Diario de una Cuarentena. Capítulo 269

A 46 días de las megaelecciones…

Miércoles, 06/10/2021 10:06 AM

A 570 días de enfrentar una dura contingencia en Venezuela producto de la pandemia global de la Covid 19, en el transcurso de la semana 82 y siendo el día miércoles 06 de octubre de 2021, hoy pretendo hacer un análisis con respecto a dos estudios Monitor País realizados por la agencia de inteligencia Hinterlaces, y que fueron comentados en sendos trabajos de la periodista Jessica Sosa, que nos podrían dar una aproximación de cómo está la temperatura electoral a 46 días de las megaelecciones en Venezuela.

En el primer Monitor País de Hinterlaces comentado por Jessica, realizado entre el 14 y 25 de abril de 2021 en hogares de todo el país, 15% de los estratos A, B y C y 85% de los estratos D y E, con un margen de error de 3%, se le preguntó a los consultados acerca de sus preferencias políticas, abordados con la siguiente pregunta: ¿Cómo se considera usted hoy en día, como CHAVISTA Y APOYA A MADURO, como CHAVISTA PERO NO APOYA A MADURO, OPOSITOR Y APOYA A JUAN GUAIDÓ, OPOSITOR PERO NO APOYA A JUAN GUAIDÓ, o NI CHAVISTA NI OPOSITOR?. Las respuestas revelaron lo siguiente:

  • 30% se autodefine como chavista y apoya la gestión del presidente Nicolás Maduro.
  • 6% se reconoce como chavista pero afirma que no apoya a Maduro. Con este dato, la sumatoria de personas que acompañan al chavismo se ubica en 36%, aún después de 21 años de gestión.
  • En el ámbito de la oposición, 9% de los encuestados se ubicó en este renglón aunque afirmaron que no apoyan a Juan Guaidó y otro 8% es opositor y apoya a Guaidó.
  • 46% de la población no se identifica con ninguna de las dos tendencias, es decir, no se reconocen ni como chavista ni como opositor.
  • 1% no sabe o no responde el planteamiento.

Para la obtención de estos resultados del Monitor País Hinterlaces 2021, se aplicó una encuesta por muestreo estratificado por género, edad, región, nivel socioeconómico y escolar.

Ahora bien, en el mismo estudio evaluado, cabe destacar que también a los encuestados y encuestadas se les formuló la siguiente interrogante: ¿Dígame por favor con cuál PARTIDO POLÍTICO simpatiza Ud. más?

Las respuestas arrojadas fueron las siguientes:

  • 26% afirmó simpatizar con el el Partido Socialista Unido de Venezuela, esta tolda política duplica a todos los partidos de la oposición juntos en cuanto a preferencia de la población. 1% optó por otras organizaciones políticas del Gran Polo Patriótico. La sumatoria aporta 27% de preferencia por los partidos afectos al chavismo
  • 13% mencionó algún partido ligado a la oposición, distribuidos de la siguiente manera: Acción Democrática: 5%, Primero Justicia y Voluntad Popular 2%, Partido Social Cristiano Copei, Vente, Avanzada Progresista y otros partidos de oposición: 1% o menos cada uno.
  • 52% manifestó que no se identifica con ningún partido político y 8% no sabe o no responde.

Al respecto, cabe destacar que si bien es cierto que el PSUV y sus aliados del Gran Polo Patriótico Simón Bolívar parten como amplios favoritos para ganar la mayoría de los cargos en disputa de las megaelecciones previstas para el 21 de noviembre, y que a despecho de algunos y algunas, no fueron postergadas (incluso de alguna gente que se dice revolucionaria apostaba a ello). No obstante, hago mías las expresiones del ex vicepresidente del estado plurinacional de Bolivia, el marxista Álvaro García Linera cuando expresó que en estos momentos hay que aprender a gestionar las incertidumbres.

Las recientes Primarias Abiertas Simultaneas y Obligatorias de Argentina (PASO) podrían ser un necesario espejo en el que debemos mirarnos los que creemos en la Revolución Bolivariana. Ya que la misma podría ser una necesaria alerta de no creer que ya tenemos el triunfo asegurado.

Sin duda que, en las pasadas elecciones parlamentarias del 6 de diciembre de 2020, el PSUV y aliados del Gran Polo Patriótico obtuvieron las 4/5 partes de la composición del hoy parlamento nacional. Necesario esto para el rescate de la gobernabilidad y la gobernanza en el país, pese a que hubo una alta abstención que en nada deslegitima el proceso electoral, pero que es necesario revisar y en breve explico las razones.

No es mi intención en estas líneas cuestionar la formidable y extraordinaria maquinaria que representa el PSUV-GPPSB para los venideros comicios. De hecho no sólo por los estudios de Hinterlaces de hace unos meses y recientemente comentados en el canal del Estado, Venezolana de Televisión, parten como amplios favoritos para ganar la mayoría de los cargos en disputa este próximo 21 de noviembre. Pero de lo que también se trata de explicar es que la apuesta es muy alta y lo que está en juego es mucho y de muy alto riesgo, aunque algunos no lo vean así.

