Algo impensable en Italia y en Europa, donde la memoria del conflicto de clases de los años setenta permanece rehén de los tribunales. En Venezuela, en cambio, cuenta la historia: tanto la de la lucha anticolonial, la de los intentos revolucionarios inconclusos, como la actual, que llevó a una síntesis, por aproximaciones dialécticas no exentas de aristas, las diversas hipótesis de cambio político. Geraldina Colotti.
Entre los últimos acontecimientos de la política nacional e internacional, lo evidente ha sido entre el gobierno de NiMaMo, y el oposicionismo de JuGeGuMa, con sus tejemanejes a los que ya nos tienen acostumbrados turnándose los roles de los buenos y los malos, en un escenario que por demás es burdo y falaz, convertido en una pantomima, pues en vez de resolver los asuntos que atañen a la res pública, están pendientes de los intereses de los grupos y sectores que se disputan el coroto. Además de la dilapidación de cuantiosos recursos, que pertenecen a los venezolanos y las venezolanas, con independencia del bando que sea. Para quienes permanecemos en el país, sabemos y sufrimos los maltratos por parte del gobierno, y peor por la oposición que sigue pavoneándose como si no hubieran roto un plato, y se han llevado por delante toda la vajilla; y son responsable de que estemos peor. Lo mínimo que deberían hacer es ponerse al servicio de la nación, dejar de buscar escusas quitándose la pajita del hombro, sean serios, o es que sólo vuelven a los ofrecimientos y a la regaladera con los recursos públicos, unos desde adentro y otros desde afuera, que deberían ir presos por ladrones, terroristas, reos y prófugos de la justicia. La debacle tomó cuerpo y se fue desbocando desde la desaparición del líder fundamental del proceso, del resto lo que hemos visto en política burda, es patear la mesa, o levantarse de ella, cuando las negociaciones estaban a punto de llegar a conversaciones y posibles acuerdos como los de mano vuelta, hoy por ti, mañana por mí. Ahora ante el canto del cisne negro con el caso Saab, y las confidencias del Pollo ante instancias internacionales; los secretos de Estado parecieran estar bajo la espada de Damocles. Pueden llevar a un jaque a la dama, o tal vez un jaque mate al rey. La opinión pública tiene la palabra, las cartas están echadas, y hay un secreto a voces. ¿Habrá elecciones?
Si la política es el arte de lo posible, y el gobierno tiene los medios y los recursos, aventajará de nuevo a la maltrecha y desbordada oposición donde todos se pisan los rabos de lagartos. Nuestra historia tiene un largo expediente de autócratas, entre oligarcas y caudillos en el pasado no tan remoto; hoy las disputas por el poder se debaten entre las derechas radicales, y las izquierdas de sucursal, nada que ver con los viejos camaradas de las guerrillas, que les cedieron las consignas y sus luchas a los militares, que históricamente combatieron como pretores de los gobernantes de turno, comandados por el Departamento de Estado, a través del Pentágono. Con Chávez cambió la tónica, la dirección y la ideología, gracias a los mentores, todos civiles, la mayoría combatientes de todos los teatros de operaciones desde finales de los 50. Y hasta principios de los 90 tomaron ventaja estratégica y táctica, aunque fracasaran de nuevo, pero lograron mantener la cohesión doctrinaria, mientras los partidos de la guanábana se prestaban a los reality show, y perdieron el chivo y el mecate desde 1998, que trataron de recuperar dos años después. Pero de nuevo el pueblo los derrotó otra vez, con todo y apoyo imperialista y de potencias en el mundo, frente a esta tierra invencible de libertadores. Es lamentable que, pese a ello, haya unos cuantos, descarriados, haciéndose los pendejos, como si aquí no nos conociéramos todos y todas, y no conociéramos al pasajero por la maleta. Los que gobiernan de espaldas al pueblo, tienen sus horas contadas, la mentira tiene piernas cortas y patas largas, se les reconoce por lo acrónicos, ya desgastados de tanto embuste, no dan pie con bola, la irresponsabilidad y el asalto a los recursos de la nación, que les está pesando como lastres, y están atravesando por un tremedal en pleno invierno. Aunque mucho se tongoneen, siempre se les ve el bojote.
