Aquella noche la Avenida principal del Tigre lucia llena de fogatas prendidas, era una gran marcha de piras vomitando fuego por la justicia en mi país, Venezuela. Tenía un fin y las aspiraciones de un solo bloque para mantener una esperanza y minimizar la fuerza izquierdista que venía asimilándose bajo un liderazgo nacido desde las raíces del pueblo. Siempre ha existido una lucha, el de identificarse y proyectar una imagen. El gran problema es que desean ser protagonista de una historia en particular, se creen líderes y, lo peor piensan que tienen un crecimiento político, como ser apegados a una ideología.
Desde 1934 se viene luchando por crear movimientos unitarios, es una lucha constante desde la izquierda, pero, los norteamericanos ensamblaron una infraestructura industrial energética desde el Estado Bolívar, pasaron por el Zulia y terminaron en Valencia, (Carabobo), fomentando un desarrollismo local y a Maracay, como anclaje administrativo junto a Cojedes, que es un centro de acopio al lado de Acarigua de los granos y oleaginosas de todo el país. Luego, sumamos a los italianos y portugueses. Hoy se abre un surco a peruanos, bolivianos, iraníes, iraquíes y turcos, sabemos que su función es dinamitar la economía de extracción de minerales energéticos con los chinos y la supervisión lo hacen cubanos. Los venezolanos estamos colonizados y esclavizados, es fácil deducirlo.
Hay una degeneración política en ciernes y algunos dirigentes nacionales solo desean que nos arrodillemos ante este poder, que ya se detiene a mitad del camino porque el pueblo por voluntad propia ha decidido hacer un giro en el camino. Los oposicionistas tienen que capitular, es un nuevo liderazgo que se debe levantar, eso, debe suceder por igual en el Psuv, deben renunciar a sus opiniones han fracasado al cerrar los folios del Libro Azul de Chávez Frías. Trotsky en 1924 señalo "Si repudiáramos las opiniones por las que abogamos hace una semana o dos, eso sería hipócrita de nuestra parte y ustedes no nos creerían".
Es el momento de la reconciliación nacional, el Psuv debe lograr la unidad y dejar de encarcelar personas utilizando grupos represivos, sencillo, son camaradas y debemos escuchar sus opiniones y corregirlos desde lo ideológico y todos somos responsables de nuestros actos, al igual que la oposición, es un solo bloque y con un nuevo liderazgo, a María Corina Machado no se le quita su arraigo y méritos, debe dejar sus quejas y bajar a bailarse con los del pueblo los lodos en invierno y el pan de trigo en verano, cuando no hay alimento en las alacenas. Porque el pueblo tiene hambre y no los puentes que se construyeron para aliviar el tránsito en las grandes ciudades alivia esto, queremos es ferrocarril para satisfacer la necesidad de alimento a niños y futuras generaciones, es construir patria, al igual necesitamos un buen transporte público y bajar o regular costos, necesitamos gerentes no de nombre, sino que conozcan de marketing y de distribución. Claro, que no sean corruptos y sueñen con ser millonarios.
Hay que salvar la dignidad de los capituladores, ya deben retirarse bajo un árbol frondoso para que una nueva generación asuma el liderazgo. Estos viejos políticos no los prepararon y dejaron los partidos políticos a la deriva.
Así paso con Luis Alfaro Ucero, Eduardo Fernández y José Vicente Rangel, tuvieron oportunidad de ser grandes, olvidaron su identidad política por intereses personales.
Son disfraces ideológicos que se amoldan a niveles aristocráticos y dejan sus suertes al pueblo que, dominado por un aparato policial y de propaganda, en nuestro caso, en este continente y el Caribe, Venezuela y Haití son los más pobres y la ignorancia viene fortaleciéndose a cuesta de un bloque propagandístico de gran magnitud donde los ancianos son fácilmente manipulados.
El presidente Maduro domina el escenario, porque maneja estrategias y ya no importa el futuro de los jóvenes y la estabilidad de los viejos, solo interesa construir una fuerza política y promover una alternativa democrática, por lo tanto, se escuchan voces para motivar a la población hacia un giro político.
Es tiempo para ir hacia una reflexión, no pensar en derrotas. La opinión es fundamental y, el telón de la historia no es de hierro, es necesario aplastar la adversidad.
Son titánicas las batallas por venir, se necesita una nueva animación y agrupamiento. La revolución debe moverse hacia el mañana y dejar las falacias. La revolución es una acumulación de revoluciones anteriores y debe movilizarse en un solo historial. Pasarán los días, y hay que romper el hielo humano. Los ciudadanos quieren más protección social y fuentes de trabajo.
Hay que liberar a los presos políticos, como una demostración de acercamiento. A fines de noviembre de 2005, el propio comisario europeo para los Derechos Humanos en este viejo pedazo de tierra peninsular, el español Álvaro- Gil- Robles ya venia denunciando sobre los centros de reclusión clandestinos. Todas estas bases deben ser eliminadas y reconocer que Venezuela es un Estado Democrático, en nuestro caso, y como ha sucedido desde 1999 somos un país libre y países extranjeros no pueden controlar nuestra economía.
La democracia hay que construirla y desde ya, tengamos iniciativas para ir de nuevo colocando nuevas piedras para fomentar una base política de equilibrio.