Cáscara Amarga 444

Einstein no margulló en el quiasmo río heraclitoiano

Viernes, 12/11/2021 07:37 AM

Einstein no margulló en el quiasmo río heraclitoiano, cundido y cargado, de mas y de más, de ocho millones de casos límite contradictorios caliginosos complementarios congruos coordinados, de halladas habladas palabras pareadas paradójicas sucesivas simultáneas contradictorias, tanto como el dicho y el hecho, en el trecho estrecho arrecho, en que ha de estar margullendo a mas y a más, todos los caos límite contradictorios caliginosos complementarios congruos coordinados, de la forma y figura del tercio excluso y el tercio incluso de Maleo, de la forma y figura del exceso y del defecto de Aristóteles, de la forma y figura de la tesis y la antítesis de Hegel-Marx. El quiasmo río heraclitoiano, de donde extrajera Hegel y Marx, la unidad de los contrarios y la lucha de los aspectos antagónicos ambiguos de la tercera ley de la dialéctica, la tesis y la antítesis, casos límite contradictorios caliginosos congruos coordinados, tanto como la partícula y la onda, y, al través y en de por medio, la complementariedad bohriana profunda, tanto como lo visible y lo invisible, y, al través y en de por medio la complementariedad sanpabloiana abismal, asina asín ansí así, tanto como la complementariedad maleoiana profunda que margulle en el quiasmo río heraclitoiano, en donde Albert Einstein, el príncipe de la relatividad especial y de la relatividad general, no margullera por culpa de Aristóteles, y, no de Miguel Homero Balza Lima (Maleo). Quiasmo río heraclitoiano, en que no margullera Einstein, río esplendoroso conmovedor de difuminación continua espectral, de las sucesivas armónicas simultáneas contradictorias, sin saltos cuánticos de talanquera ni vuelos cuánticos de gallera, de equilibrio dinámico dialéctico difuso en el medio maleoiano insondable en que no margullera Albert Einstein por culpa del filósofo de Efeso, y, no por culpa de Miguel Homero Balza Lima (Maleo). Quiasmo río efesoíta, en que no margullera Albert Einstein, en que hanse de resolver todas las paradojas de la física, de las matemáticas, de la literatura, de la moral y de la espiritualidad, de la filosofía maleoiana profunda de las 4E. Quiasmo río efesoíta heraclitoiano de paradojas que pertenecen al punto inflexivo topológico borroso, al punto crucial decisivo distintivo del cero, perteneciente al medio maleoiano profundo, en que ha de haber tendencia y ha de haber trascendencia, en la maravilla del quiasmo río heraclitoiano, en donde no margullera Albert Einstein por culpa de Aristóteles, y, no por culpa de Miguel Homero Balza Lima (Maleo). Quiasmo río efesoíta heraclitoiano de la sombría penumbra whitmaniana de la que surgen iguales elementos contrarios del medio heraclitoiano profundo, del medio maleoiano abismal de todos los casos límite contradictorios caliginosos complementarios congruos coordinados de la forma ser y no ser de la literatura védica upanishad sánscrita, y, en que nada Maleo, nada, ahí en el quiasmo río efesoíta de Éfeso, y, que no nada Einstein el príncipe de la relatividad. Quiasmo río heraclitoiano en que nadan las contradicciones como jumo fumo humo en las nubes de algodones garcialorcaianas. El entendimiento, la estética, la ética y la espiritualidad, margulle en el quiasmo río heraclitoiano al través y en de por medio del yin y del yang, tocante en lo tangencial en que embebieran y margulleran Pitágoras Sócrates Bello Hegel Marx Kelsen Russell, en el Teorema Socrático Universal, del teorema directo y del teorema indirecto, en el cuadrángulo rectángulo, en la slash diagonal hipotenusa contrarrecíproca ad absurdum mayéutica, en que se pararon erguidos, cuan falo fálico infalible, Andrés Bello y Bertrand Russell, mas y más, no lo hiciera Albert Einstein por culpa de Aristóteles, y, no de Miguel Homero Balza Lima (Maleo), aquel ocultara el tercio incluso por mas y más de tres mil años. Y, Aristóteles, el estagirita filósofo griego, diérale rienda suelta al tercio excluso, que el imperio capitalista neoliberal yanqui go home, sacárale la punta puta, hasta que ocurriera, la perogrullada primera vez de Perogrullo, o sea, el calentamiento climático mundial, por culpa de Aristóteles, y, no de Miguel Homero Balza Lima (Maleo). Y surgieran los casos límite contradictorios caliginosos complementarios congruos coordinados, el 11/09/2001, el día de la Virgen de Coromoto de Venezuela, y, del derrumbe de las Torres Gemelas Neoyorquinas, los aspectos límbico antagónicos ambiguos, que margullen, en el quiasmo río heraclitoiano, y, que no margullera Albert Einstein por culpa de Aristóteles, y, no de Miguel Homero Balza Lima.