Nuestro territorio, con sus reclamaciones que a veces quieren que olvidemos, con una población en su mayoría cansada de tanta burla, de defender lo indefendible, y de ponchar al pueblo cada vez que está a punto de lograr coronarse victorioso frente a las calamidades, y nada que se concluya en beneficios y reivindicaciones laborales. Jubilaciones que no llegan desde hace años, obligando a que se permanezca a la fuerza en el trabajo, una administración pública cada vez más desierta, que, en tan solo tres décadas, hemos quedado a la intemperie, frente a una hiperinflación que erosionó los pocos ahorros con que contábamos para el retiro hacia nuevos derroteros, pero hasta ese derecho nos lo quieren arrebatar. Los sueldos y la realidad de los pensionados en escasos bolívares. A los trabajadores nos sustrajeron los importes de años de sacrificios, y con ellos pudieron ir tapando los huecos que abrían aquí y allá, luego de haberse repartido el pote de los recursos de la nación. Es histórica la manipulación de las masas desde una narrativa oficialista, que habla del coco, del lobo, del enemigo, como cuentos de abuelas para entretener a los críos. Y la pandemia llegó justo a tiempo para poder maniobrar frente a la marea que no deja de subir; y solo un ejemplo nos dará la razón, veamos lo que ha ocurrido en siete años con respecto sólo en el campo económico y financiero.
Un desastre mayor que afecta directamente al hombre y mujer de a pie, porque los que andan con choferes y escoltas están viviendo el sueño dorado, pareciera que estuviéramos en otro país; basta darse una vuelta por Los Próceres y hacia el Este, bodegones, negocios abarrotados de mercancías, todo dolarizado, y lo más barato no baja de tres dólares, para medio comprar, lo mínimo son 30 o 50 dólares. Los tienes, eres afortunado. Las transacciones son en esa divisa, y las ganancias especulativas del 30 o 50%. Un dólar a 4,390, y los sueldos en 5 dólares mensuales, súmele los subsidios y bonos, no llegan a 10 dólares al mes. Y las promesas, y las esperanzas, y las navidades bonitas, todas juntas parecieran que van a arder en una pira de fuegos fatuos, de ilusiones, pues nada mejora, todo parece empeorar, y ya estamos en noviembre; habrá elecciones, comeremos hayacas, tendremos para los estrenos de los muchachos, solo preguntamos. A lo mejor los gobernadores y alcaldes que se posesionen de sus instancias de gobierno, ya parece tienen en sus agendas para los próximos meses, por lo menos par reyes, de todo cuanto hacer falta para emparejar los entuertos. Preparados para asumir y darle un vuelco a Venezuela, desde el mismo 22. Claro que es una exageración, pero es un ejercicio y a la vez una posibilidad de drenar cargas acumuladas, tensiones que no se pueden guardar. No sabemos lo que vaya a ocurrir, pero lo que está a la vista no necesita anteojos, y es que no hay repunte, ni dinero, aunque sí salen recursos para campañas, elecciones y negocios de enchufados del gobierno, y no pocos de la oposición que juegan para los dos bandos, a pesar del hurto realizado hasta ahora.
En qué se ha convertido esta nación desde el Estado usufructuario de los negocios públicos, que, a estas alturas del siglo, muestran en las peores circunstancias, cómo se ha fracasado con estrépito en la conducción; habiendo recibido un marco de referencia como fue el Plan de la Patria, la brújula que marcaba el rumbo cierto con el Golpe de Timón; y por si fuera poco, las 3R3. En tres décadas hemos retrocedido un siglo. Es que nuestras constituciones recientes no han sido suficiente referente para salir del atraso y la desidia, es que lo único en que se han destacado quienes asumen la conducción del Estado, en su mayoría lo que han hecho es servirse a través del gobierno para desplumar a la gallina de los huevos de oro, que por cierto hoy brilla más que nunca por su ausencia. Pareciera que estamos predestinado a la quiebra cada vez que hay militares inmiscuidos en los asuntos públicos, cuando su tarea ha sido y debe ser la de estar bajo la obediencia absoluta del pueblo soberano hecho gobierno. Zapatero a tus zapatos, pero no, se han servido en bandejas de oro y de plata, lo mejor de la Patria, de la nación, del Estado, gobernando a sus anchas, y si me equivoco, que me desmientan. No ha sido, lamentablemente por los hombres y mujeres dignas y honradas de nuestras FANB, desde 1830, luego de la reiterada traición de los Páez al Libertador Simón Bolívar, y entre liberales y caudillos, llevaron al país apenas salido de veinte años de guerras, continuarla, pero contra los civiles, cerrando el oprobioso siglo XIX prácticamente en 1935, bajo la férrea dictadura enguantada. Y luego la época de los peces gordos, de la corrupción y los cogollos que jugaron manos cerradas con los amos del valle, y con su doctrina pragmática, para también postrarse a los pies de moloc, del materialismo, de las perversiones que sin ninguna vergüenza, mintiendo, manipulando, enajenando, llenándose sin rubor.