Los comicios parlamentarios de diciembre del año pasado fueron importantes para recuperar la institucionalidad de una rama del Poder Público Nacional como lo es el Poder Legislativo. Utilizado durante 5 años para la desestabilización del país y promover una intervención "humanitaria" que destruyera el Estado- Nación venezolano. Afortunadamente allí supimos contenerlos, confinarlos y con estas elecciones neutralizar esas amenazas. Pero en los comicios regionales y municipales de noviembre, el electorado si evaluará más la gestión.

Pero además de ello, y con los datos suministrados por Hinterlaces y analizados por Jessica Sosa, es que para los 46 días que restan de las megaelecciones y a 4 días para el simulacro electoral, retomo lo escrito por mí el 7 de agosto de 2017, cuando hice cita al trabajo del "voto castigo al revés" que se refirió el periodista Clodovaldo Hernández, y que creo vuelve a la palestra de cara a la cita que tendremos todas y todos este próximo 21 de noviembre.

En aquella oportunidad Hernández analizó los sorprendentes resultados de la elección de la ANC el 30 de julio de 2017 en donde tocó en aquella oportunidad un aspecto para mí inédito y que él se permitió en catalogar el voto castigo al revés.

En esa tesis, explicaba Clodovaldo que recomedaba a las fuerzas revolucionarias reflexionar acerca de lo que él consideró como el extraño fenómeno ocurrido en esa fecha, que se permitió denominar "el voto castigo al revés".

Es importante recordar que el denominado "voto castigo" se da contra las malas gestiones de los gobiernos. Y el ejemplo más duro que le tocó vivir a la Revolución Bolivariana en ese sentido fueron los comicios parlamentarios del 6 de diciembre de 2015, cuando nuestro pueblo castigó a los candidatos y candidatas chavistas a la Asamblea Nacional por los efectos devastadores de la guerra económica propiciada por la oposición, y por los errores y omisiones de nuestro gobierno.

Pues bien, con año y medio más de inmisericordes maltratos a la población en general, y en particular a los más pobres, era de esperarse que este "voto castigo" se expresara con mayor fuerza, en este caso con mayor abstención. Pero ocurrió que, al contrario, mucha gente salió a votar, pero fue para castigar a la dirigencia de la oposición por sus desmanes en estos últimos cuatro meses y por su evidente participación en la guerra económica durante más de cuatro años.

Sin duda que el gobierno que encabeza Nicolás Maduro hace denodados esfuerzos por restituir la calidad de vida del pueblo venezolano, evidentemente trastocada por el asedio y bloqueo promovido desde EEUU y Colombia traducida en medidas coercitivas unilaterales que han tenido un impacto negativo en el disfrute de Derechos Humanos en el país, y que ahora con las denuncias formuladas por el propio presidente Nicolás Maduro de que Terroristas Armados Narcotraficantes Colombianos (TANCOL) formarían parte de la activación de ataques selectivos cuyo principal objetivo serían los servicios públicos y la reactivación de episodios de conflictividad armada como los ocurridos durante los meses de marzo y abril de este año cuando factores de esta naturaleza penetraron en la localidad fronteriza de La Victoria en el estado Apure, protagonizando fuertes combates con efectivos de la FANB por el dominio del territorio, podría incidir en la psiquis del electorado de cara a los resultados de las megalecciones.

Y sin complejos de ningún tipo, esas megaelecciones serán el indicador de cómo estaría la oposición a niveles de organización y de su aparataje de cara a una eventual activación de un referendo revocatorio del mandato del presidente Nicolás Maduro, a partir del 10ENE2022, cuando se cumpliría la mitad de su mandato, como lo señala el artículo 72 de nuestra Carta Magna. Para el chavismo, un triunfo contundente serviría para contribuir al despeje del horizonte político, escalar en la estabilidad política que permita una recuperación económica y un fin de año infinitamente mejor que el del año anterior.

Por ello, ante este aviso de Hinterlaces de que 52% de la población no se identifica con ningún partido político o se definen como "Ni-Ni", implica que hay un vasto campo que hay que conquistar y no sólo para lo electoral sino para la preservación del modelo político, económico y social contenido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

De ahí no solo es un tema de gestión gubernamental, sino que esto pasa necesariamente por el tema de la formación político ideológica como lo indique en la entrega anterior de esta columna.

Pero ya para cerrar las opiniones que he señalado en esta edición de esta columna, es ahí donde este excelso periodista nos recomienda al chavismo la valoración especial de la conducta de un importante segmento de nuestra población que ejecutó el "voto castigo" y entender que es un factor volátil. Igualmente nos recuerda Clodovaldo, que es muy probable que buena parte de quienes castigaron a nuestro gobierno en 2015 hayan castigado el domingo a la oposición. Es entonces, que se trata de compatriotas que deben ser conquistados y conquistadas realmente por la Revolución, más allá de las veleidades de las pequeñas "venganzas electorales".

¡Bolívar y Chávez Viven! ¡Y sus luchas y la patria que nos legaron siguen!

¡Independencia y Patria Socialista!

¡Viviremos y Venceremos!

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