"Cada octubre es como un gesto de entregar el corazón
Y hacer vuelos libertarios, al galope con Simón
Un octubre rojo y negro soviet, Lenin bolcheviques
Todo el power para el pueblo. Aquí nadie se rinde"
Inicio del tema "Octubre" de la Agrupación "El Pacto"
Imposible no escribir estas líneas, sin que las lágrimas inunden las lágrimas en mis ojos. Ha sido uno de esos meses en los que uno quisiera que pasará rápido para no seguir llorando por la partida de los impresncindibles.
Aún no he terminado de llorar, luego de casi tres semanas del cambio de paisaje de uno de mis mentores políticos, el coronel, Comandante y profesor William Izarra, cuando el destino, a veces infausto y cruel, nos tenía para algunos y algunas otras celadas.
Y fue que en medio de mi cotidianidad, y porque no decirlo, de estar disfrutando el Caracas-Magallanes, toparse con la infausta, dura e intempestiva noticia del cambio de paisaje de uno de los imprescindibles. Me refiero a David Nieves
Fue un día marzo del año 2016, en plena contingencia de sequía en el país y de emergencia eléctrica, cuando la doctora María Alejandra Díaz Marín, hermana de luchas y de caminos y colegas por ser comunicadora y abogada como este servidor, me citó a una reunión en la sede del Ministerio del Poder Popular para la Educación Básica, para debatir y discernir sobre el tema de aquel momento que eran los intentos de la oposición de entonces para tratar de activarle un referendo revocatorio en contra del presidente Nicolás Maduro.
En esa oportunidad no sólo fue el primer contacto con María Alejandra, sino que además tuve la oportunidad de conocer al gran camarada y hermano de luchas también, el doctor Enrique Tineo Suquet. Pero esas no serían las primeras personas con las que no sólo tendría mi primer contacto, sino una relación que nos unirá incluso más allá de esta vida.
Recuerdo que entre los presentes en esa reunión de un poco más de tres horas, estaban camaradas de la talla de Licinio Hernández, Francisco Cedeño Lugo, y al lado mío, nada más y nada menos que él: David Nieves.
En dicha reunión, María Alejandra, Enrique y este servidor disertamos ante esos combatientes de los 60 las consideraciones jurídicas y políticas, y los lapsos que hacían que la propuesta por parte de la dirigencia opositora de aquel entonces, fuese inviable, y que el objetivo de desalojar del poder a Nicolás Maduro en un año particularmente complejo como ése no se concretaría. Fue una extraordinaria reunión, sin duda alguna.
Recuerdo que casi al terminar la reunión, uno de los viejos guerrilleros se me acercó, porque además de la exposición que hicimos, le llamó poderosamente la atención mi apellido de origen italiano. Recuerdo que le dije a ese camarada, por qué me lo preguntó, si por casualidad no sería sobrino de Francisco Martorano, a lo que yo le respondí de manera afirmativa.
Ese camarada guerrillero, que producto del dolor y la tristeza que en estos momentos me embarga no recuerdo su nombre, además del abrazo que me dio, hizo todo un alboroto llamando al resto de los combatientes: A Francisco Cedeño y a los otros cuyos nombres se me escapan en estos momentos, y recuerdo que dijo: "Miren muchachos, vean de quién es este joven sobrino. Nada más y nada menos que de Francisco Martorano, el poética".
Recuerdo que esos guerrilleros me rodearon, me abrazaron, me felicitaron, y ahí estaba ese viejo combatiente, David Nieves, quien desde el momento en que comencé a escribir, me seguía, pero que además de ello. ¿Quién se imaginaría que un vínculo cuasi familiar nos uniría para siempre?
En esa oportunidad, David me dio su primer consejo como formador de juventudes que siempre fue: Recuerdo que me dijo: "No te disculpes tanto en política. Está bien hacerlo cuando uno comete errores y es bueno, pero no exageres, porque en la vida hay que aprender a asumir posiciones, aún a riesgo de perder la vida".
Por eso, que escribir de David que ya otros y otras no lo hayan hecho. O cómo el mismo en su debido momento lo hizo, con sus libros y artículos. Es muy difícil para mí hacerlo, sin apartar la relación fraternal que siempre nos ha mantenido unidos.
Por eso, al igual que con William Izarra, de David en estas líneas más que destacar su visión política, trataría de resumir en dos palabras lo que de acuerdo a lo que conocí de él fue su vida: Un testimonio viviente.
Viviente porque David si supo lo que realmente fue el régimen de la IV República. Tal vez en otra oportunidad pueda escribir un poco para los que no conocieron su vida, las persecuciones y las dificultades que afrontó, por decirlo de manera sutil, le tocó vivir a él y a su familia, y sin embargo mantenerse fiel a sus convicciones.