Dice el dicho, no hay mal que dure un siglo, ni cuerpo que aguante callado, y la mentira tiene piernas cortas, y los pies grandes. El engaño es un arma de doble filo, a veces corta hacia afuera y otras hacia adentro. Cuanto daño se ha hecho a la República Bolivariana de Venezuela, y continúa la grosera especulación, no se produce lo que se consume, que en la práctica es poca cosa, y se ha subsanado expurgando las arcas casi vacías, y con una deuda que aumenta diariamente. Dime con quien andas y te diré quién eres. Dicen que en pueblo chiquito infierno grande, porque aquí todos nos conocemos desde hace mucho; los más viejos, que todavía conservamos alguna memoria lo sabemos, los más jóvenes, a quienes les estamos dejando un país hipotecado, endeudado, casi en el suelo, como si hubiéramos salido de algún tipo de guerra; por la que hemos atravesado, sin duda, pero a guerra avisada, no debieron morir soldados. Acaso no lo sabíamos, no se ha dicho hasta la saciedad, desde que el Libertador sentenciara que "Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miserias, en nombre de la libertad"; no había alerta roja frente a Bush, el peor genocida en la historia humana, por la capacidad tecnológica que poseen los EEUU. Acaso ni con Internet, las redes y viajando entre la tierra y las nubes. Vemos como los mal llamados dirigentes, deberíamos llamarlos pillos, ladrones de cuello blanco les decían en la IVR; en la VR son variopintos y multicolores, ellos se quedan con el lomito, alto, medio y bajo; los filetes, el churrasco y la rabadilla, solo entonces le echan el resto al soberano, los trastes, entrañas y lo que comimos bastante en el monte y los campos durante los años de reclutas, el bofe, la comida del pobre, el repele. Así como los frijoles chinos que tanto le encantan a Nico que el pueblo consuma, y que los envidiosos de tal manjar, criticones de oficio, seguramente por atacar al gobierno y una gestión que ha hecho el bien, sin mirar a quien, entre los suyos, tiene que cambiar por algún otro grano que no compite en calidad y propiedad tal o cual.
El presidente obrero, el camarada chavista, socialista, cristiano, que a ojo de buen cubero, nada cónsono al materialismo histórico, pero se respeta su creencia, cada quien con su fe se salva, otra cosa es lo religioso, opio del pueblo frente a la idea de un mesías redentor, que defenderá al pueblo, como si éste no tuviera con qué, siendo todo lo contrario; y es gracias al pueblo que hay quien se sienta en Miraflores, aunque diga acatar, pero no cumpla, típico de los que asumen que el Estado Soy Yo. Un sistema presidencialista que se presta para que se mantengan las perversiones de los regímenes que dejan mucho que desear. Maduro lleva siete años, y si la memoria no falla, han sido siete años de confrontación con el pueblo, que ha llevado la peor parte, poniendo los muertos, las pérdidas, las necesidades insatisfechas, y los servicios ausentes. El proceso recién cumplió la mayoría de edad, y se le niega otorgarle la autonomía necesaria para que, bajo juramento, esté al servicio de la Patria, y no de espaldas a sus deberes inherentes al cargo asumido.
Recordemos la última petición pública del Comandante Presidente Hugo Rafael Chávez Fría, cuando en Maiquetía bajo la luna llena, le recordó al pueblo votar por Nico, a quien encarecidamente le demandó, repitiéndole, eres tú Nicolás, pero Nicolás, es el pueblo, y al él te debes. Lo llevamos a Miraflores, y por no haber hecho caso a la voz de Dios, la voz del pueblo, hoy es, sin que se pueda sacudir los lastres, un prisionero de Palacio, bajo las órdenes del G/J Blanco. Sin lugar a dudas son ellos quienes deciden, es el error que se paga cuando se les otorgara más poder que el que tienen; es la mano férrea, la contundente, y frente a una voluntad disminuida por parte de los actores civiles, ya no hay revolucionarios como ayer, hoy no les gusta estar en la montaña, les gustan las poltronas y oficinas con todo a la mano, desde donde imparten sus instrucciones que nadie cumple a cabalidad; demasiado burocratismo de por medio, que no teniendo el poder decisorio, frente a los gendarmes necesarios desde antaño, nos muestran una vez más, sin desparpajo que en Venezuela mandan los criollos, los blancos, no el indio, ni el negro, no los mestizos ni los desheredados de la tierra, no los humildes del mundo, no los muchos, en demasía que son los pobres; sino todo lo contrario, como ha sido desde 1830, cuando los que habían sido patriotas, empezaron a ser liberales y progresistas, y entre oligarcas y caudillos, acostumbraron a las masas a hacer cola, a esperar la disminuida ración, el plato tropero, y no la asignación correspondiente en el reparto equitativo de la renta, de la distribución de los beneficios de todos por igual ante la ley, por derecho y por justicia.
