Los hechos hablan por sí solo, pareciera que la socialdemocracia y la derecha complaciente se acordaron para convertir este proceso electoral en un rosario de las promesas que no cumplieron en los 4 años de gobierno que llevan al frente de sus estados y municipios, particularmente los candidatos que van a la reelección tanto del gobierno como de la oposición.
El despliegue televisivo con la propaganda de dichos candidatos se centra en ofrecer la solución de los problemas que no fueron capaces de resolver durante su mandato que está por concluir.
De donde se desprende que estamos en presencia de un escenario en el cual se nos trata de vender que son ofertas nuevas, destinadas a despertar esperanzas en una población sumida en la desconfianza en la palabra del liderazgo del gobierno como de la oposición.
La mayoría de la población está consciente que los problemas que sirvieron de banderas políticas hace 4 años, están vivitos y coleando, por lo tanto nadie puede negar el desencanto que se observa en los electores de ambos bandos como lo reflejan las encuestas.
Ante esta realidad los políticos y sus partidos acudieron en esta campaña electoral a la estrategia de presentar a sus candidatos como salvadores que vienen a ocuparse de lo que nunca se ocuparon.
Sinceramente da pena ajena ver en televisión a los actuales gobernantes diciendo que si lo reeligen se ocuparan de hacer que le llegue a agua por tubería a todos los vecinos de su estado o municipio, que acabaran con los apagones eléctricos , que la basura dejará de ser un problema de contaminación ambiental, desaparecerá el caos que hay en el transporte público y privado donde aparte de mal servicio han hecho del pasaje una brutal forma de atracar a los usuarios, que pondrán punto final al desesperante mal servicio del gas doméstico, y para cerrar con broche de oro, los alimentos que hoy se ven a montón en los bodegones de la nueva "burguesía revolucionaria" llegarán a la mesa de los hogares venezolanos a precios no especulativos, y lo más espectacular de las nuevas promesas es que instalarán mesas de cambios en los barrios para que todos tengan acceso a los billetes verdes.
De tal manera que después de la elecciones del domingo 20 este país, será otro con muchos de los que no hicieron nada por resolver dichos problemas, nuevamente reelectos-
En mi opinión creo que el pueblo de Venezuela ha sido víctima de una campaña bien elaborada y desarrollada por los expertos "encantadores de serpientes" que los hay tanto en el gobierno como en esa maltrecha oposición que milita en la derecha venezolana.
Mientras la socialdemocracia y sus nuevos compinches de la derecha nos llenan de las mismas promesas de siempre, dejando detrás una secuela de desencanto y frustración de vida en cada proceso electoral, la izquierda venezolana debe prepararse para cumplir su rol de vanguardia que le tocará desempeñar cuando a dichos sectores se le agoten las promesas engañosas y no tengan seguidores que se las compren.