral, sin saltos de talanquera ni vuelos de gallera, entre lo cuantitativo y lo cualitativo, en la ciudad desnuda borrosa de Perogrullo, de todos los casos límite contradictorios complementarios congruos, en que la posición y la velocidad son la misma cosa son la misma vaina, sin saltos de talanquera cuánticos ni vuelos de gallera cánticos de Olga Guillot, de Javier Solis, de Alfredo Sadel y de Julio Jaramillo, incertidumbre, en que el principio de incertidumbre de Heisenberg, vendría a complementarse. Y, como tiénese dicho el mundo mecánico y el mundo matemático, ha de ser revolucionado por el principio del tercio excluso y del tercio incluso, que Aristóteles arrumbara por mas y más de 30 siglos, a igual temperatura y a igual estatura, en el medio maleoiano minucioso, estarían todos los aparatos de medición de la maldición macrocósmica y de la imprecación microcósmica, por culpa de Aristóteles y su sola y sóla egocéntrica canción en su lógico pregón de la exclusión ¡Sácamelo Miguer! ¡No puede sel! Dijo Aristóteles, a voz en cuello. Y, el mundo mecánico y el mundo matemático, ha de ser revolucionado por el principio tercio excluso y del tercio incluso, al través y en de por medio por la calle de en medio el medio maleoiano minucioso ocioso. El mundo mecánico y el mundo matemático, del discernimiento y de la curiosidad de lo creativo y del ocio. Y, del columpio reventón amoroso memorioso.
Si el mundo mecánico y el mundo matemático, han de estar en desfasaje, a lo menos y a lo más, en 3.000 años, desde el momento en que Aristóteles, habláranos del principio del tercio excluso. Entonces sea dicho que los aparatos para la medición, han de tener el mismo desfasaje. Ergo vergo sea dicho que el hombre mismo, ya que, el hombre es la medida de todas las cosas. Ergo vergo sea dicho que asín, la ciencia, en desfasaje, pues, la ciencia es la medida de todas las cosas. Ergo vergo sea dicho que el mundo matemático y el mundo mecánico, han de estar en desfasaje, no de otra suerte ha de correr el hombre sentimiento y el hombre pensamiento. Ergo vergo sea dicho que en el hombre del mundo mecánico y en el hombre del mundo matemático, el desfasaje existente es de 3.000 años. Ergo vergo sea dicho que el hombre del mundo mecánico y el hombre del mundo matemático, es contenido que contiene el continente de algo nuevo ante el sol maleoiano y nada nuevo bajo el sol eclesiástico. Ergo vergo sea dicho que el hombre del mundo mecánico y el hombre del mundo matemático, margullen en el quiasmo río heraclitoiano. Ergo vergo sea dicho que el quiasmo río heraclitoiano, atraviesa la ciudad desnuda borrosa caliginosa de Perogrullo. Ergo vergo sea dicho que en el quiasmo río heraclitoiano han de margullir y dormir, dinámicos dialécticos difusos camarones morfeoianos, con energía dormitada impulsiva, sombría penumbra whitmaniana de la que surgirán mas y más de 8 millones de casos límite contradictorios caliginosos complementarios congruos, y, el mundo mecánico y el mundo matemático es solo y sólo uno de ellos de repesca y de repeste. Ergo vergo sea dicho que el mundo mecánico y el mundo matemático de repente reviente vientre.