Nuestra cultura se quedó en lo folklórico, en las mentes que creen que desde los museos institucionales, los hijos e hijas de Bolívar Libertador, de Chávez protector, del asesinado, por quienes no iban a permitir que cobrara cuerpo la realidad planteada por los que irrumpieron en las madrugadas, de tantos sueños cuartelarios, en tentativas por cambiar con las viejas estructuras, y colorearlas con nuevas y mejores ideas; frente a los nuevos paradigmas con los cuales los pueblos se han constituido en el mundo con mucho sacrificio y ganas. Logrado, puesto en su sitio cada cosa, con el control del poder político, más no el económico, que es el que mueve la sociedad a diario, y son el factor a vencer, o por lo menos controlar por parte de un gobierno y un partido que enfrentado al sistema perverso, que nunca aceptará que las mayorías se organicen autónoma y libremente, participativa y protagónica de la verdadera democracia, la que trabaja por los pobres, la humanista del Socialismo del Siglo XXI. Que es antiimperialista, antioligárquica, antiburguesa, antiburocrática, pues son hechos no amores hedonistas, ni narcisistas, obligaos por derecho natural y también positivo y propositivo.
Presente y firme ante las instituciones al servicio de Venezuela, desde un nuevo amanecer que surge del trabajo digno, con la claridad del sol cuando se anuncia la aurora. Posible sí y solo si se corrigen los entuertos, el rumbo, los ideales plasmados en la Carta Constitucional, y no como la del 61 que apenas nació, se le pusieron fajas para que no pudiera expresarse la criatura, encadenada a la caverna de la IVR, y que lamentablemente a continuado en esta hora en la V de la manifestación por los grupos y los sectores que quieren vender el chavismo madurismo; tal como metieron por mampuesto la cristiandad, el marxismo leninismo, la burguesía nacionalista, como si no estamos ya saturados de tanta degradación conceptual misógina, de querer usar eufemismos, de permanecer en las coyunturas, atrofiadas por tanto inmovilismo del alma nacional, del espíritu que de verdad sea la manifestación de la conciencia, y desplace de una vez y para siempre, los viejos resabios de la práctica gubernamental en el Estado que fenece, el neoliberal burgués.
Los viejos liderazgo han sido desplazados, pero los nuevos han envejecido súbitamente, puesto que han seguido la conseja de quienes sabiendo por dónde le entra el agua al coco, no se andan por las ramas, y como no puede ser de otra manera, se muestran como lo que son, los amos del valle, de la montaña, de la costa, de la sabana. Los que se creen dueños y señores, y desde el Estado, desde la Iglesia, desde la propiedad tomada a la fuerza, apropiada, esquilmada a los demás, que se siguen repartiendo como acumulación originaria, sacándole a la nación lo que es de la res pública; y hace de los negocios desde el gobierno, de los asuntos del Estado, de los negocios y el patrimonio de todo un país. Es el teorema de la democracia puesto en juego y que se sirve como bocado de cardenal entre los de alto vuelo, y como las sobras hacia donde corre la cascada en una sociedad como la nuestra, estamental, luego clasista, que segrega y separa en vez de unir, que divide en vez de sumar; donde millones tienen que vérsalas a diario para hacer de tripas corazón, porque llueva, truene o relampaguee tienen que hacer lo humanamente necesario, indispensable, atendiendo a las esperanzas, a las promesas, incumplidas, esperando por un milagro, como si las papas, el ocumo o el ñame brotaran sin que se les sembrara.
Cuanto no se ha criticado con acierto, con criterio, con otros puntos de vista que son signo de coherencia y madurez de las ideas bien planteadas de cuáles son las alternativas que se deben seguir para salir de la imagen simbólica, del chantaje emocional y el suicidio político que implica perder el talento humano que por miles abandonan al país a diario. Podríamos hacer un paralelismo con lo que causa urticaria a los que se creen infalibles, que les causa escozor el que se ha preparado y sabe, frente a los improvisados y recién llegados a la política; que por cierto creen que es cualquier cosa, y no un campo donde lo que se hace tiene consecuencias, puesto que permite que la acción tome cursos que pueden ir en direcciones diametralmente opuestas a lo que se quiso realizar. La política y el poder fueron al campo un día, y más fue el poder, que la política que le seguía. Y como consecuencia de aquellos errores, ya sabemos qué ocurrió con los partidos, y con los delfines y herederos del poder representado por los de la cuarta, que se autosuicidaron, como diría el gocho Cap. Ya de salida. Continuará.