Prácticamente a un mes del 21N no se respira ambiente electoral, así ha sido desde 2017, la única gran diferencia es que pululan las campañas electorales de candidatos "opositores", según estadísticas hechas públicas por gente del ramo, hay al menos 20 veces más candidatos "opositores" en comparación a los del chavismo.
Es una estratagema muy clara, el régimen da las bendiciones a los candidatos de esa oposición participante y acepta se postulen, tal como ha hecho con los denominados alacranes a quienes primero les cedió las direcciones nacionales de las principales organizaciones políticas del país, luego escoge a quienes sí pueden ser candidatos, de este modo el proyecto chavista no corre ningún riesgo, al contrario, se fortalece.
Una vez más la fórmula se repite, un presunto diálogo luego de una crisis y antes de una simulación electoral. La excusa para suspender el diálogo que ha dado el régimen ha sido la extradición de Alex Saab a los Estados Unidos, sin embargo, es nuestra opinión, iban a encontrar cualquier excusa, pues el diálogo en México ya cumplió su cometido, abonar el camino en paz de cara a las regionales, cuando faltan días para el inicio de la campaña electoral, el chavismo sencillamente prescinde de otro diálogo, como siempre, sale robustecido a lo interno del país.
Pero no hay que confundir, ese robustecimiento es a través de la violencia institucionalizada, al menos 8 de cada 10 venezolanos lo repudian, sin embargo, gracias al 21N ese porcentaje de rechazo ahora lo comparte la supuesta oposición participante, tal como lo hemos advertido, el venezolano no volverá a las urnas electorales hasta que se recupere la institucionalidad, en estas condiciones absurdas votar o no votar es exactamente lo mismo en términos de conducción… en estas condiciones lo electoral en nada cambia el rumbo del país.
No es fortuito que a casi 10 meses de las elecciones parlamentarias del pasado diciembre el país en nada ha cambiado, todo sigue su mismo rumbo de deterioro, el chavismo posee desde hace mucho tiempo el poder absoluto en Venezuela, ha gobernado solo, por tal motivo no importa cuantas elecciones se desarrollen, van casi 30, y luego de cada una de ellas la nación empeora, cada vez más aprisa.
Caos tras caos, es lo que han significado los procesos electorales en Venezuela, sobre todo luego de 2007 cuando el expresidente Chávez aplicó vía habilitantes la reforma constitucional rechazada ese año, ese conjunto de leyes edificaron el país que padecemos hoy, el Estado Comunal al mejor estilo cubano.
¿Qué va resolver el 21N? Absolutamente nada, porque las gobernaciones y alcaldías que entregue el régimen ya están programadas al fracaso, no tienen capacidad de financiamiento, le han sido arrebatadas sus principales competencias y facultades, pero sobre todo porque no cuenta con una oposición real, gana quien gane el chavismo será el ganador aun perdiendo.
Sí en 23 años de chavismo ha queda una lección aprendida es que lo electoral es inútil ante un régimen en control absolutista de las instituciones de Estado, que maneja a real placer las armas y recursos del país. El retorno de la democracia, de la constitucionalidad se ve obligada a otros escenarios, donde tienen especial participación la paciencia de los venezolanos, los aliados internacionales del régimen y de una oposición, más que radical, realista.