Pero no conforme con ello, el vencedor David fue también sobreviviente nada más y nada menos que al terrible virus de la Covid 19. Para el momento de su cambio de paisaje, tenía más de un año que había superado ese terrible mal, y vaya que la pelona tuvo varias oportunidades de arrebatárnoslo anticipadamente, pero él tenía que cumplir una misión en esta tierra.
Podría escribir páginas y páginas de ese gran hombre y referente que fue, que es y que por mucho tiempo será David Nieves Banchs. El mismo que junto a Jorge Rodríguez padre, nos inculcó aquella premisa de que el socialismo se conquista peleando, peleando, peleando hasta vencer, hasta que el pueblo organizado tome el poder.
Y pareciera mentira, pero quien se imaginaría que esa premisa de Jorge Rodríguez padre, de David Nieves y otros mártires de la Liga Socialista y el movimiento revolucionario en general lo materializaría un joven comandante casi 40 años después con la llegada de la Revolución Bolivariana al poder político en Venezuela.
Pero, repito, más que el legado político, ideológico, referentes y ejemplos que David nos deja, lo que si puedo dejar testimonio es que David era amigo de los amigos. Perfectamente podía tener de amistades a sus compañeros de los 60, sus contemporáneos de casi 8 décadas de diario bregar, como podía relacionarse sin complejos con las nuevas camadas de las que con mucha humildad señaló formo parte, y hasta menos edad. David era un hombre con una sensibilidad muy especial y particular que había que saberla entender, pero también una espada y de creencias y convicciones firmes.
Tanto cúmulo de sentimientos, que en estos días cuando señalé que la poesía amenazaba con alcanzarme de nuevo, pues la partida de David no me es indiferente y pareciera que me ha tocado el corazón de nuevo. En este momento no me siento capaz de dedicarle versos para expresarle mi pena, pero quizá un poco más adelante lo haga, como hice con otro hermano que partió a comienzos de este año o del pasado si la memoria no me falla, que fue el militante del PCV y hermano Luis Rojas, a quien también rindo homenaje a lo que fue su vida.
Pero pese al dolor y a la tristeza que nos embarga en estos momentos, creo que el mejor homenaje que podemos hacerle a David Nieves es seguir su ejemplo y tomar sus banderas de lucha. Por lo menos de mi parte y de lo que aprendí de él en el tiempo que pudimos compartir espero hacerlo.
Y de cumplir uno de sus últimas instrucciones que me dijo una de las últimas veces que nos vimos. Y eso queda entre nosotros.
Recuerdo que una de las razones por las que quería ir a acompañar a unos camaradas a un viaje de instrucción a la comuna Monte Carmelo, ubicada en la población de Sanare, en el estado Lara, para mi formación político ideológica, para continuar el legado de William Izarra y para encontrarme con afectos que uno tiene en ese bello estado, alguien me dijo que a veces las cosas pasas por un por qué, aunque en el momento no las comprendamos, y vaya que los tiempos y el destino mostraban señales como para que no fuera a ese viaje, y es porque aún si hubiese podido llegar a tiempo a Caracas para acompañar en ese viaje, estando allá no dudaría por un instante el darle el hasta luego a David en sus exequias y cancelar el viaje a Lara para otra oportunidad. Si en las últimas horas lograse ir a Caracas, será para eso, y si no, la semana que viene para estar en los homenajes póstumos que sin duda se le harán a este buen camarada.
Pero bueno, más allá de toda esta perorata, y como ya lo expresé, pese al dolor y el llanto, a la rabia y a la ternura como habrá dicho alguna vez algún poeta o poetisa, y como recientemente me dijo una persona que forma parte entrañable y especial de mis afectos: La muerte no existe, y ahora David se ha convertido en nuestro guardián.
Sin duda mi alma está de luto y una tristeza en mi corazón por tu partida, amigo y padre querido. Indudablemente que en una reunión en el año 2017, recuerdo que me dijiste: "Que estabas hediondo a caoba", como una manera de que debíamos prepararnos de un momento a otro para tu cambio de paisaje. Me lo dijiste a finales de agosto de 2017 en una reunión en la que casualmente estaba otro de los imprescindibles al igual que tú, Carlos Lanz (el cual abogó por su pronta aparición sano y salvo) y pese a que uno trata mental y espiritualmente de prepararse para eso, uno nunca lo está, y por eso estas expresiones sentidas de mi parte para ti, porque fuiste, eres y serás por mucho tiempo depositario de especiales afectos.
Sin embargo, mi consuelo es que algún día nos volveremos a encontrar.
Así lo creo y así lo siento.
¡La muerte será absorbida por nuestra victoria!
¡Hasta siempre David! ¡Vuela alto camarada!
¡Bolívar y Chávez Viven! ¡Y sus luchas y la patria que nos legaron siguen!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!