Con digresión y sin digresión, Einstein no margulló en el quiasmo río heraclitoiano, por culpa de Aristóteles, y, no por culpa de Miguel Homero Balza Lima (Maleo). Quiasmo río heraclitoiano, cundido y cargado, de mas y de más, de ocho millones de casos límite contradictorios caliginosos complementarios congruos coordinados, de halladas hallacas habladas palabras pareadas paradójicas sucesivas simultáneas contradictorias, en que han de estar margullendo, tanto como el dicho y el hecho en el trecho estrecho arrecho del quiasmo río efesoíta del yin y del yang, el tercio excluso y el tercio incluso de Maleo, el exceso y del defecto de Aristóteles, la tesis y la antítesis de Hegel-Marx, la partícula y la onda de Niels Bohr, el universo expansivo einsteiniano curvado bambú de luz y el universo contractivo maleoiano tragado degul deglú menú de luz, a mas y a más, han de estar margullendo el campo electromagnético einsteiniano y el campo gravitacional newtoniano, contenidos que contiene el continente quiasmo río heraclitoiano, en que Albert Einstein no margullera, por culpa de Aristóteles, quien escondiera el tercio incluso del tercio excluso por mas y más de tres mil años, y no por culpa de Miguel Homero Balza Lima.

Con concordancia y sin concordancia, con digresión y sin digresión, con divagancia y sin divagancia, Einstein no margulló en el quiasmo río heraclitoiano, por culpa de Aristóteles, y, no por culpa de Miguel Homero Balza Lima (Maleo). Pese a que Albert Einstein nos dijera que: "En la medida en que las leyes de las matemáticas se refieran a la realidad, no son cierta. Y, en la medida en que son ciertas, no se refieren a la realidad." Albert Einstein, estuvo en la orillita del quiasmo río heraclitoiano, pero y empero, jamás de los jamases, margullera en tan prodigiosa corriente conmovedora controvertida histórica, quizás y sin quizás, Einstein, hubiera dado con la teoría holística unificada, no obstante y sin embargo, el grande crédito otorgado del equilibrio dinámico dialéctico difuso, teoría holística unificada profunda, entre el universo expansivo einsteiniano curvado bambú de luz y el universo contractivo maleoiano tragado menú de luz, asina como, el campo electromagnético einsteiniano y el campo gravitacional newtoniano, casos límite contradictorios caliginosos complementarios congruos complementarios, que margullen en el quiasmo río heraclitoiano, en que Albert Einstein no margullera, por culpa de Aristóteles, y, no por culpa de Miguel Homero Balza Lima (Maleo).

Si Einstein no margulló en el quiasmo río heraclitoiano, cundido y cargado, que no cagado, de mas y de más, de ocho millones de casos límite contradictorios caliginosos complementarios congruos coordinados, de halladas hallacas habladas palabras pareadas paradójicas sucesivas simultáneas contradictorias, tanto como el dicho y el hecho, en el trecho estrecho arrecho, en que ha de estar margullendo a mas y a más, todos los caos límite contradictorios caliginosos complementarios congruos coordinados, de la forma y figura del tercio excluso y el tercio incluso de Maleo, de la forma y figura del exceso y del defecto de Aristóteles, de la forma y figura de la tesis y la antítesis de Hegel-Marx. Entonces sea dicho que Albert Einstein estuvo en las orillas del quiasmo rio heraclitoiano cuando dijera que: "En la medida en que las leyes de las matemáticas se refieran a la realidad, no son cierta. Y, en la medida en que son ciertas, no se refieren a la realidad." Ergo vergo sea dicho que de haberse bañado en el quiasmo río efesoíta, Albert Einstein, hubiera dado con la teoría holística unificada. Ergo vergo sea dicho que no obstante y sin embargo, el grande crédito otorgado del equilibrio dinámico dialéctico difuso, es teoría holística unificada profunda, entre el universo expansivo einsteiniano curvado bambú de luz y el universo contractivo maleoiano tragado menú de luz. Ergo vergo sea dicho que es equilibrio dinámico dialéctico difuso, es teoría holística unificada profunda, al través y en de por medio del campo electromagnético einsteiniano y del campo gravitacional newtoniano. Ergo vergo sea dicho que son casos límite contradictorios caliginosos complementarios congruos coordinados, que margullen en el quiasmo río heraclitoiano, en que, endenantes, Albert Einstein no margullera, por culpa de Aristóteles, y, no por culpa de Miguel Homero Balza Lima (Maleo). Ergo vergo sea dicho que, endespués, oyóse una voz aristotélica estagirita profunda, entre un alto boche clavado y una alta voce clavada: ¡Sácamelo Miguer! ¡No puede sel!

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